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Vanessa Ricciardi es mamá de alumnos y exalumnos del colegio del San José y también profesional dedicada al rubro de la salud, personal & group trainer y escritora del libro Imperio Fit.
En su libro “Imperio Fit” explica cómo incorporar hábitos saludables para sentirse mejor. Conversamos con ella para profundizar en cómo hacerlo y convertir la vida activa en un estilo de vida sostenible.
En la actualidad, ya se da más importancia a la “vida fit”, al bienestar físico, pero aún no es algo que todos lo tengan incorporado. ¿Qué consejo daría a alguien que quiere comenzar a vivir mejor, más sanamente…?
Antes que nada, que no lo haga por una cuestión de moda o solamente por el aspecto físico, sino por salud, en todos los aspectos. Está comprobado que hacer ejercicio mejora a nivel físico ¡pero también mental!
Hoy más que nunca, y luego de todo lo que nos ha tocado vivir, está clarísimo que se trata de entender nuestra responsabilidad con el cuerpo.
Complementando lo anterior, ¿qué actividades o hábitos son buenos, para empezar?
Un hábito saludable sería comer más sanamente: es decir, tener elecciones conscientes y saludables, con respecto a la alimentación. ¿Qué quiere decir esto? Alimentar el cuerpo ofreciéndole lo que realmente le hace sentir y trabajar bien, no solamente llenar el estómago.
Otros hábitos son: hidratarse constantemente; desconectarse de redes sociales, leer más; y el descanso es fundamental.
¿Cuáles son hábitos que, por el estilo de vida y trabajo actual, se tienen muy “incorporados” pero que podrían ser dañinos?
Comer por comer, sin una necesidad real del cuerpo; el exceso al ingerir bebidas alcohólicas. El sedentarismo es muy perjudicial para el cuerpo, ya que tenemos un organismo que necesita moverse para mantenerse sano, para que los órganos y sistemas funcionen correctamente.
Estar mucho tiempo sentados durante el día aumenta el riesgo de enfermedades graves, atrofia los músculos, deteriora los huesos. En fin, hace mucho daño, en realidad.
Desde la familia, ¿cómo fomentar un estilo de vida sano y activo?
Actuar: hablar menos y hacer más. Los hijos entienden con el ejemplo, y si ven padres activos, tienden a eso.
Hay innumerables beneficios cuando estas prácticas empiezan desde chicos, ya que se convierten en un estilo de vida del cual es casi imposible despegarse. Estos padres buscarán actividades para sus hijos porque entienden y sienten el bienestar a través del movimiento.
Todos queremos lo mejor para nuestros hijos, sobre todo, que sean sanos.
Y el camino para lograrlo va por ahí: fomentar el ejercicio, un estilo de vida activo y saludable.
Sobre este tema, ¿hay algo más que crea que es importante dar a conocer o que se tenga en cuenta?
Complementando lo anterior, me gustaría destacar que ayudar a nuestro entorno – no solo a nuestros hijos – a desarrollar hábitos saludables es un acto de amor.
Respetar el cuerpo es una obligación: no se trata de tener o no ganas, de tener o no motivación… ¡va mucho más allá de eso! Hay que tener disciplina, porque la salud no tiene precio.
De eso nos dimos cuenta en todo este tiempo. Hay que agradecer a Dios el regalo de estar sanos. Y la mejor manera de hacerlo, es cuidar la salud.
¿Algún mensaje final que quiera compartirnos?
En Paraguay el 67,3% de la población es obesa o sedentaria, y 1 de cada 3 niños padece obesidad. Hay que entender la gravedad de esta situación y comenzar a hacer ejercicios.
Realizar ejercicios mejora el físico, previene enfermedades (como diabetes, accidentes cardiovasculares y otras más), fortalece el sistema inmunológico y combate la depresión.