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Entrevista a Alberto Daher ex jugador, entrenador, dirigente del SJRHC
Apasionarse por un deporte, como el rugby, en este caso, es sinónimo de ganarse numerosas y valiosas experiencias. Pero ponerse la camiseta también fuera de la cancha, como entrenador o dirigente, es duplicar y triplicar esos gratos momentos. Alberto Daher lo ha podido experimentar, y en esta nota nos lo cuenta.
¿Cómo ha sido su experiencia como rugbier?
Sin dudas la considero positiva en todo sentido, pues haber elegido el rugby como mi deporte principal, dentro de la cancha me permitió aprender, desarrollarme, jugar y divertirme con grandes amigos, muy bien dotados técnica, táctica y reglamentariamente, además de conocerlos, compartir y disfrutar de momentos muy gratos fuera de la cancha, en inolvidables viajes y giras o en las vivencias cotidianas del equipo. Gracias a Dios, todavía puedo seguir haciéndolo hasta hoy, integrando el equipo de los Old Dogs, jugadores veteranos del Club.
¿Cómo ha impactado el San José Rugby en su trayectoria de rugbier y en su vida?
Me ha permitido acceder al nivel de aprendizaje, desarrollo, exigencia y competencia deportiva que busca todo rugbier, al haber representado al San José Rugby y Hockey Club en numerosos torneos locales e internacionales y Seleccionados Nacionales, ya sea como jugador o entrenador, y como dirigente después.
El rugby, al ser un deporte claramente actitudinal, y por su filosofía misma, tiene la particularidad de formar a las personas para competir dentro de una cancha, como también para enfrentar adversidades fuera de ella.
La solidaridad, entrega, compromiso y tenacidad que propugna el rugby, son principios fundamentales en el desarrollo del juego. Personalmente, considero que su filosofía y principios han sido generalmente guía y motivación en mi vida personal.
Ocupó distintos puestos en este estamento, ¿qué nos puede decir del mismo, desde sus diferentes posiciones y perspectivas?
Como jugador, integré los equipos del Plantel Superior desde 1985 hasta 1997. Como entrenador, entrené primero a la División Juvenil M18, desde 1989 hasta 1994, y nuevamente de 2017 a 2018; también entrené al Plantel Superior, desde 1998 hasta el año 2004. Como dirigente, ejercí el cargo de Tesorero del Club, desde 1986 hasta 2018.
¿Hubo algún momento más significativo, para Ud., en estos años?
Habiendo militado tanto tiempo en el San José Rugby Club, y por las funciones que he tenido, indudablemente he vivido muchos momentos significativos en todos estos años.
Deportivamente, sin dudas, han sido casi siempre los logros alcanzados como jugador (9 Campeonatos Oficiales Primera División 1985, 1987/1993 y 1996) y como entrenador (8 Campeonatos Oficiales M18 1989/1994, 2017/2018, 3 Campeonatos Oficiales División Intermedia 1998, 2000/2001, y 4 Campeonatos Oficiales Primera División 1998, 2001/2003).
Dirigencialmente, haber formado parte de la Comisión Directiva en años tan importantes para el desarrollo deportivo, institucional y edilicio del club, me permitió aprender y trabajar al lado de compañeros que, como dirigentes, han dejado un legado cuyos resultados han sido casi siempre exitosos e innovadores para nuestro medio.
Sin dudas, uno de los momentos más significativos que viví en el San José Rugby Club fue en mayo de 2007, luego de que, junto a Enrique Riera, Santiago Quevedo y Manuel Riera D., concretamos el anhelo de tener un predio propio y definitivo para el club, tras haber pasado un par de años muy difíciles, buscando el lugar adecuado que pudiera permitirnos crecer ediliciamente a través de los años.
¿Cuál cree que es la mayor gratificación para un rugbier? ¿Y para un rugbier del San José?
Creo que la mayor gratificación para un rugbier es sentirse consiente del aprendizaje y desarrollo de sus destrezas, habilidades y aptitudes como jugador y como persona.
Un rugbier del San José es formado integralmente; se busca dotarle de las mejores herramientas técnicas y tácticas para desarrollar un juego eficaz y dinámico, jugando y divirtiéndose con sus amigos.
Consecuentemente, si, como resultado de lo anterior, trasciende y es llamado a integrar Seleccionados Nacionales, evidentemente es una gratificación, no solo para el jugador, sino también para sus padres y formadores. A la vez se le inculcan valores fundamentales del deporte como la hidalguía, respeto y grandeza en la victoria, como también la corrección, deseo de superación y buenos modales en la derrota.
¿Algo que quiera añadir?
Solamente agradecer que el San José Rugby Club me ha dado la oportunidad de jugar y disfrutar del deporte que me apasiona, junto a viejos amigos, con quienes he compartido sueños, anhelos y proyectos, muchas veces concretando sus realizaciones.