Entrevista al profesor Richard Candia, docente de la institución
El coronavirus impactó en muchas realidades y, una de las que más se siente, es la escolar. El eco de esta pandemia en lo académico ha forzado a los profesores a adoptar nuevos métodos de enseñanza y a los alumnos a cambiar el modelo de aprendizaje al que estaban acostumbrados.
El profesor Richard Candia tiene a su cargo la cátedra de Inglés en el colegio, pero además es quien preside el actual directorio de la Asociación de Profesores (ASOP) del colegio. A continuación, explica cómo los docentes se enfrentan a la situación académica actual.
Llegué al colegio como reemplazante en el año 2007, por medio de la profesora Marta Loizeau, a quien agradezco el haberme dado la oportunidad de poder poner mi capacidad al servicio de esta emblemática institución y a los directivos, quienes me permitieron crecer profesionalmente. Luego tuve una pausa como reemplazante y oficialmente me uní al plantel docente en el 2009.
Actualmente estoy como presidente de la misma y apoyado por una diligente comisión directiva. En realidad, lo mío fue fortuito ya que en la lista estaba como vicepresidente, pero el presidente electo tuvo que declinar por cuestiones de índole familiar, y fue ahí donde tomé la posta. Pero nada de hubiera sido posible sin el apoyo de a quienes con orgullo represento.
Todo esto que sucede con la pandemia del COVID-19 nos tiene en un limbo, por lo tanto, el objetivo es solo uno: poder estar seguros de que cada docente esté munido de lo necesario para poder hacer su trabajo de la mejor manera. Esto supone que la asociación siempre va a estar vigilante ante cualquier necesidad que pudiera presentarse y, por sobre todo, ser nexo ante los cambios que se vayan imponiendo, para que estos puedan ser afrontados con profesionalismo por parte de sus miembros.
Nosotros estamos abocados a demostrar que, en estos tiempos de cambios vertiginosos que nos impone la pandemia, estaremos también cambiando paradigmas de la forma de impartir clases. Queremos dejar por sentado que en el San José la educación no para y que esto lo estamos tomando como una gran oportunidad de romper modelos viejos en la forma de impartir clases. Los profesores están siendo entrenados para poder cumplir con este objetivo, y los resultados ya se empiezan a vislumbrar.
El desafío es entender que muchas cosas ya no van a ser iguales. Los docentes tendremos que estar atentos y disciplinados como comunidad educativa, manteniendo el distanciamiento y siguiendo ciertos protocolos post COVID-19, a los cuales no estábamos acostumbrados. Además, también estimo que la institución hará lo suyo para que todo lo que se relacione a información en tiempo real sea el nuevo estilo de trabajo y así ir olvidándonos de los procesos en lotes, y por qué no, hasta del mismo papel. El involucramiento de los docentes va a ser esencial a la hora de ir probando nuevas estrategias y metodologías de enseñanza, y solo lo vamos a poder lograr con un inmenso trabajo en equipo.
Queremos dejar por sentado que en el San José la educación no para
Como todo cambio, supone algo de miedo cuando miramos al futuro. Al comienzo estábamos en una nube de dudas de cómo encarar todo esto. Pero con el apoyo de la institución en darnos las herramientas para poder empezar este desafío, hemos podido en gran manera brindar tranquilidad a los padres y estos a su vez han dado muestras de que podemos seguir haciendo nuestro trabajo concentrados y sabiendo que nuestro futuro está seguro.
Ya todos estamos al tanto de que esta situación nos tomó a todos por sorpresa. Cada institución buscó la mejor forma de seguir en contacto con los alumnos y salvaguadar el derecho que los ellos tienen de una educación. En este contexto, hemos sido partícipes, en mucho de los casos, de una especie de error y ensayo por parte de los distintos actores de la comunidad educativa. Entiendo que también hay un aspecto socio-económico que inclina la balanza no siempre a favor de la educación, pero de nuevo el docente es artífice de tratar de equilibrar esa balanza y con lo poco o mucho que tiene se va abriendo camino. Pero hay realidades innegables, como aquellos bachilleres técnicos que, por su naturaleza misma, una modalidad como la actual no es la más apropiada.
Leí hace poco un poema escrito por una docente del San José, y solo el titulo engloba una gran lección. “Todos hemos perdido algo”. Si nos ponemos a pensar en esto, es así; maestros, alumnos, padres todos nos hemos despojado de algo en estos dos meses de confinamiento. Todos hemos cedido algo de lo nuestro como nunca en la historia. Así llámese tiempo, dinero o fuerza física. Pero esto también nos ha demostrado que en este contexto la palabra “perder” ha adquirido una connotación positiva, una que nos hace más empáticos y que, por sobre todas las cosas, nos pone a todos en un mismo nivel. ¿Todos hemos perdido algo?
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