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José Luis Appleyard nació el 5 de mayo de 1927 y falleció el 14 de febrero de 1998. Fue poeta, dramaturgo, abogado, periodista y editor paraguayo, y está considerado como uno de los autores más reconocidos de la “Promoción del 50”.
Su educación primaria la hizo en la Escuela Normal de Profesores, y la primera parte de sus estudios secundarios los realizó en el Colegio San José de Asunción, concluyendo su bachillerato en el Colegio San Martín, de Buenos Aires, Argentina.
Optó al título de abogado por la Universidad Nacional de Asunción y se desempeñó por aproximadamente una década en su profesión, para luego volcarse de lleno al periodismo y a la poesía.
Sus comienzos
Fue uno de los discípulos predilectos del culto sacerdote español César Alonso de las Heras, en el Colegio San José. El Padre Alonso es una figura fundamental en la difusión de la gran poesía española de las llamadas generaciones del ‘98 y del ‘27, y forjador de numerosos talentos para las letras paraguayas, desde la Academia Literaria del Colegio San José, primero, y luego desde la Academia Universitaria. De esta última institución, Appleyard fue presidente y activo referente.
Pertenece a la llamada “Generación del ‘50” en la poesía paraguaya, junto a José María Gómez Sanjurjo, Ricardo Mazó y Ramiro Domínguez, entre los representantes más notables de ese período.
Durante casi dos décadas hizo parte del cuerpo de periodistas del diario “La Tribuna”, de Asunción, medio de comunicación en el cual cumplió además las funciones de Jefe del Área Cultural y director del suplemento cultural de los días domingos. Fue editorialista en el influyente matutino asunceno y con el nombre de “Monólogos” publicó una columna que logró gran popularidad al encarar temas de actualidad candente escribiendo “como habla la gente” en el Paraguay. Trabajó asimismo en el vespertino “Última Hora”, donde su columna “Desde el tiempo que vivo” era uno de los más esperados por los miles de lectores del rotativo.
Invitado por varios gobiernos extranjeros, entre ellos los de Estados Unidos de Norteamérica y Alemania, visitó numerosos países, brindando charlas, conferencias y recitales con sus poemas.
Desempeñó funciones de Presidente del PEN Club del Paraguay y, siendo Miembro de Número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española, fue secretario de la importante institución cultural.
Su estilo
El propio poeta, en un breve escrito de junio de 1981 que abre su libro “Tomado de la mano”, en relación a sus poemas expresa: “Y es así como, tomado de la mano de ellos me he visto a mí mismo en una larga trayectoria de años, de días y de horas que me dieron un poco de todo. En ese transitar apoyado en mis versos me he sentido triste y feliz, Me he sentido abrumado por la soledad y más aún por la compañía siempre pasajera. Me he visto niño en Areguá. Me he visto joven estudiante en Buenos Aires.
Me he sentido de nuevo en la Academia Universitaria, esa hermosa experiencia que un grupo de amigos creara. Y también me he mirado a mí mismo, blancos ya los cabellos, cana la barba, así como soy hoy”. Y agrega: “Los ojos de quienes me lean no verán lo mismo.
Pero puede ser que reconstruyan no mi imagen, sino un camino a cuyos bordes está siempre la vida. Si tal se logra, los versos habrán cumplido su misión de dejar algo de mi voz en estas páginas. Si no, seguirán siendo hijos, me fueron naciendo en la mayoría de los casos con dolorosa angustia, hijos míos que quedan indefensos, solos e indefensos de quien les dio la efímera o definitiva vida en un poema. Quedan con el lector, desamparadamente solos, esos poemas. Que ellos digan, si es que la tienen, su verdad”.