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Entrevista a Ivan Dumot, exalumno de la promoción 1986.
Ivan Dumot fue presidente del centro del estudiantes del colegio, en su último año. Se trató de una asunción particular ya que en un principio no ganó las elecciones, pero debió acompañar y apoyar al presidente electo hasta el momento en que este no pudo continuar en sus funciones.
En esta entrevista nos cuenta los detalles de las circunstancias que acompañaron al evento y los aprendizajes que llevó consigo de esos últimos años.
¿Qué nos puede contar de sus actividades actuales?
Seguí la carrera de Ingeniería Civil, trabajé 14 años en la profesión en una empresa familiar llamada Dumot Construcciones, luego, en una transición familiar, mis hermanos pasaron a encargarse de la misma y yo pasé a trabajar en el rubro de la producción y distribución de productos de consumo masivo y hoy me toca dirigir Distribuidora Gloria, una empresa con más de 30 años en el mercado y que representa muchas marcas de consumo masivo en la línea de tabacos, bebidas alcohólicas y alimentos… un portafolio muy importante y reconocido mundialmente. Estoy en esta compañía desde hace 18 años y estoy a cargo de la presidencia de la misma.
En lo personal, estoy felizmente casado desde el 2000, con Andrea Saba, y tengo tres hijos, una hija, Nadua de 16 años y un par de mellizos, Ivan y Rubén, que acaban de cumplir 13 años.
¿Qué recuerda de sus últimos años de colegio?
Para mí, los recuerdos del colegio son los mejores recuerdos de mi historia. Siempre comparo mi época de colegio con otros momentos distintos como facultad, trabajo, donde fuera, y llego a la misma conclusión: esos últimos años del San José fueron los mejores años de mi vida y los que me han dejado un legado imborrable en el corazón, una historia de la que me enorgullezco enormemente de haber sido partícipe, que me ha dejado un montón de hermanos – una promoción 86 extremadamente unida, cariñosa entre sí, y con los que tengo la dicha de compartir alegrías, y a veces tristezas también-. Como todo buen sanjosiano aprecia, el colegio nos ha dejado ese grupo de compañeros a pesar de los más de 30 años que ya han pasado desde que nos recibimos.
Sin duda la formación académica que el San José tenía en aquel entonces era una de las abrió un montón de puertas a muchos emprendimientos, en la universidad, a acceder más rápidamente a capacitaciones, a oportunidades… facilitó mucho la calidad de la enseñanza que nos impartieron en el colegio. Y también la disciplina que recibimos. Si bien se tiende a calificar al San José como un colegio de poca disciplina – quizás por algunos pocos acontecimientos aislados -, yo la aprendí en el colegio. En resumen, creo que formó mi carácter, mi capacidad intelectual, me dio un grupo de amigos… me dio todo lo necesario para ser feliz.
¿Cómo se dieron las circunstancias para asumir la presidencia del centro de estudiantes?
Me candidaté por el 6° Curso B, tras un consenso con mis compañeros, y el candidato de la otra lista fue Juan Carlos Wasmosy. Fueron elecciones reñidas, disputadas, siempre con mucha tolerancia y buen ambiente, no hubo grandes diferencias o discrepancias entre ambos grupos. En una apretada elección nos ganó Juanca, se convirtió en presidente por pocos votos, menos de 10 votos de diferencia. Pero desde ese entonces Juanca estaba consciente de contar con una enfermedad que le aquejaba y que le llevó a fallecer en setiembre de ese año. Por eso, desde el primer día me pidió que le acompañara. A diferencia de otros años, en los que la lista perdedora suele quedar totalmente marginada del Centro o con muy poco espacio, él tuvo todo mi apoyo. Desde el primer momento Juanca me pidió que no lo dejara solo, que él iba a llevar el timón hasta donde le fuera posible, pero que necesitaba contar conmigo.
¿Cómo fue dándose la transición?
Así fue dándose durante el periodo de su enfermedad una transición en la que a veces él estaba, a veces yo tenía que llevar más las cosas, hasta que finalmente se hizo insostenible su presencia física en el colegio. En los últimos meses, antes de fallecer, me delegó formalmente la presidencia del Centro. Lo tuve que llevar hasta el final del año, con muchas satisfacciones por las cosas que logramos, pero también con la pena grande de tener que despedir a nuestro presidente. Me tocó dar el discurso de despedida en el colegio, en la misa de su entierro, y creo que ese fue el punto más doloroso que como promoción nos tocó vivir.
Pero también nos dejó enormes enseñanzas, como el lema que perdura: “El San José unido jamás será vencido”.
¿Hubo, a partir de ahí, algún otro hecho significativo?
Obviamente, el Centro de Estudiantes tiene múltiples actividades, entre ellas sobresale el intercolegial del colegio, la kermesse, las actividades propias del Centro, las diferentes secretarías en las que uno va cumpliendo con los distintos roles, dentro de un cronograma – en esa época – bastante preestablecido por las actividades en las que el colegio y los estamentos estaban inmersos en aquel entonces.
Y el Centro de Estudiantes siempre era parte de ellas, a veces con mayor actividad, a veces colaborando, y siempre muy presente en todos los actos del colegio.
¿Cómo diría que se dio el cierre del centro que entregaban?
Cumplimos todos los objetivos, entregamos un Centro muy ordenado, con números muy claros para las siguientes generaciones y, algo que creo que uno valora mucho, la ayuda a formar líderes, haber trabajado con las “camadas” que venían debajo, dándoles suficiente participación a los alumnos de 4° y 5° curso para que vayan tomando su rol y presencia en las distintas actividades, hasta que destacasen algunos que contaban con un liderazgo natural y pudieran ir perfilando la siguiente partida de líderes del colegio. Creo que eso fue uno de los aciertos de nuestra gestión.
¿Y cómo se daba ese apoyo por parte de los compañeros?
Pasamos un año difícil con la enfermedad de Juanca, no existía prácticamente una división en la promoción, entre las secciones A y B. Todos sufrimos mucho ese proceso y prácticamente la integración de ambas listas en el día a día fue inmediata y muy fluida. La construcción de la amistad que hicimos durante toda la vida en el colegio facilitó ese proceso. Creo poder decir con certeza que no tuvimos que administrar ningún tipo de conflicto.
Por último, ¿qué se lleva consigo de ese tiempo?
Sin duda la experiencia de liderar el Centro de Estudiantes, con sus complejidades y sus múltiples actividades le preparan a uno para la vida profesional. A mí desde joven me tocó integrar muchas actividades gremiales, hoy día soy parte de varios gremios importantes de Paraguay en los que destaca el espíritu de hacer un poco más de lo que es la propia profesión.
A nadie se le obliga a participar de un gremio y buscar la mejora del país en sí y no solo de las empresas; creo que ese espíritu se formó en el Centro de Estudiantes