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Santiago Filártiga Lamar, exalumno de la promoción 1998, es dramaturgo y narrador con 4 libros publicados hasta la fecha y – según nos adelanta – una quinta obra que se lanzará en septiembre.
En esta entrevista nos habla de su experiencia en cuanto a la producción y publicación de obras literarias en Paraguay, así como la demanda e interés por parte de la sociedad actual.
¿Podría hablarnos, brevemente, de su trayectoria profesional?
Mi primer libro, de cuentos, se publicó en 2010. En 2015, publiqué otro libro de relatos, basados en hechos y personajes históricos, pero recreados libremente. Este último recibió una mención de honor en el Premio Nacional de Literatura de 2017.
Posteriormente, publiqué dos libros de teatro, en 2017 y 2021, respectivamente. Cada uno incluía tres comedias. Del primero, se llevaron a escena las tres, en 2018, 2019 y 2021. Del segundo, se realizó una, en mayo de este año. Se repondrá ahora, en agosto. Todo esto en Asunción.
A comienzos de septiembre, seguramente, presentaré mi quinto libro. Es una compilación de microcuentos ilustrados por seis jóvenes artistas paraguayos. Todas estas publicaciones las hice en edición de autor.
¿Cómo o por qué se inclina hacia ciertas temáticas?
Creo que las temáticas, así como los géneros elegidos, tienen que ver con los intereses propios, lo que a uno le gusta. Fundamentalmente, lo que escribí y publiqué son cuentos y obras de teatro, que es lo que más leí. Por eso, es natural que me incline a estos géneros. Creo que la temática tiene que ver con los intereses, las vivencias, la personalidad, lo que a uno le tocó vivir, las cosas que a uno le preocupan de la realidad que le rodea.
Podría comentarnos, desde su experiencia, ¿cómo ve el mercado en Paraguay para la producción y publicación literaria?
Voy a decir una obviedad: sin duda, muy difícil.
Tanto para la producción como para la publicación. En Paraguay, para cualquier artista – de cualquier ámbito o disciplina artística – las condiciones son muy difíciles.
Por un lado, casi siempre es imposible vivir del arte. Entonces, hay que tener un trabajo paralelo, que dé una entrada para poder mantenerse. Esto resta tiempo para dedicarse a la creación.
Por otro lado, somos una sociedad que no tiene – empezando por las autoridades gubernamentales (sin distinción de épocas o colores) – mayor interés, no le da importancia, no valora el arte. Hay una falta muy grande de reconocimiento a los artistas.
Eso también tiene que ver con las dificultades para publicar, porque no hay un mercado grande o mucho interés – como decía – en lo que hacen los artistas paraguayos.
En concreto, en la literatura, no tengo mucha experiencia con las editoriales porque, como dije antes, siempre publiqué en edición de autor. Esto es, en parte, porque las condiciones que ofrecen las editoriales no son ventajosas para los autores. Claro que esto tiene que ver con el rubro al que se dedican: vender libros. Obviamente una sociedad como la nuestra no ofrece mucho margen de ganancias en este rubro. Y, al fin de cuentas, las editoriales son comerciantes.
¿Y el mercado en cuanto a demanda y consumo de autores nacionales?
No somos una sociedad que consuma mucho arte, por decirlo de una manera. Mucho menos literatura, no somos una sociedad lectora. El segmento de la población que lee, lee mayormente autores clásicos, autores extranjeros. Creo que no demasiadas obras de autores nacionales.