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Entrevista a Tito Marsal, exalumno de la promoción 1982
Ernesto Marsal lleva el arte en sus venas, como él mismo afirma. Comenzó a especializarse con las acuarelas a una edad que muchos considerarían “tardía”, pero, como explica el artista, en realidad no hay tiempo para el arte, o para sumergirse en una pasión y dejar que esta se materialice.
Esta pasión para Marsal, comenzó con la acuarela y hoy día ha adoptado distintas formas, distintas técnicas. En esta nota nos habla del objeto de su inspiración, al mismo tiempo que nos cuenta algunos detalles de su aventura en el arte.
¿Podría hablarnos de su formación artística?
Mi formación viene más por la sangre que por lo académico, soy descendiente de Don Serafín Marsal, escultor español venido a Paraguay a principios del siglo 20. Por ello, puedo decir que el arte fluye por mis venas.
Por otro lado, me inicié en el año 2018, a los 40 y pico de años, tomando clases particulares con el profesor Rudi Cáceres, quien me enseñó las técnicas de la acuarela. Posteriormente, fui evolucionando con las distintas formas e ideas que estuve plasmando en mis obras.
Oficialmente, me lancé en junio de 2019, en la fiesta de la colectividad italiana llevada a cabo en la plaza Italia. Fue allí donde podría decir que me hice conocer al público. De allí, fue una seguidilla de exposiciones colectivas realizadas en Asunción.
El momento cumbre del 2019 fue mi exposición individual, que reflejó todo el año de creaciones dentro de la figura pictórica que centra mi atención, que es un árbol. La misma se denominó “Savia”, y fue llevada a cabo el 14 de diciembre, en Areguá, ciudad mística para todo lo que es arte.
Durante los primeros meses del año 2020, tomé clases con el profesor Gabriel Brizuela, con quien aprendí otras variables del dibujo. Así, me encaminé hacia un nuevo proyecto pendiente de materialización, que son las manos, con todo lo que una sola imagen puede expresar.
En enero del 2020 expuse en San Bernardino, en Casa Hassler. Luego, la pandemia incipiente, que obligó a todos los secotres a mantener un aislamiento, trajo para mí el inicio de mis obras en collage, con materiales orgánicos y de desecho – como puede ser el té, café, piedras, papel, etc. -. A este, fui completando la terminación con témperas e incluso acuarela, para dar la terminación final.
Actualmente, fundé una galería a cielo abierto, bautizada como “Tu espacio”, nombre que invita a todos los artistas a formar parte de esta realidad. Ya se han hecho tres exposiciones colectivas y hay dos en camino de realizarse. Así, han pasado más de 15 artistas por el lugar. .
¿Qué busca, como artista, en sus obras?
Busco despertar la importancia de la presencia del árbol en el medioambiente, con todos los beneficios que el mismo aporta. El árbol significa oxígeno y vida, por ende, en un tiempo en el que creemos en las máquinas y la tecnología; cuando el progreso implica destruir el medioambiente en pro de beneficios económicos.
Es hora de darnos cuenta de que, sin los árboles en el ambiente, ¿quién más nos dará vida? Es lo fundamental para el mejoramiento de las pésimas condiciones ambientales que hoy día estamos sufriendo.
No es una cosa que ayer nomás se gestó, este proceso de destrucción lleva décadas. Y, repito, las consecuencias la estamos viviendo hoy y es el legado que dejaremos a nuestros hijos, lastimosamente, si no tomamos medidas supletorias urgentes.
¿Qué sentimientos querría despertar, con su arte?
Los sentimientos que me gustaría despertar es el amor a la naturaleza, en todo su contenido. La naturaleza es sabia, generosa y desinteresada, es como el amor de una madre.
Me gustaría que, en cada árbol que plasmo en mis obras, el espectador viera aquel árbol que podría estar en su patio o vereda… cada uno con su propia identidad, porque cada árbol, en el desarrollo propio, presenta su propia imagen.
Actualmente, ¿qué interés observa, hacia el arte?
El interés actual que se observa es bastante favorable. Por ejemplo, notamos un crecimiento llamativo hacia una técnica como la acuarela, que estaba en recesión. Hoy día, podemos decir que hay muchísimos artistas que pintan con acuarela con mucho ímpetu. Esta, así como tal, es una técnica que termina enamorando al artista y al público que participa en las exposiciones, que va apreciándola de otra manera.
¿Cuáles son sus expectativas, como artista?
Como artista, tengo aún mucho por delante, por evolucionar y seguir aprendiendo. A los 50 años logré reinventarme y sacar al artista que estaba dentro mío. Tomando en cuenta que mi formación es contable – lo mío es números y exactitud -, contrasta con el arte, que es expresión libre del alma en una obra.
Tengo aún tiempo, hasta que Dios lo diga. Querría dejar a la sociedad un legado pictórico. Y, por qué no, una marca en el arte; que se distinga a mis obras de otras, con esa impronta propia que es innegable encontrar, cuando se deja libertad a la creatividad.
¿Algo que quiera añadir?
Al lector de este artículo en especial, le puedo decir que no hay que tener miedo de hacer lo que a uno le gusta, de reinventarse, sin importar la edad que tenga. En la vida, las personas dicen arrepentirse de no haber hecho tal o cual cosa; eso no sería así si nos decidiéramos a romper nuestra zona de confort a los 30, 40, 50 o 60 años.
Descubrir que hacemos lo que nos gusta, que estamos satisfechos por lo hecho, no tiene precio alguno. No tengan miedo de realizar sueños, ni que les detenga la famosa expresión “sos viejo para eso”. Viejos son los trapos: el ser humano nunca deja de aprender. Mientras haya un día para vivir, busquemos nuestra felicidad en la disciplina que sea y se pueda.