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Entrevista a Sebastián Valdes, exalumno promoción 2016
Participar de los estamentos del San José forja lazos de unión con el colegio y los compañeros. Además, es una forma de llevar, luego y para siempre los colores albicelestes en el alma.
Sebastián Servín Valdés fue miembro de la Academia Literaria, y vicepresidente durante dos periodos. En esta nota, le consultamos sobre cómo experimentó esta etapa de su vida y qué deseos y expectativas guarda al pensar en el futuro del estamento.
¿Cómo vivió la experiencia de ser parte de la Academia Literaria, desde distintas perspectivas?
Fue una experiencia muy gratificante desde mis inicios como miembro. Oír lo que escribían los más grandes era algo único; uno sentía que el compañero compartía sus pensamientos y sentimientos contigo y los dejaba a tu criterio.
Al compartir juntos – normalmente en la entrada sobre España – luego de cada sesión, se formaban lazos entre todos. También cuando cada autor explicaba más de lo que quería decir, y las opiniones eran también más libres, personales y sinceras.
Fui vicepresidente en 2 periodos, pero el que más me marcó fue en mi último año, en 2016. Si bien no conseguí llegar a la presidencia ese año, diría que, como miembro de esa mesa directiva, viví el mejor año de mi vida en el colegio.
Y ya como uno de “los más grandes” la perspectiva es distinta: ves a los más chicos como hermanos menores, que te miran con orgullo, expectantes de lo próximo que les vas a relatar, ya sea una historia de amor u odio, de miedo o esperanza; cada una de ellas son fruto de lo que viviste en tu pasado como más chico, que aprendiste de tus compañeros mayores, que florece en una experiencia nueva que pondrá su semilla en los corazones de tus hermanos pequeños.
Ellos te están escuchando atentamente y luego las tomarán como suyas y les hará crecer y mejorar como escritores y personas, y así es como se perpetúa la academia en su mística y en su clase,
¿Cuál cree que fue el momento más emocionante y/o satisfactorio que vivió dentro del estamento?
Fue, sin dudas, la sesión de 6° curso, a final del año lectivo. Es siempre esa sesión la más emotiva, cuando en 7° grado viste a los de 6° curso llorar en el atril era como un triste e incierto vistazo al futuro. En 6° curso mirás al público y te toca despedirte de todos los compañeros miembros, que saben cómo sentís, cómo pensás (gracias a tus obras).
Entre lágrimas, podés ver que el futuro que te espera no es en realidad triste sino esperanzador, aunque incierto; las lágrimas son de la emoción de saber que al salir volando de tu nido una parte de él siempre te va a permanecer dentro tuyo.
¿En algún momento volvió a alguna de las reuniones, como invitado?
De hecho, sí. Tuve la fortuna de asistir varias veces como exalumno, por motivos de nostalgia y también un poco por la responsabilidad que recaía sobre los alumnos de la última promoción de la profesora Bianchi; el futuro que le deparaba a la academia era incierto, una era de recambio afectó a la academia al despedirse de la profesora, sucesora del padre Alonso.
Esto siempre preocupó a los exalumnos ya que, por más que los que la sucedieron tenían el título en Letras, no igualaban a la exigencia y mucho menos la presencia que imponía la profesora.
Obviamente, no fui el único exalumno en asistir a las sesiones con el objetivo de evitar que la academia se desvirtúe. De hecho, fue después del 2016 cuando más presencia hubo de exalumnos de distintas promociones.
¿Qué le gustaría ver en la Academia Literaria hoy o en el futuro?
Algo de lo que fui testigo con el paso del tiempo es que hay cada vez más alumnos pequeños que se atreven a presentar sus obras. Y no solamente se ve su valentía, sino su calidad y potencial inmediato.
Quisiera que esa participación y calidad sea aún más activa, porque veo, sin embargo, que hay promociones enteras que apenas cuentan con 1 alumno miembro o incluso ninguno. Así, la academia corre riesgo de extinguirse.
¿Hay algo que quiera añadir o un mensaje para los alumnos?
Si bien hablé en concreto sobre la Academia Literaria, me conocen por haber participado en la gran mayoría de los estamentos. Es algo de lo que no me arrepiento, para nada. A los alumnos les insto a participar activamente de ellos, sea en el estamento que fuere.