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Entrevista a Enzo Boccia y Roger Ayala, exalumnos de la promoción 2018
Cada campamento tiene algo mágico. Roger Ayala y Enzo Boccia coinciden en la importancia de hacer perdurar la esencia del mismo, que es una cualidad que perdura con el paso de las generaciones y mantiene viva esta hermosa actividad.
Así mismo, ambos señalan que la perseverancia, la unidad, y los valores que se adquieren en los campamentos siguen presente en las vidas de todos los alumnos que pasaron por alguno de ellos.
¿Cómo fue su experiencia en el campamento?
RA: El campamento es algo que nunca se olvida, uno siempre quiere volver allí para disfrutar de esos momentos inexplicables que se viven cada día. Fui por primera vez cuando estaba en séptimo grado y nunca dejé de ir. Si mal no recuerdo, estuve presente en 16 campamentos; cada uno de ellos me enseñó algo diferente, ya que cada campamento llevaba una consigna y un valor, los cuales debían ser respetados en el transcurso del mismo. Participar del campamento fue una experiencia increíble, es una de las actividades que más extraño del colegio. Algo que siempre me impresionó es la historia que tiene, cómo podés hablar tranquilamente de tus anécdotas con alguien 10 años menor o mayor que vos, incluso con familiares que también asistieron a este hermoso lugar.
EB: La experiencia de haber sido parte del campamento es única. Es donde uno encuentra desafíos personales y grupales, los cuales son principales formadores del “carácter sanjosiano”. Me tocó ser acampado, jefe de grupo, comando y jefe de campamento. En todas y cada una de estas etapas uno va cumpliendo un rol, posee responsabilidades, y va en busca de objetivos. Estos se ven muy reflejados en la vida profesional y personal.
En el tiempo que fueron acampados, hasta su último año, ¿vieron o sintieron algunas diferencias en esta actividad?
RA: En mi opinión, sí. El campamento siempre va adaptándose cada cierto tiempo, y muchas veces se adapta por el bien de este lugar. Pero son cambios que no influyen en lo más importante del campamento, que es la esencia del mismo; algo que se sigue manteniendo y espero que nunca desaparezca. Esta esencia es lo que da los maravillosos momentos, que cada uno vive a su manera en el campamento, como esas noches temáticas en los fogones, las musicas de Sui generis en las peñas, los descuereos por las mañanas, entre otros.
EB: Al pasar los años, van cambiando los objetivos, van cambiando las cabezas, pero la esencia del lugar nunca cambia. Esta esencia se comprende de los principales valores, que son constantemente mencionados por ex alumnos (amistad,valor, respeto, perseverancia y otros) y no en vano son mencionados reiteradas veces.
¿Tienen alguna anécdota en especial, que sigan contando hasta hoy?
RA: Existen tantas anécdotas que me dio ese lugar que ahora mismo me resulta difícil acordarme bien de una en específica. De todas formas, en cada reunión que hacemos entre compañeros, haciendo un asado, después de un partido en el Exa o cualquier actividad que se realice, siempre se termina hablando de los momentos e historias que cada uno tiene o vivió en ese lugar, una más simpática que la otra. Es en esos momentos cuando uno anhela volver a esas épocas de colegio, para vivir de nuevo estas experiencias que deja el campamento.
EB: Las anécdotas que más recuerdo son las noches en Piribebuy, donde la piel de gallina está presente, el pecho aprieta, la ansiedad inunda la cabeza… pero la unidad y el valor te agrandan y afrontas los asaltos. Nos tocó el desafío de volver a hacer un asalto en las piezas, realizándolo en la pieza chica. Terminamos bastante contentos con los resultados, hasta jugamos lucha, en medio del asalto, con los asaltantes.
¿Cuáles características del campamento considera más valiosas para el crecimiento de los alumnos participantes?
RA: El campamento es un lugar que forja muchos valores en cada una de las personas que asiste al mismo. Al término de cada uno se termina con algún aprendizaje. Lo que más quiero resaltar es la amistad y unidad que genera en alumnos de diferentes edades, así como también el valor y la perseverancia que uno va adquiriendo en el transcurso de los años, ya que nada en la vida viene fácil y uno debe luchar por lo que quiere. Eso es algo que sirve en cualquier lugar donde estés, ayuda en el día a día que cada uno tiene en la vida.
EB: Los valores del campamento los conocemos de memoria y son de suma importancia. La unidad me parece la más importante. Puede faltar hasta el campamento, como lo están viviendo hoy los alumnos, pero el seguir trabajando juntos, intentando sacar adelante cualquier dificultad formará los amigos para toda la vida.
¿Algún mensaje que quieran compartir, con los alumnos que participan, participaron o participarán de esta actividad?
RA: Nada más que pedirles a los que siguen yendo al campamento que lo sepan cuidar, que no traigan las cosas del campamento a Asunción y que no dejen morir esa esencia que caracteriza a ese hermoso lugar. También que traten de ser ejemplo en el colegio, ya sea con sus notas o comportamiento, más aún si son parte de las personas que organizan el campamento. Quiero aprovechar el momento para agradecer a la asociación Dios, Patria y Familia y también a Nicolás Dos Santos, quien fue mi director en el campamento que me tocó ser Jefe de Campamento. Sin ellos hubiera sido difícil sacar el campamento en Invierno del 2018.
EB: Gracias a Dios, tuve la suerte de compartir campamentos con mi hermano, que me pudo guiar. En una ocasión me encontraba frustrado por unos errores como acampado y me dijo “cuando no puedas más, un poco más”. Era muy chico y me costó entender al principio, pero, al pasar el tiempo, empecé a aplicar esas palabras. Para los alumnos que hoy son partícipes y los que serán, los resultados pueden ser positivos o negativos, pero perseveren y sean unidos durante el proceso y disfrutarán lo que vendrá como resultado.