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Entrevista a Fabrizzio Galiano, exalumno de la promoción de 1998
Fabrizzio Galiano aprendió del Mepcah la proactividad y el trabajo en equipo, dos valores que, más tarde, siguieron acompañándolo en su vida personal y profesional. En esta entrevista, describe algunas situaciones de las cuales pudo ganar estos aprendizajes, y muchos más.
¿CUÁNTO TIEMPO ESTUVO INVOLUCRADO CON EL MEPCAH?
Cuando pasé a secundaria, al patio grande, era todo nuevo para mí; tener un profesor guía fue una de todas las novedades. Una de esas grandes personas que se cruzaron en mi vida, tanto académica como personal, fue Walter. Cuando iba a su oficina veía fotos de campamentos, y un día le pregunté si podía ir con ellos. Así comencé a participar de los campamentos y excursiones, siendo expedicionario a inicios de la secundaria hasta llegar a organizarlos al final de la misma.
¿CÓMO LLEGÓ A LA DIRIGENCIA?
Fue un largo camino; participé en varios campamentos, pasando de ser uno más de todos, hasta que llegó el que para mí fue el más importante (organizativamente hablando), el de Bariloche. Implicó ir al consulado de Argentina como responsable a cargo, porque ya tenía 18 y llevar la planilla y papeles de todos. Después, en el viaje en sí, me tocó ser el más “grande” (aunque viajaron otros de 6°) y tramitar los papeles en aduana y otras gestiones similares, además de estar atento durante el viaje.
¿EN QUÉ ASPECTOS CREE QUE LOS AÑOS PREVIOS, DENTRO DEL MOVIMIENTO, FUERON FORJANDO EL LIDERAZGO NECESARIO PARA DIRIGIR, POSTERIORMENTE, EL MOVIMIENTO?
Creo que haber empezado desde chico te va enseñando cómo se maneja un grupo, qué podés hacer y qué no, y los límites que no se deben cruzar por el bien del grupo. Límites que, estando desde el otro lado, uno siempre quiere cruzar; ir un poco más allá, más cerca de la cascada o el salto o pasar la primera noche solo en algún lugar un poco más peligroso de lo habitual. Son experiencias que, con los años y viendo cómo nos manejaban otros líderes, uno va aprendiendo y tratando de mejorar, como persona y referente.
Y, COMO DIRIGENTE, ¿CÓMO FOMENTAR EL LIDERAZGO DE LOS DEMÁS MIEMBROS?
El liderazgo de un grupo se va haciendo de a poco: ir dando tareas a grupos chicos e ir viendo quiénes se encargan de organizarlas. Están los más proactivos, que siempre van primero y no necesitan ayuda, es innato de ellos ser creativos, y están los que siguen a los demás, que es con quienes hay que trabajar más, dándoles tareas específicas para que vean que pueden realizarlas y vayan ganando confianza. Así, pueden superar sus límites, convirtiéndose en proactivos y llevar, entre todos, al grupo a la mejor experiencia posible.
¿RECUERDA ALGÚN MOMENTO ESPECIALMENTE DESAFIANTE Y, POR TANTO, IDÓNEO PARA FORJAR LOS VALORES YA MENCIONADOS?
Hay dos viajes que recuerdo siempre. Uno, al Salto Cristal. Parecía ser como cualquier otro, llegamos con el micro y las camionetas, el pronóstico era favorable para el campamento, hasta que de repente todo cambió y en medio del campamento nos agarró una tormenta. Por seguridad, ya que había gran cantidad de agua que descendía hacia el salto, decidimos volver. Pero, cuando lo intentamos, nos dijeron que teníamos que volver caminando, porque el micro que nos llevó no podía llegar. Nos acompañaron 3 camionetas, que las llenamos con todas nuestras cosas para poder caminar tranquilos bajo la lluvia. Al intentar salir, nos dimos cuenta de que parte del camino ya no estaba y empezamos a trabajar en equipos para poner las rampas y distintos tipos de nudos con las cuerdas que teníamos, para poder sacar las camionetas y aliento entre todos, para caminar los kilómetros restantes, hasta donde el micro pudo llegar.
Y el viaje que organizativamente fue más desafiante, fue el de Bariloche, Argentina. Como mencioné, me tocó realizar los trámites en el consulado argentino, con sus idas y vueltas, hasta que finalmente me aceptaron y sellaron la planilla. Luego tocó la logística, y con Walter y mis otros compañeros de 6°, estar al tanto de todo y todos para que sea una linda experiencia. Era el primer viaje internacional que yo hacía con el grupo. La primera noche llegamos al Colegio San José en Buenos Aires y dormimos ahí, pero no todos, algunos dormimos en el micro para cuidar las cosas, ya que nos dijeron que no era un lugar muy seguro a la noche.
Al día siguiente llegamos a la casa del Colegio San José en Bariloche, esta fue la experiencia más desafiante y gratificante que tuvimos, ya que salió bien de principio a fin.
¿CREE QUE EL MEPCAH TAMBIÉN AYUDA A SUS MIEMBROS A DESTACARSE EN OTROS ÁMBITOS?
En lo personal, me fue muy bien con la filosofía de la proactividad. Ahora soy médico en Argentina y el lugar donde trabajo abrió otra sede, donde me dieron la responsabilidad de ser Director Médico, y trabajamos en equipo para convertir el lugar en una referencia en la zona. Estoy convencido de que solamente trabajando juntos y dando la importancia a cada uno de los integrantes, el equipo va mejorando.
¿ALGO QUE QUIERA AÑADIR O UN MENSAJE QUE QUIERA DEJAR?
Después de haber pasado por el MEPCAH, uno se da cuenta que es de gran importancia trabajar en equipo para llegar a grandes resultados. Tal vez uno sea la cabeza, la punta del iceberg, pero todo el grupo empuja. Y, a nivel personal, que hay que trabajar por ser proactivo, puede ser que no todas las ideas que uno tiene lleguen a buen puerto, pero sin ideas no se zarpa.