Compartir
Entrevista a Celeste Martínez de la promoción 2005
El MEPCAH es una excelente oportunidad tanto para conocer nuevos lugares, como para conocer mejor a los compañeros de expedición, gracias al ambiente que permite la inclusión, la amistad, la unidad. Esto fue especialmente importante en el periodo de Celeste Martínez como dirigente del movimiento, ya que su promoción fue la primera en incluir mujeres, lo cual, sin el espíritu que se promovía en los campamentos y viajes, podía haberse convertido en todo un desafío.
¿Cómo se unió al MEPCAH?
Lo que más me gustaba en la primaria era ir de campamento a la casa del colegio en San Bernardino y compartir unos días con los compañeros.
Al pasar a secundaria, ya no teníamos campamentos, pero nos contaron que existía un movimiento expedicionario llamado “Padre César Alonso de las heras”, que realizaba tres campamentos anuales; uno al comienzo del año, otro en vacaciones de invierno y uno más al finalizar el año. Cada uno se realizaba en una ciudad diferente, eso me atrapó. Mi primer campamento fue en Piribebuy, inolvidable.
¿Cuáles fueron algunas de las excursiones que realizaron?
En los años que me tocó estar en el MEPCAH fuimos a Cerro León, tres Kandu, Salto Ma. Auxiliadora, Laguna Blanca, Lago Ypoa, entre otros lugares. Por los 15 años del movimiento fuimos a Bariloche.
¿Cuál fue su última excursión?
La última excursión que me tocó fue a Lago Ypoa en las vacaciones de invierno, en ese campamento los de 6to nos despedíamos, ya que el campamento de verano coincidía con nuestro viaje a Rio. Este campamento fue definitivamente uno de mis preferidos, y probablemente sea uno de los que más me marcó, porque fue el último como dirigente y como alumna. Con ese campamento arrancaba el cierre de nuestro ciclo en el colegio. Creo que, de todos los lugares que conocí con el MEPCAH, este fue uno de lo que más me impresionó por su belleza. éramos nosotros y la naturaleza, nada de infraestructura y eso hizo que sea mucho más emocionante y desafiante para los que organizábamos el campamento, porque había que estar preparados para todo. Este también fue el último campamento que compartí con mi mamá, que también era un miembro más del movimiento, así que este campamento va a estar siempre guardado en mi mente y mi corazón.
¿Cuál diría que fue el viaje más desafiante?
Otra de mis excursiones preferidas fue a Bariloche por los 15 años del Movimiento. Sin dudar fue el más desafiante y el que más tiempo nos llevó preparar, pero absolutamente valió la pena. Fue desafiante pero disfrutamos el proceso de organizar el traslado, el alojamiento, las excursiones que íbamos a hacer allá y, por supuesto, los juegos. En este campamento muchos conocimos la nieve y tuvimos la oportunidad de esquiar por primera vez en uno de los cerros más importantes de Bariloche, el Cerro Catedral. Conocimos la casa de campamento del colegio de San José, donde no nos pudimos quedar porque sobrepasábamos la cantidad de personas que podían recibir. En el predio donde nos quedábamos era lo suficientemente grande como para realizar los típicos juegos de campamento y además contaba con una pequeña capilla donde el domingo pudimos celebrar la misa antes de volver a casa.
«Adelante, siempre adelante, hasta alcanzar la estrella, por más de que la vida esté llena de obstáculos»
¿Qué aprendizajes se llevó del MEPCAH?
Me enseñó a creer en mí misma y en que nada es imposible, solo hay cosas por las que tenemos que trabajar un poco más. También, que el ejemplo se da con acciones y no solo con palabras. Me mostró el verdadero compañerismo y lo importante que es valorar la familia y la naturaleza que nos rodea. A ponernos siempre en el lugar de los demás. Durante mis tres años como dirigente aprendí a escuchar y a tener empatía con los demás, herramientas que me servirán para toda la vida. Pero lo más importante que aprendí es a seguir “Adelante, siempre adelante, hasta alcanzar la estrella” por más de que la vida esté llena de obstáculos.
¿Cómo ve, desde afuera, mirando para atrás, su experiencia en el movimiento?
Siento orgullo porque perduró con el tiempo y los alumnos siguen valorando el poder desconectarse unos días para conectarse con la naturaleza y sus compañeros. El MEPCAH te ofrece la oportunidad no solo de compartir uno días con tus compañeros y amigos, sino que también conocer lugares de Paraguay que tal vez uno solo nunca conocería, ¡y hay tanta belleza en nuestro país por conocer!
Si pudiera repetir alguna actividad o algún momento en el movimiento, ¿Cuál sería?
Creo que los momentos más importantes y reflexivos se daban en los fogones, así que eso repetiría, en algún lugar como Laguna blanca o lago Ypoa.
Su promoción fue la primera en incluir mujeres, ¿Cómo eso se relacionó con su experiencia con el MEPCAH?
El movimiento se caracterizó siempre por la inclusión, los campamentos se adaptaron para que las mujeres de la primera promoción podamos participar sin problema.
¿Algo que quiera añadir?
Fuimos bendecidos los que tuvimos la oportunidad de compartir un campamento con el P. Cesar Alonso de las heras y escuchar sus historias y conocer hermosos lugares de nuestro querido país.
Y no puedo dejar de mencionar al querido profesor Walter, un gran maestro y amante de la naturaleza, con una paciencia de oro y una gran vocación hacia la enseñanza. Aparte de todas sus responsabilidades como profesor guía, siempre estaba dispuesto a ayudar y aconsejar. él es el gran motor del movimiento y a él le agradezco el haberme impulsado para ser dirigente del movimiento y acompañado y guiado durante los tres años para dar lo mejor de mí. Por eso, en el proceso traté de tocar de forma positiva la vida de cada una de las personas que participaba de los campamentos. ¡Gracias profe Walter por creer en mi!