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R.P. José Saubatte

Semblanza de uno de los sacerdotes de la historia del San José, extraída del libro del P. Alonso.

Nació el día de la pascua de 1890 en Lestelle y murió en Asunción el 25 de mayo de 1984. Tenía 94 años y un gran deseo de vivir.

De niño, jugaba alrededor de Bétharram. Eran muchos los hijos en el hogar Saubatte. Nuestra Señora llamó pronto a uno- José- a seguir la vocación de su tío, el P. Román. Eran malos tiempos en Francia para los religiosos perseguidos.

El niño José Saubatte fue enviado a Leves, en Bélgica, para los estudios de humanidades. La hermosa y sólida casa de Belén, lo recibió para el noviciado. Ahí mismo, el hermano Saubatte estudió filosofía y tecnología. En 1914 fue ordenado sacerdote en Jerusalén.

Alumno brillante, se decidió que fuera a Roma para doctorarse en Teología. Pero no tenía buena salud: la baja presión atmosférica de la ciudad eterna no le convenía. Quedó enfermo, cuando la guerra grande estalló. Lo destinaron a América, al Colegio de la Plata donde enseñó durante seis años.

En 1920, Saubatte vino al Paraguay y ancló. Paraguay será la patria de su corazón y de sus trabajos. Ocupó mil puestos, enseñó diversas asignaturas- incluso inglés- prefectura, administración y realizó mucho apostolado dentro y fuera. El colegio tenía sólo dieciséis años, pero poseía una sólida estructura en disciplina y piedad de sus fundadores.
El año 1920 marcó profundamente al Colegio. En su capilla se fundó la “Federación de la Juventud Católica Paraguaya» cuyos centros principales eran: el del Colegio, con la Academia, el centro San Luis, organizado por el futuro arzobispo de Asunción Mons. Mena Porta, y el centro Don Bosco. De esta federación, en 1929 (cuando las Bodas de Plata del Colegio), el anciano Mons. Bogarín dirá: “La federación ha colmado una gran necesidad: ha fundado los cimientos para la formación del laicado católico.”

Pronto el P. Saubatte colaboró con el venerado P. Cestac. Fue capellán del Asilo Nacional desde 1935. En 1941, ido el P. Belloq a Adrogué, el P. Saubatte fue la inolvidable figura de la bonita capilla, llena de santos. La capilla era muy acogedora, centro de gran espiritualidad. Era tiempo de incansable apostolado.

En 1920, Saubatte vino al Paraguay y ancló. Paraguay será la patria de su corazón y de sus trabajos.

UN INTENSO APOSTOLADO

Siempre a caballo, sobre su “Turco” el P. Saubatte cabalgaba hacia todos los barrios del este, esparciendo caridad, piedad y maliciosa bondad. Consiguió organizar la vida parroquial para cinco o seis futuras parroquias. Cuesta imaginar el inmenso trabajo: un gran arrabal había quedado abandonado durante los tres años de la guerra del Chaco. Tierra de paganos, protestantes y comunistas.

Había que regularizar matrimonios, administrar bautismos, visitar enfermos, discutir con protestantes y comunistas. Un cuadro de la Virgen y una pequeña campana: no había más, se organizaban verdaderas jornadas de misión con Mons. Mena Porta al frente; daban conferencias para los hombres desde las 20 a las 22.

En 1944 con 14 chiquillos y 7 niñas, el santo varón Inauguraba su escuela parroquial “San Miguel de Garicoits”. En1961 se inician los cursos secundarios: 700 alumnos en turnos mañana, tarde y noche (hasta las 22). Inaugura una academia de confección “Luciano Cestac”; reagrupa los restos de los boys scouts, n° 1, Capitán Figari, que el P. Pucheu había fundado en 1938. Aún más: el M. F.C. (Movimiento de las Familias Cristianas), la Legión de María. En todo estaba el P. Saubatte.

Sus méritos en la educación fueron reconocidos por el Ministerio de Educación: en 1961 obtuvo la condecoración del “Mérito Educacional”.

MÉRITOS ACADÉMICOS

Sus méritos en la educación fueron reconocidos por el Ministerio de Educación: en 1961 obtuvo la condecoración del “Mérito Educacional”. Sus méritos como bienhechor de la comunidad fueron reconocidos por el Rotary Club que lo honró con la medalla de oro como “Benefactor insigne de la Comunidad”.

LECTURA

La Municipalidad de Asunción, previo consentimiento de las dos Cámaras, coloca una placa “José Saubatte”, en la esquina de una calle cerca del Colegio. Francia misma lo honra con las Palmas Académicas, con la “Legión de Honor” en el grado de caballero, primero, luego con el de oficial.

FUNERAL

Todos acudieron a su velatorio. En la iglesia parroquial, en el patio de su colegio, todos desfilaban: grandes y pequeños, ricos y pobres, ignorantes e intelectuales. Lloraban, lo bendecían, tocaban objetos de su cuerpo, se rezaba, lo rezaban.

Entre las numerosas coronas fúnebres se veía la del presidente de la República pero también la del general Stroessner y su familia.

En el funeral, celebrado en el gran patio del Colegio San José, el P. Gogorza, Vice Pronvincial, pronunció no su panegírico, sino su abnegación y entrega, su sencillez, su ejemplo del Ecce venio

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