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El presidente actual de la APAC, Mario Ardissone, ha aportado este artículo a esta edición especial de nuestra revista. En su escrito, brinda algunos consejos para permanecer unidos en la dificultad y salir de la misma todos juntos.
El tema del momento es esta cuarentena que nos tiene encerrados y que nos ha puesto en un estado de absoluta incertidumbre a la cual no estamos acostumbrados y para la cual no estábamos preparados. De un día a otro se han desplomado todos nuestros presupuestos sociales y económicos.
Esta coyuntura también afecta a la comunidad educativa del colegio; las clases se interrumpieron, muchos padres pasan por dificultades económicas y hemos adoptado un rol más protagónico en la enseñanza mientras que los maestros están haciendo esfuerzos titánicos para adaptarse con éxito a una nueva modalidad de enseñanza, mientras los chicos deben mantenerse lejos de sus amigos y aprender a aprender de una manera diferente.
El cambio ha sido tan fuerte y repentino que, como náufragos al caer al mar, nos obliga a aferrarnos a aquello que nos pueda mantener a flote y nos dé alguna certeza. Sin dudas, el primer elemento es la familia y los afectos, el estar juntos nos brinda tranquilidad. El segundo elemento quizás sea el económico, y es el que más incierto aparece en el horizonte y sobre el cual tenemos menos control.
El primer elemento es la familia y los valores
Como asociación de padres, las dos cuestiones más sensibles son cómo adaptarnos a los cambios en la metodología de la enseñanza y cómo afrontar económicamente estos cambios.
Con respecto a la enseñanza debo decir que me ha tocado ver el enorme esfuerzo que ha hecho el Consejo Directivo del Colegio y los profesores para no interrumpir el desarrollo de las clases y debo decir que lo han hecho con velocidad y eficiencia. El San José está mucho mejor que muchos otros colegios.
Con respecto a lo económico, si bien siempre nos resulta ingrato hablar de ello, como comunidad educativa tenemos la capacidad y oportunidad de ayudarnos mutuamente para contribuir a restaurar algunas de las variables que se han vuelto inciertas. Pero, para eso, antes que nada, debemos entender las problemáticas y ser solidarios.
El colegio deberá ser solidario con quienes seguramente tendrán serias dificultades en pagar sus cuotas, brindándoles facilidades para honrar sus obligaciones, y quienes no se vean tan afectados por esta crisis deberán ser solidarios pagando en plazo sus cuotas a fin de mantener un flujo que permita al colegio tener un respiro financiero para no desafectar laboralmente a nadie y permitir refinanciar las obligaciones de aquellas familias más afectadas. Esta es la clave para salir adelante: entender que de esta coyuntura solo podemos salir juntos y no podemos dividirnos ahora.
Muchas veces hemos respondido como comunidad educativa para ayudar a quienes nos necesitaban y la mayoría de las veces no conocíamos a quienes estábamos ayudando. Hoy debemos decir que la caridad empieza por casa. Hoy debemos, como nunca, poner en práctica el “aquí estoy” y tendernos una mano para que pronto podamos reencontrarnos todos.