La experiencia de alegría y compañerismo es contagiosa

Entrevista a Fabrizio Filizzola, exalumno de la promoción de 2019

Los talleres de Omapa, de química y de física eran actividades separadas que, gracias a la iniciativa de un grupo de alumnos comprometidos con estas materias, luego se unieron para formar la Academia de Ciencias Exactas. Fabrizio Filizzola fue parte de este equipo, vivió los primeros momentos de este nuevo estamento y asegura que aún queda mucho camino por recorrer y muchos frutos por recoger.

¿Cómo llegó a ser parte de la Academia de Ciencias?

Desde una temprana edad las matemáticas llamaron mi atención, por lo que, al enterarme (en tercer grado) de que el colegio estaba participando de las olimpiadas infantiles de OMAPA, no dudé en acercarme al profesor Hugo para formar parte del estamento de OMAPA San José. Desde ese entonces he participado en todas las Olimpiadas de Matemáticas y asistido a los talleres del estamento. A partir del primer curso empecé a participar en olimpiadas de física y química, por las cuales sentía la misma pasión y curiosidad que las matemáticas despertaban en mí. Como mucho de mis compañeros compartían el mismo sentimiento por estas competencias, nos organizamos para fundar la Academia de Ciencias Exactas, con el apoyo de las autoridades del colegio y los profesores.

¿Cómo fue su experiencia en la academia?

La academia nos otorgó la oportunidad de aprovechar al máximo nuestros talentos en las Ciencias Exactas. En cada entrenamiento, taller, y competencia sentíamos las siglas ATA (amistad, tolerancia y ayuda mutua) que nos impulsaban a dar lo mejor de nosotros en cada una de esas actividades.

Sin embargo, nunca este sentimiento fue exclusivo de la academia; siempre el objetivo fue compartirlo con los demás. Esto se manifestó en proyectos como la tutoría en olimpiadas matemáticas a estudiantes del Colegio San Miguel y la organización de la primera Olimpiada de Física del Colegio San José.

Ud. vivió el momento en que se unificaron Omapa, Física y Química en una sola academia, ¿cómo se dio esta transición?

Más específicamente, yo fui parte del grupo que propuso y promulgó esa maravillosa idea. Todo proceso de transición conlleva adaptación. En nuestro caso, la adaptación no llevó mucho tiempo, por la pasión y dedicación con la que todos trabajaron. La directora, los profesores del área de las Ciencias Exactas y cada uno de los miembros de la academia se comprometieron con esta idea desde el comienzo, pudiendo transformar nuestro sueño en realidad.

La academia nos otorgó la oportunidad de aprovechar al máximo nuestros talentos

¿Esto trajo algún cambio en la dinámica de la academica?

Los talleres adquirieron un mayor entusiasmo y pasión, debido al compromiso. El lazo que nos unía se hizo más fuerte y nos sentíamos más identificados como grupo en cada olimpiada. Ya no era un individuo el que competía, sino un grupo unido que buscaba dejar el celeste y blanco en lo más alto. Era expresar el verdadero espíritu del San José de compañerismo y determinación de dar lo mejor en cada actividad.

¿Cree que esto ayudó a atraer a más alumnos?

La experiencia de alegría y compañerismo de la academia es contagiosa, por lo que cada vez más alumnos se acercan a los talleres. Compañeros, que antes se sentían solos en su forma de pensar, encuentran un lugar ideal para expresarse libremente en los talleres que ofrece la academia. Un grupo abierto a estudiantes que posean intereses en las ciencias exactas es una propuesta única para la comunidad de nuestro colegio.

¿Algo que recuerde de este tiempo, que quiera contarnos?

Al pensar en esta pregunta no puedo dejar de alegrarme por los recuerdos inolvidables que me vienen a la mente. Pero, si me tengo que quedar con uno, serían los miércoles de tarde en los que les enseñábamos a nuestros hermanos del Colegio San Miguel. Elijo esos momentos porque en ellos sentía los valores betharramitas que tenemos impregnados en el corazón todos los que formamos parte de la familia del Colegio de San José.