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La temporada invernal es uno de los factores que favorece el aumento de los casos de enfermedades respiratorias altas: nariz, laringe y garganta, y bajas: tráquea, bronquios y pulmones.
Actualmente, la población infantil es la más afectada. Hoy tenemos son varios los virus que están conviviendo con nosotros, lo que aumenta el peligro de infecciones que pueden pasar de leves a graves, según el paciente. Además, la nueva normalidad pospandémica incrementó nuevamente los encuentros, propiciando la capacidad de contagio.
Respecto a esto, entrevistamos al Dr. Óscar Ignacio Doldán Pérez, exalumno de la promoción 1973 y médico pediatra – intensivista, quien nos habló de los síntomas y tratamientos de las IVAS (Infección de Vías Áreas Superiores) en niños.
¿Qué son las IVAS?
IVAS significa Infección de Vías Áreas Superiores. Las mismas comprenden las fosas nasales y por extensión el oído medio, los senos paranasales (maxilar, frontal, esfenoidal y etmoidal), la faringe, y la laringe.
Pueden ser infecciones virales (las más frecuentes) o bacterianas. Si bien afectan a niños de todas las edades, predominan por debajo de los cinco años y son especialmente prevalentes en menores de dos años.
¿Cuántos tipos de IVAS existen? ¿Cuáles son sus síntomas y características?
Entre las IVAS se incluyen a varias enfermedades infecciosas del tracto respiratorio superior:
Rinitis: afectación de las fosas nasales, con secreción nasal acuosa y luego espesa, congestión nasal, y eventualmente fiebre.
Sinusitis: afectación de los senos paranasales, con dolor, sensibilidad e inflamación alrededor de los ojos, las mejillas, la nariz o la frente. Se denomina rinosinusitis cuando coexisten ambas sintomatologías. En caso de sinusitis bacteriana, los pacientes requerirán 2 semanas de antibióticos
Otitis media aguda: es una infección —con frecuencia bacteriana— del oído medio. Los síntomas son: dolor del oído afectado, fiebre, irritabilidad, disminución de la audición y en casos de perforación timpánica, secreción serosanguinolenta o purulenta a través del conducto auditivo externo. Para calmar el dolor se indica paracetamol o ibuprofeno (que además es antiinflamatorio). Las gotas óticas no deben utilizarse cuando hay una perforación timpánica. El uso de antibióticos reducen el tiempo de evolución, disminuye la aparición de complicaciones y la posibilidad de hipoacusia residual.
Faringitis/faringoamigdalitis aguda: es la inflamación faríngea producida por virus o bacterias, frecuentemente acompañada por compromiso de las amígdalas palatinas Hay dolor de la zona afectada y habitualmente aparece un agrandamiento doloroso de los ganglios del cuello. Se indican analgésicos, antifebriles y antiinflamatorios, según lo requieran. El criterio clínico, junto a los datos de laboratorio, discernirán si se emplean antibióticos, teniendo en cuenta que la mayoría de estos cuadros son de origen viral.
Laringitis: inflamación aguda de la laringe que produce obstrucción de la vía aérea superior, acompañada de estridor, disfonía, dificultad respiratoria, con o sin fiebre.
El resfriado común, que puede ser causado por muchos tipos de virus (aunque los gérmenes involucrados más frecuentes son los rinovirus), puede afectar a varias o todas las estructuras mencionadas.
¿Cómo afecta a los niños?, ¿pueden desarrollar cuadros graves?
La afectación es variada y habitualmente cursa con cuadros leves a moderados que pueden tratarse en forma ambulatoria. Las laringitis agudas representan un mayor riesgo de manifestarse en formas moderadas a graves, que demandan manejo hospitalario.
¿Cuál es el tratamiento de las IVAS?
Se indica reposo, abundante ingestión de líquidos y medicamentos sintomáticos para la fiebre y el dolor. El paracetamol o los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), tal como el ibuprofeno, se administran para la fiebre y los dolores.
Los niños de mayor edad pueden beneficiarse de una medicación combinada de descongestivo y antihistamínico. Los niños pequeños pueden ser sensibles a los efectos secundarios de estos fármacos, tales como agitación, somnolencia y taquicardia.
En lactantes y niños pequeños, la congestión se alivia bastante usando un aerosol de solución salina hipertónica y succionando la mucosidad de la nariz con una perilla de goma o dispositivos especiales para tal efecto.
Las infecciones bacterianas de vías áreas superiores, son tratadas con antibióticos adecuados al germen sospechado e idealmente identificado bacteriológicamente.
El Oseltamivir en un medicamento antivírico utilizado en niños con influenza. Sin embargo, solo es efectivo durante los dos días siguientes al inicio de los síntomas, acortando el periodo de duración de la fiebre y de los síntomas.
La vacunación es especialmente importante en niños y adultos con enfermedades de base, respiratorias, cardiacas, diabetes, afecciones renales y todos aquellos cuyo sistema inmunitario esté debilitado.
¿Cuál es el manejo de las laringitis agudas?
En casos leves se maneja en forma ambulatoria con budesonida en aerosol y eventualmente corticoides por vía oral.
Las laringitis, en las formas de presentación más severas, ameritan hospitalización y eventualmente manejo en cuidados intensivos.
El tratamiento, encaminado a disminuir el edema de la mucosa, consiste en: ayuno oral, hidratación intravenosa, oxigenoterapia, dexametasona por vía intravenosa; y por vía inhalada: budesonida y adrenalina.
En casos muy críticos, se apela a la intubación endotraqueal y asistencia respiratoria mecánica en la unidad de terapia intensiva pediátrica.
¿Se puede prevenir? ¿Existe vacuna?
La influenza o gripe, conjuntamente con el coronavirus (cuya inmunización es de reciente implementación, a partir de los 5 años), son las únicas infecciones respiratorias víricas que se pueden evitar por medio de la vacunación.
Todos los niños (a partir de los 6 meses) deben ser vacunados anualmente contra la influenza. La vacunación es especialmente importante en niños y adultos con enfermedades de base, respiratorias, cardiacas, diabetes, afecciones renales y en aquellos cuyo sistema inmunitario esté debilitado.