Compartir
En el año 2014, Nicolás Arias comenzó su travesía en el mundo del rugby cuando, invitado por unos amigos que ya practicaban el deporte, decidió darle una oportunidad. Desde el primer momento, se enamoró del rugby y nunca dejó de asistir a las prácticas, siempre emocionado por cada una de ellas. “Desde ahí no paré, siempre emocionado por cada práctica y seguí así hasta debutar en primera, que fue un sueño hecho realidad”, recuerda Nicolás. Este sueño no solo se cumplió, sino que se extendió en el tiempo, ya que hasta el día de hoy sigue viviendo la emoción de jugar en la primera división de su club, San José.
Mirando hacia el futuro, los objetivos de Nicolás y su equipo son claros y ambiciosos. “Los proyectos a futuro tienen un nombre y es el de salir campeones del NEA. Estamos por buen camino. Poder salir campeones de un torneo extranjero y muy competitivo como lo es el del Nordeste Argentino sería un logro increíble y un honor poder poner esa copa en las vitrinas del club”, afirma con convicción. Este objetivo no solo destaca el espíritu competitivo del equipo, sino también su dedicación y esfuerzo constante para alcanzar metas significativas.
Además de sus propias aspiraciones, Nicolás también se preocupa por inspirar a las nuevas generaciones. A los jóvenes que desean iniciarse en el rugby, les envía un mensaje claro: “A los chicos que deseen jugar al rugby les digo que vengan a jugar, sean disciplinados, entrenen. Todo esfuerzo paga y no hay un mejor lugar para hacer amigos y crear un lazo inquebrantable.” Con estas palabras, Nicolás no solo transmite su amor por el rugby, sino también los valores de disciplina, amistad y perseverancia que el deporte inculca.
En resumen, la historia de Nicolás Arias es un testimonio de cómo la pasión y la dedicación pueden convertir un sueño en una realidad continua, mientras se inspiran y guían a otros en el mismo camino.