Compartir
Entrevista a Francisco Giménez Calvo, exalumno de la promoción 1966
Podríamos decir que la mayor fortaleza de la asociación de exalumnos está en sus socios, que son los que dan a la entidad vida y dinamismo. Lograr esto fue un desafío que inició un par de años antes de la presidencia de Francisco Gimenez Calvo y se consolidó durante su periodo, gracias a la formación del primer padrón de exalumnos. Esta tarea posibilitó reunir a los socios, establecer las cuotas que se cobrarían a los mismos y, de esta manera, afianzar económicamente a la institución.
¿Cómo llegó a ocupar la presidencia?
Fui presidente luego del periodo de Eto Carísimo, el cual a su vez sucedió a Alberto Cameroni. En el tiempo de este último comenzó el proceso del gran cambio que se daría en la asociación.
¿A qué cambios se refiere?
Fue un tiempo en que se estaba armando la Asociación de Exalumnos. Buscamos dar a esta una modalidad distinta y mayor dinamismo a sus actividades, como, por ejemplo, el San Juan, que nos permitía un ingreso económico importante. Modificamos el régimen de alquiler del local, que era nuestra fuente de ingresos. Trabajamos en la creación de un padrón, con la ayuda del Dr. Miguel ángel Riera Manzoni, donde se incluyera a todos los exalumnos, lo que nos permitió captar más socios.
Captar socios ha sido una dificultad, tal vez, para todos o la mayoría de los presidentes. ¿Qué papel cree que cumplió el padrón, en ese aspecto?
Creo que la conformación de dicho padrón fue el mejor legado que mi presidencia haya dejado. Mediante un trabajo de equipo muy fuerte se comenzó a llamar a todos los compañeros y exalumnos de distintas generaciones. Una vez armado el padrón, se fue contactando con cada uno, se comenzó a cobrar las cuotas sociales, etc.
¿Qué significó esto?
Un saneamiento administrativo bastante importante, que condujo a la fortaleza económica de la asociación. El fin de todo esto era dar vida a esta y responder a sus distintas necesidades; entre ellas podría citar al Deportivo San José, muy activo en aquel entonces, que competía en distintos campeonatos, y obtuvo una primera victoria en nuestro periodo, en el campeonato de básquetbol masculino.
Mediante un trabajo de equipo muy fuerte se comenzó a llamar a todos los compañeros y exalumnos de distintas generaciones»
Al dinamizar la asociación, ¿Diría que cumplió su principal objetivo, desde que asumió la presidencia?
Sí, queríamos fortalecer la asociación. Recordemos que el local actual de los exalumnos, ubicado sobre la calle ahora conocida como Marcelino Noutz, antes no pertenecía a la asociación, era propiedad del San José, de los sacerdotes. Recién bajo la presidencia de Cameroni se consigue el traspaso de esta propiedad. Eso también fue parte del proceso de consolidación. Soñábamos con hacer un lunes de exalumnos, que hoy es una realidad. Muchos de los proyectos con los que soñábamos se concretaron gracias a los presidentes que nos sucedieron y sus comisiones directivas.
¿Y qué actividades se pudieron llevar a cabo durante su periodo?
Había muchos eventos sociales, entre los que podría citar: la tradicional fiesta del exalumno, la fiesta del fin de año, y otras actividades que promovían el acercamiento entre sus miembros. La asociación era un centro de encuentro de exalumnos, para los exalumnos.
Haciendo un balance de su gestión, ¿Qué opina de la misma?
Una frustración, podría decir, que hubo cierto distanciamiento con el colegio. En mi época, muchos exalumnos fueron también profesores, y había un muy buen relacionamiento con los sacerdotes del San José. A partir de disposiciones ministeriales, esto se fue perdiendo. En cuanto a la mayor gratificación, reitero la consolidación de la asociación y la victoria del primer campeonato del Deportivo.
Al finalizar mi periodo, y gracias a la amistad que tuve con los siguientes presidentes, siempre estuve cerca, continué apoyando de alguna u otra manera las gestiones que se realizaban, pero ya sin mayor constancia.