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La familia Bataglia es una de las más destacadas a lo largo de la historia del colegio San José. Con una importante cantidad de sus integrantes como abanderados, mejores egresados e incluso medalla de oro de la institución, nos dimos a la tarea de conocer las historias personales de cada uno de sus miembros y qué los llevó a ser una familia que es sinónimo de excelencia académica.
Uno tiene que esforzarse y no estar esperando
VICENTE BATAGLIA DOLDÁN Exalumno de la promoción 1956
El señor Vicente Bataglia, padre de la familia y exalumno de la promoción de 1956, medalla de oro de su promoción junto a Juan Carlos Wasmosy, inicia el anecdotario:
“Sobre los elementos para haber salido mejor egresado hay que señalar algunas cosas muy interesantes. En primer lugar, siempre quise ser alumno del San José; vivía en el barrio Las Mercedes y siempre le pedía a mi papá entrar y él, dentro de su modestia de sastre de barrio, me dio el premio de inscribirme. Eso para mí ya era una gran responsabilidad.
Yo debía cumplir con mi padre y con la sociedad llevando una vida de estudiante acorde a lo que uno debe hacer siempre. Tuve la suerte de estar rodeado de compañeros excelentes, hasta el día de hoy nos seguimos reuniendo. Todo esto quiere decir que el compromiso de los alumnos del San José valía y se hizo carne, todo basado en la disciplina que había en el colegio.
La gran mayoría de los profesores en mi época eran sacerdotes y los pocos que no lo eran fueron alumnos antes.
Yo puedo dar una versión sobre la eduación de mi época, puedo decir que me preparó para la Universidad, me disciplinó y me enseñó que uno tiene que esforzarse y no estar esperando. Sentíamos esas enseñanzas en el espíritu del profesor y puedo decir con orgullo que casi todos mis compañeros fueron hombres de éxito y que nuestra promoción estuvo comprometida con la sociedad paraguaya.
En nuestra época nos íbamos prácticamente toda la semana al colegio y para nosotros esa era una rutina linda, creo que esa es la diferencia que yo veo hoy en día, se ha flexibilizado mucho y no se ha puesto lo necesario para que la gente comprenda el esfuerzo, pero tampoco podemos echarle toda la culpa a la educación, la familia también juega un rol importante en eso, considero que debemos revisar como está la solidez de esta hoy en día.
A los jóvenes les digo que amen a sus padres, a sus hermanos, a sus compatriotas y a su patria, así podremos vivir en convivencia y tener lo que todos buscamos, calidad de vida”.
Sentía el apoyo de mis amigos, era una manera de obtener logros entre todos.
RAMÓN BATAGLIA ARAÚJO Exalumno de la promoción 1980.
También el señor Ramón Bataglia, integrante de la promoción de 1980 se suma al relato de su familia por el colegio:
“Yo creo que en el tema de haber sido mejor egresado tiene mucho que ver primeramente la parte genética, porque en mi caso particular, así como el de mi papá y mis hermanos, no era una presión ni una obligación, sino algo natural asistir, entregar los trabajos y demás. Como anécdota puedo contar que yo nunca, hasta ahora, leí dos veces para rendir, siempre una sola vez y nada más.
Creo que tuve una infancia y adolescencia relativemente normal, salía con mis compañeros siempre, tampoco me aislaba para estudiar. También sentía el apoyo de mis amigos, era una manera de obtener logros entre todos.
Hoy, a casi 38 años de haber terminado el colegio y ya teniendo hijos, puedo decir que para nuestra época fuimos unos privilegiados al haber tenido a grandes personalidades que fueron exalumnos del colegio como profesores.
Nosotros leíamos directamente de textos, no es como ahora que se focaliza mucho en ciertas áreas; en nuestra época teníamos una formación general y fuera de las clases, así como contábamos con actividades deportivas, de campamento y demás, también teníamos otras formativas como la escuela literaria y los concursos de historia.
Los valores que me llevaron a ser mejor egresado me ayudaron muchísimo, como soy médico y actualmente también docente en la Facultad; la parte biológica que teníamos, que era espectacular, me sirvió demasiado. En nuestra época los exámenes de ingreso a Medicina terminaban siendo relativamente fáciles porque repetíamos los textos que tuvimos en el colegio.
El consejo que le doy a la generación actual en cuanto a la educación es que, como hoy en día el campo es más duro y competitivo muchas veces los valores se desvirtuan, así que no se olviden primeramente de ellos y que se esfuercen siempre por llegar hasta donde más puedan en cuanto a conocimiento”.
Nos tocó el placer de tener como profesores a profesionales de primera
VICENTE BATAGLIA ARAÚJO Exalumno de la promoción 1981
Otro integrante de la familia Bataglia que nos relató acerca de su paso por el colegio fue Vicente Bataglia Araújo, integrante de la promoción de egresados de 1981: “El concepto era que nuestra única obligación era estudiar, rendir el máximo que nuestra capacidad nos permitía y si la nota máxima era 10 era a la que estábamos obligados a buscar, y eso fue desde la primaria. Con el tiempo se convirtió en un desafío personal para mí, ya no me gustaba sacar una nota que no fuera la mayor, nos mal acostumbramos a eso.
Nos tocó el placer de tener como profesores a profesionales de primera como Nite Irala Burgos, Hugo Ferreria, Marinoni, Perla Benítez, Gladys Heiscecke de Pérez, Maneco y José Antonio Galeano, el padre Antonio Cano, Ethele Debarath, Pedro Gamarra, Mario Paz, Dina Espínola y muchos otros que además de enseñar sus materias nos inculcaron sus valores humanos.
Tuvimos la suerte de que no había cambiado todavía el sistema educativo en esa época, ya que con la reforma comenzó el final de una época dorada en la cual tanto los maestros como los contenidos que teníamos eran mucho más amplios, y no resúmenes o fotocopias. Creo que eso contribuyó a que el nivel académico fuera claramente en descenso.
No creo que me haya beneficiado con algo en particular por ser medalla de oro del San José, sí me quedó siempre la satisfacción de haber cumplido, retribuyendo el esfuerzo de mis padres en mi educación y el orgullo del reconocimiento de mis compañeros que me acompaña hasta hoy. Fuera del colegio podría decir que también me acompañó el reconocimiento de la gente, amigos y familiares que sabían del mérito que implicaba”.
Lo que no hacés hoy no tenés la garantía de que lo puedas hacer en el futuro
CARLOS BATAGLIA ARAÚJO Exalumno de la promoción 1986
El último en conversar acerca de su experiencia como exalumno del sanjo es Carlos Rodolfo Bataglia Araujo, egresado de la promoción de 1986:
“La disciplina y la filosofía de vida de mi familia colaboraron para que resultemos mejores egresados. El estudio es la base de todo conocimiento y permite desarrollarte tanto profesional como personalmente. Tenía el ejemplo vivo de mi padre y mis hermanos mayores. De hecho, los profesores, desde la primaria, me recordaban permanentemente que siendo parte de la familia debía buscar la excelencia sin excusas.
Un maestro una vez me dijo que no repare en lo que hacían mis compañeros y que me concentre solo en superarme a mí mismo.
Sin duda que la educación que impartía el colegio en ese tiempo era de las mejores, la nómina de profesores era envidiable, siendo muchos exalumnos de gran trayectoria profesional. Creo que dicho estándar se ha degradado pero las causas no están solo en el colegio sino en el mismo sistema educativo que comenzó con la famosa reforma de principios de los 80. Desde entonces no ha parado de decepcionar a la gente.
El haber sido abanderados se podría decir que nos benefició en cuanto al reconocimiento de la gente más que nada, algo que resultaba grato, como un premio al esfuerzo académico, pero también una responsabilidad de cumplir con las expectativas que se tenían de uno.
Un consejo que le doy a la generación actual es que aprovechen cualquier canal de aprendizaje sin desperdiciar las oportunidades. El tiempo no retrocede y lo que no hacés hoy no tenés la garantía de que lo puedas hacer en el futuro. La gente normalmente no repara en esto ni en su importancia a la larga”.