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Entrevista a Braulio Román, exalumno de la promoción 1975
Braulio Román es un exalumno a quien le ha tocado presidir distintos estamentos del san José, como la Asociación de Exalumnos, la Apac, la Coopexsanjo… y desde cada uno, ha realizado significativas contribuciones. En esta oportunidad, conversamos con él para relatar las obras más importantes que se realizaron durante su presidencia del “exa”, como la obtención del predio en Surubi’i.
LLEGADA A LA PRESIDENCIA DE LA ASOCIACIÓN
Eduardo Ramos un día fue a la oficina de Braulio Román para proponerle la idea de formar ambos un movimiento con el objetivo de “tomar la asociación”. Es entonces cuando al señor Braulio Román se le ocurrió la idea proponer a Jorge Leoz – con quien ya había trabajado anteriormente, desde la APAC – como candidato a la presidencia. Se realizó la llamada. hubo un silencio inicial. Finalmente, Leoz aceptó con un contundente “sí”.
A partir de ese momento, los hombres principales de la candidatura empezaron a armar la estructura necesaria para participar. El día de la Asamblea, la lista encabezada por Leoz y con Román en la vicepresidencia ganó con una mayoría de votos absoluta.
Para la siguiente elección, el movimiento se decide por postular a Román a la presidencia de la asociación, para el periodo 2006-2008. Se ganó la candidatura.
“Se podría decir que hice carrera en la Aso de Exalumnos, comencé como tesorero (durante la presidencia de Marcelo Codas), pasé a vicepresidente y llegué a presidente”, comenta Braulio, entre risas.
EL TERCER TIEMPO
Los encuentros de fútbol que se realizan entre los exalumnos, son muy importantes, especialmente debido a que cada fin de semana estos juntan a más de 700 personas que alguna vez pasaron por el colegio. “Yo creo que esa fraternidad y amistad características del San José se basan en el campamento, en los lunes de los exalumnos y en los torneos de fútbol”, apunta Román.
Con respecto al fútbol de los exalumnos en particular, Braulio recuerda que implementó la idea de que el popular tercer tiempo se lleve a cabo en la casa de los exalumnos, con una organización bien hecha, ya que rememora que en ocasiones se llegaron a tener algunos problemas con los vecinos de la quinta del San José debido a situaciones como la música muy alta. Esto permitió, además, una mayor concurrencia de exalumnos y, además, el beneficio económico que implicaba que las bebidas se compren a la “aso”.
LA CONSTRUCCIÓN DEL QUINCHO
Si bien se pretendió construir el quincho antes del periodo de Leoz, recién fue factible iniciar la construcción durante este. La misma finalizó en el periodo de Braulio Román.
Román destaca mucho la labor de “Ramito” gerenciando toda la construcción y aseguró que para esta obra no se utilizó un solo centavo salido de los recursos de la asociación, habiéndose efectivizado sobre todo a través de donación de materiales de construcción, gracias a la ayuda de exalumnos que desempeñaban labores en distintos rubros que podrían ser gran utilidad.
A la hora de inaugurar el quincho, se debió sacar un crédito solidario de la Coopexsanjo a nombre de todos los miembros de la asociación, para mandar a hacer la parrilla, la campana y la chimenea. “Posteriormente llegaron nuevas gestiones que fueron colocando el piso, el blindex, el aire acondicionado etc. La comisión encargada de poner el blindex también colocó una placa conmemorativa en la entrada del quincho. Quizás deberíamos también poner otras, como recordatorio y en gratitud a las distintas comisiones que trabajaron en el quincho”, piensa Braulio.
EL PREDIO DE SURUBI’I
Debido a ciertas dificultades a la hora de alquilar las canchas al colegio, Braulio comenzó a recorrer numerosos predios, en la búsqueda de uno propio del cual los exalumnos puedan disponer cada vez que se necesite. “Fui hasta la zona del Aeropuerto, donde vivía un compañero que tenía su negocio, para preguntarle si no existía un buen lugar por allí. él me dijo que no, pero que Surubi’i podría ser una opción. Así que partimos hacia allá”.
Braulio recuerda que una señora llamada Olga, encargada de ventas en Surubi’i, les mostró algunos lugares que podrían funcionar para el predio. Este sacó algunas fotos y las llevó el día lunes a la sesión de la Asociación de Exalumnos. “Uno de los presentes me preguntó si no podíamos hablar con Don Antonio Zucolillo, que también había sido presidente de la asociación, sobre dichos predios. Coincidentemente él estaba por Asunción y nos atendió, estuvo encantado con nuestra visita”.
Así fue que miembros de la comisión directiva de la “aso” manifestaron al señor Zucolillo su intención de hacer un predio deportivo, enseñándole las fotos que se habían tomado. No obstante, Zucolillo interrumpió la presentación y mandó a traer un plano en el cual les mostraba otro predio mucho más apto, de 36 hectáreas. De esas, 13 serían para la asociación. “Este es para ustedes”, apuntó.
Actualmente, el Exa cuenta con 13 hectáreas propias
El valor de esta tierra era de 7 dólares por metro cuadrado, por lo que la suma total resultaba bastante alta. Sin embargo, Zucolillo ofreció el predio a 4 dólares por metro cuadrado, por lo que se debían juntar 350.000 dólares para adquirirlo, lo cual seguía siendo un monto alto para la asociación, que no disponía de dicho capital.
“No sabíamos de dónde íbamos a sacar el dinero – recuerda Braulio –, pero Ramitos sacó su agenda y comenzó a hacer una lista de quiénes podrían poner unos 10.000 dólares, quienes 5.000 y quienes pondrían… lo que podían”. Esto, si bien ayudaba, no llegaba a recaudar el monto total. “Finalmente encontramos en un banco una figura de fideicomiso – continúa Braulio-, a través de la cual unos empresarios pusieron la plata y se adquirió el predio”.
Aunque esto suena más fácil y más rápido de lo que en realidad fue. Braulio recuerda que fue bastante difícil conversar con el Banco tratando de hallar la figura de fideicomiso más conveniente para la asociación, una en la cual no se pusiera en juego nada muy importante. “No pusimos nada como garantía, y una de las cláusulas rezaba que por cada venta de 1.000 metros cuadrados de lote, automáticamente pasaban a ser de la Asociación. Así que la carrera contra el reloj era producto de los plazos que se debían cumplir”.
Finalmente, se lograron vender todos los lotes con ayuda de la Coopexsanjo, quien adquirió unos cuantos para cumplir los plazos y evitar que pasaran a manos de los empresarios que pusieron el dinero para adquirirlo. hoy día, Surubi’i es un predio hermoso, propio de la asociación.
COOPEXSANJO
Sobre la Coopexsanjo, Braulio recuerda que era un proyecto que se había estado proyectando durante ya varios años, aunque no tuvo éxito en un primer momento. Más tarde, se hizo un segundo intento. “Me convocan para reactivar la Cooperativa, conformamos un equipo de 5 personas y empezamos a hablar con el INCOOP. Luego de eso, ya comenzamos a armar el estatuto”.
Si bien en un momento la Coopexsanjo solo se planteaba aceptar a socios del Colegio San José de la Avenida España, esta se fue abriendo a más conforme pasó el tiempo y gracias a eso comenzó un gran crecimiento de esta. “Realmente la Cooperativa es hija de la Asociación de Exalumnos, que figura como socio número 1”.
Además, Braulio añade: “la cooperativa hoy cuenta con categoría A y eso para mí es un orgullo, me siento realizado como exalumno gracias a los logros conjuntos que hemos tenido, y también debo agradecer a las personas que nos sucedieron y realizaron un excelente trabajo”. Quisiera recordar al amigo y compañero Miguel “Pepe” Fracchia, que siempre trabajó con nosotros por la asociación”.