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Ibuprófeno,paracetamol y dipirona en el cuidado infantil

Estos fármacos, comúnmente utilizados para tratar fiebre y dolor, pueden ser administrados en diversas circunstancias, siempre y cuando se respeten las dosis y se sigan las recomendaciones médicas adecuadas.

En el ámbito de la pediatría, el manejo adecuado de medicamentos como el ibuprofeno, paracetamol y dipirona es fundamental para garantizar el bienestar de los niños.

En esta entrevista, el Dr. Óscar Ignacio Doldán Pérez, pediatra y especialista en terapia intensiva pediátrica (registro profesional n.º 2397), nos orienta sobre cuándo y cómo utilizar estos medicamentos en niños.

El Dr. Doldán Pérez, quien ejerce su labor en los centros de atención de La Costa y Artigas, explica los distintos usos de estos fármacos, los riesgos asociados a una administración incorrecta, y la importancia de consultar con un pediatra antes de medicar a los más pequeños.

¿Qué tipo de medicamentos son el ibuprofeno, paracetamol y dipirona?

El ibuprofeno y la dipirona pertenecen a un grupo denominado AINE, sigla que significa antiinflamatorios no esteroideos. Integran un conjunto de diversos fármacos con acción antiinflamatoria, analgésica y antifebril. Todos ejercen sus efectos por la inhibición de una enzima llamada ciclooxigenasa, lo que origina una reducción de los síntomas de la inflamación, el dolor y la fiebre.

El paracetamol o acetaminofén, por su parte, no integra dicho grupo, pues no posee propiedades antiinflamatorias significativas, aunque sí tiene efecto sobre el dolor (analgésico) y en la reducción de la fiebre (antipirético o antitérmico).
Actúa inhibiendo la síntesis de prostaglandinas, bloqueando la generación del impulso doloroso a nivel periférico; además, actúa sobre el centro hipotalámico regulador de la temperatura, lo que le otorga su poder antifebril.

¿Cómo y cuándo se puede recurrir a estos medicamentos para tratar a los niños?

La fiebre puede ser tratada por diferentes vías:

Reducción de la fiebre por vía oral: La secuencia habitualmente utilizada es alternar el paracetamol con la dipirona, especialmente si los picos febriles son muy frecuentes, hasta cada 4 horas, lo que implica que cada uno sería administrado, como máximo, tres veces al día. No es recomendable utilizar el ibuprofeno como antifebril de primera elección.

Reducción de la fiebre por vía rectal: La dipirona se absorbe bien en el recto, y su utilidad radica en la dificultad de la administración oral ante la presencia de vómitos e intolerancia gástrica. El paracetamol en supositorios también constituye una alternativa como antifebril por vía rectal.

Reducción de la fiebre por vía venosa: La dipirona es la medicación más efectiva y frecuentemente utilizada por vía intravenosa. Alternativamente, se puede recurrir al paracetamol inyectable. Raramente se utiliza el ibuprofeno inyectable como antitérmico.

En cuanto al dolor, espasmo del músculo liso e inflamación, los tres fármacos tienen poder analgésico. Según la intensidad y características del dolor, se puede recurrir a cada uno de ellos. El paracetamol es solamente analgésico; la dipirona es analgésica, antiespasmódica y levemente antiinflamatoria; mientras que el ibuprofeno es analgésico y fuertemente antiinflamatorio.

El Dr. Óscar Ignacio Doldán Pérez, especialista en terapia intensiva pediátrica, destaca la importancia de consultar siempre a un pediatra antes de administrar medicamentos a los niños

¿Se pueden combinar estos fármacos? ¿Cuáles son los riesgos de alternar estos medicamentos en los niños?

Es posible combinarlos e, incluso, pueden presentarse cuadros clínicos en los que, en un mismo día, un paciente pediátrico puede requerir los tres medicamentos, siempre bajo la precaución de respetar los intervalos y las dosis correctas, adecuadas a su peso y edad, y con la indicación de un profesional médico.

Una situación frecuente se da cuando un paciente requiere de un antiinflamatorio de base —por ejemplo, en una faringitis— que debe ser administrado por horario, y, al mismo tiempo, necesita el manejo de la fiebre con paracetamol y dipirona, alternados cada 4 horas.

Los tres medicamentos son herramientas muy valiosas en el arsenal terapéutico del pediatra, aunque ninguno está exento de efectos adversos y complicaciones que pueden ser graves si se administran incorrectamente.”

¿Existe riesgo de sobremedicación?

Tanto el ibuprofeno, como el paracetamol y la dipirona, conllevan riesgos cuando se sobrepasan las dosis recomendadas.

Paracetamol: se considera frecuentemente un medicamento muy seguro. Sin embargo, puede causar daño hepático grave e incluso mortal si se excede la dosis prescrita. La dosis máxima recomendada de paracetamol es de 60 mg/kg/día, es decir, de 10 a 15 mg/kg/dosis, que puede administrarse hasta 4 veces al día. La administración del antídoto N-acetilcisteína (NAC) de forma precoz, antes de las 8 horas, es la base del tratamiento de su intoxicación.

Dipirona: aunque ha sido cuestionada en varios países, es un fármaco bastante seguro, con una incidencia de efectos adversos gastrointestinales menos significativa en comparación con otros AINE. El efecto más temido es la agranulocitosis (reducción grave de un tipo de glóbulos blancos, especialmente neutrófilos), pero esta complicación es muy rara y no está relacionada con la dosis, sino con una sensibilidad particular del paciente. La dosis varía de 10 a 25 mg/kg, hasta 4 veces al día, indicada a partir de los 3 meses de vida. Es el antifebril más eficaz.

Ibuprofeno: sus complicaciones más peligrosas, con un uso prolongado, son la irritación gástrica y el daño renal. La dosis diaria recomendada es de 20-30 mg/kg, dividida en 3 o 4 tomas únicas (5-10 mg/kg). Se recomienda su uso a partir de los 6 meses de vida.

¿Cuál es la eficacia de estos medicamentos? ¿Podemos recurrir a ellos sin necesidad de consultar con el pediatra ante determinados casos?

Los tres medicamentos son herramientas muy valiosas en el arsenal terapéutico del pediatra, aunque, como se ha explicado, ninguno está exento de efectos adversos y complicaciones, que, si se indican incorrectamente, pueden llegar a ser muy graves.

Una norma médica estricta establece que todo producto medicinal —con mayor énfasis si va a ser administrado a lactantes y niños— debe estar siempre avalado por un profesional pediatra, quien evaluará cada caso en particular, según la edad, el diagnóstico y la severidad de la afección del paciente.

Aunque el paracetamol, el ibuprofeno y la dipirona pueden combinarse en situaciones específicas, el Dr. Doldán Pérez subraya la necesidad de respetar intervalos y dosis adecuados.

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