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Entrevista a Guillermo Pussineri, exalumno de la promoción de 2003
Muchos alumnos, apenas escuchan del MEPCAH, saben que se trata de una actividad especial para ellos y, sin dar más vueltas, se apuntan. Guillermo Pussineri nos cuenta una experiencia diferente, de quien se unió sin muchas ganas y luego terminó “enganchándose”, y participando nuevamente, año tras año.
¿Cómo fue que se unió al MEPCAH?
Ingresé en el año 2000, cuando estaba en 3° curso, y compañeros que ya formaban parte del movimiento me invitaron a integrar el grupo. Fue después de un campamento al que fueron, que me sumé al equipo. Posteriormente fui dirigente del movimiento en los años 2002 y 2003.
¿Hubo diferencia alguna entre sus expectativas, antes de unirse, y la realidad vivida luego?
Totalmente, yo la verdad que me uní un poco escéptico al grupo. Más que nada, fui por insistencia de mis compañeros, pero un campamento sirvió para darme cuenta del valor de las enseñanzas y del aprendizaje que se inculcan en el movimiento.
¿Tiene alguna anécdota de alguna de las excursiones o viajes?
Muchas, pero me quedo con un campamento que hicimos en Laguna Blanca, San Pedro; fue una experiencia única por el lugar, porque realmente es estupendo, pero además porque en ese campamento tuvimos la satisfacción de contar con la presencia del Padre César Alonso de las Heras.
¿Qué diría que significó el capítulo del MEPCAH en su vida?
Significó muchas cosas. Se rescatan valores como fortaleza, constancia, solidaridad, pero, por sobre todo, liderazgo y trabajo en equipo. Valores fundamentales que debemos adoptar a nuestro día a día, en la cotidianidad.
¿Cuál ha de ser la actitud del alumno que se inicia en el movimiento?
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Yo les diría que vayan a un campamento y experimenten ellos mismos la experiencia. Yo no fui muy convencido, tampoco, al comienzo, y termine siendo dirigente dos años. También me tocó acompañar, como exalumno en alguna oportunidad.
¿Qué sugeriría, o qué consejo daría, a los alumnos que hoy día no pueden vivir esta experiencia, por el contexto actual?
Una de las cosas que más destaco del movimiento es que, gracias a los campamentos, conocí lugares del país que jamás hubiera conocido. Me parece un buen momento para hacer turismo interno, recorrer el país y valorar nuestra naturaleza.
