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Gabriela Casco Bachem es psicóloga, psicoanalista, articulista y mamá de Nando y Remi, alumnos del colegio San José. Conversamos con ella sobre los principales desafíos para el aprendizaje de los niños y adolescentes en la actualidad.
Al respecto, afirmó que “el principal desafío que confirmó la pandemia es que la educación necesita una reforma urgente”, haciendo referencia también a la abismal diferencia que se presenta hoy entre la educación del siglo XXI, versus la del siglo pasado.
¿Cuáles cree que son los principales desafíos para el aprendizaje de los niños hoy?
El principal desafío que confirmó la pandemia es que la educación necesita una reforma urgente. La educación del siglo XX y la del siglo XXI son abismalmente diferentes. Los niños que estamos educando hoy, con la misma educación que tenían sus abuelos, con algunas que otras pequeñas innovaciones, son los líderes de un mundo que va a necesitar y contratar innovadores, menos profesionales y más técnicos; partiendo de la base que la inteligencia artificial, reemplazará muchísimos trabajos y profesiones, aunque sea difícil comprender, así será.
El mundo que les espera, necesita personas activas, creativas, con capacidades investigativas, con capacidad de propuesta de trabajo en equipo, de predisposición y de dominio de la tecnología.
Por otro lado, el desafío para que el aprendizaje sea inspirador y motivador en los niños de hoy, depende de la forma en que sigamos implementando la educación constructivista. Integrarlos a una dinámica educativa, en donde ellos mismos puedan descubrir y desarrollar sus preguntas y respuestas, resolver problemas que puedan aparecer en el mundo real, desarrollar sus conocimientos y cuestionamientos.
Donde puedan recolectar información basada en la experiencia más que en definiciones prefabricadas para memorizar y plasmar correctamente en una evaluación.
¿Cómo cree que se puede responder a estos desafíos?
Se va a necesitar mucho más trabajo de campo, de laboratorio, de proyectos y menos horas de sometimiento a una enseñanza verticalista. En lugar de que todo venga preparado por los profesores, con información determinada por la edad, por la “capacidad” de aprender de cada grado, lo interesante sería que se pueda abrir la oportunidad de aprendizaje interdisciplinario.
Adaptando el contenido educativo a los conocimientos del niño. Tenemos que aceptar que, en muchos casos, saben más de lo que se propone en clase, debido al acceso correcto a internet; a Google, a YouTube.
Los niños pueden descubrir que, además de Youtubers, hay muchísimo contenido científico, didáctico, pedagógico, incluso de enseñanza de valores a través de documentales e historias y “experimentos sociales”. Profesores que enseñan materias tan difíciles como matemática y tienen más seguidores que el mejor Youtuber de contenido gamer.
Como el profesor Julio Alberto Ríos (Julioprofe, como se denomina su canal de YouTube), tiene más seguidores que Shakira en Colombia. Julio, docente en matemáticas que le enseña al mundo a resolver ecuaciones desde su modesta oficina en Cali, es el ejemplo de que sí se puede aprender con videos grabados.
El niño debería tener un adulto que le pueda mostrar todas las bondades que también tiene internet. Supervisado, por supuesto, con la responsabilidad de padres y profesores, que tengan acceso a su cuenta.
El potencial del trabajo humano, absolutamente insustituible, como es el de los profesores que transmiten su conocimiento a través del vínculo y la subjetividad creada por la presencialidad, sumado a la tecnología, será de suma ayuda. Podrá sincronizar y redimir los prejuicios entre la enseñanza tradicional y el pensamiento digital y actual que tienen los niños y jóvenes de hoy día, esa combinación, es necesaria.
¿Qué bondades puede aportar esta educación integral?
La educación integral es el principio que guía el desarrollo de todas las posibilidades de una persona, preparándola tanto para el mundo de la reflexión como para el del trabajo. De esta manera, todos los aspectos humanos pueden ser estimulados y potenciados.
El desarrollo desequilibrado del individuo es el responsable de todos los problemas sociales. Cuando se educa a un niño es necesario comprender que cuando impartimos conocimiento también es necesario impartir la sabiduría a emplear correctamente ese saber.
La educación formativa en sí misma, muchas veces no ha prestado atención seria a esta responsabilidad, mientras que es preponderante responder ¿Cómo lograr el equilibrio entre éxito y humildad? ¿Entre ambición y cooperación? La educación es la base y la combinación de la información y los valores, del conocimiento y la solidaridad, es el reto de la educación integral del siglo XXI.
¿Hay distintos desafíos / distintas dificultades en la aproximación de la enseñanza a alumnos de primeros ciclos, versus los alumnos de secundaria?
La aproximación de la enseñanza a los alumnos de secundaria depende de la forma en que ese alumno configuró y consolidó su experiencia intelectual y emocional en la primaria. Por tanto, la educación de primer ciclo es determinante para que los alumnos de secundaria tengan una predisposición positiva ante la enseñanza, ante los maestros, ante la ley misma.
Tendrá una actitud positiva o negativa, de acuerdo a cómo se sintió en la primaria. Esto también quiere decir, que la primaria determina incluso la salud mental de los adolescentes, quienes tienen que transitar por etapas difíciles, donde aparecen los cambios; la depresión, las tentaciones y los riesgos.
El solo hecho de considerar y dimensionar, que muchas veces, para un niño que sufre violencia intrafamiliar o tiene una familia disfuncional o fue diezmada por la pandemia; pensar que la escuela, puede ser el único lugar en donde ese niño tenga contención, paciencia, consideración por parte de los adultos, visibilización y validación de sus necesidades por parte de sus maestras y compañeros, es determinante para sus vidas.
Puede salvarles la vida, la salud mental y darle confianza en el mundo, en su futuro. Es tan determinante la experiencia en los primeros años, que puede contribuir incluso a fomentar un equilibrio emocional en la adolescencia, prevenir adicciones y suicidios, todo esto tendrá repercusión en la adultez.
¿Qué relación tiene esta experiencia, al considerar que hoy muchos no cuentan con ese espacio “presencialmente”?
Esta experiencia podemos modificarla ni bien las cosas vuelvan a la normalidad, integrando naturalmente la tecnología desde los primeros años y no como lo tuvimos que hacer de urgencia ahora.
Los niños de hoy, a quienes se les llama “nativos digitales” (lo cual no es cierto, ya que el cerebro necesita millones de años para una modificación semejante) son niños denominados así, porque viven conectados a pantallas multimedia, internet y estímulos virtuales y tecnología todo el tiempo, es una realidad.
La pandemia nos obligó a hacer algo que hace años se tenía que hacer, ofrecer dispositivos personales, como tabletas, notebooks, internet de calidad y gratuito, así como la preparación para la enseñanza y educación virtual a los profesores, porque esta educación, vino para quedarse.
Por ejemplo, creo que la educación superior nunca volverá a la normalidad pre-pandémica. Muchas clases seguirán siendo online completamente y varias seguirán siendo híbridas, por la practicidad y el traslado.
Las clases serán grabadas para que el alumno pueda verlas en un horario oportuno y relajado donde pueda asimilar con intención personal y no por temor a una nota, toda la información para desarrollar sobre un trabajo o proyecto de preguntas y respuestas, también gestionadas por su propia investigación.
Los cambios son difíciles, pero es mejor afrontarlos para estar en las primeras filas del vagón del progreso y no en el último como suele pasar con todo aquello que se aferra a una estructura, a paradigmas, al pasado, lo que suele pasar con países de tercer mundo, incapaces de pensar en una innovación que les beneficiará de aquí a 20 años, la corrupción inmediatista, que atesta nuestro país, es el ejemplo; gobernantes con sed oportunista, vacían las arcas del estado, para tener más patrimonio, más propiedades, más viajes, más carteras de marca.
¿De qué manera cree que se pueden responder a todo esto que menciona?
Perdiendo el temor a innovar e invertir en educación. Elevando la vara antes que echarla por el suelo, ya que otra confirmación dolorosa de la pandemia fue que la educación es desigual en nuestro país, y quizás siempre lo sea.
No por eso tenemos que detener a todo un sector de la sociedad que sí puede acceder a dispositivos personales, como tabletas, pc portátiles, internet, softwares libres, por temor, pudor o “consideración” “para que no se note” que, las posibilidades de acceder a esos derechos, esta determinada por la suerte de nacer en ciertos sectores de un país diametralmente diferente en cuanto a oportunidades.
Al contrario, cuanto más se pueda elevar la vara de todo un sector, el gobierno se verá obligado a cumplir con los mismos derechos para aquellos niños y jóvenes que no están pudiendo equipararse con los mismos ciudadanos de su país. Es injusto que la medición de la vara con la que nos estamos regulando, sea determinada y condicionada por la incapacidad de un gobierno de ofrecer igualdad de condiciones a todos sus ciudadanos.
Por si fuera poco, esto sucede por culpa de años de corrupción y falta de recursos para invertir en educación. Todos deberían acceder a la tecnología, a internet y esto, se puede. En la página de Paraguay Educa, se explica el programa de “Una computadora por niño”. En el 2018 Paraguay Educa creó la primera ciudad digital del país en Caacupé, a través de la provisión de computadoras a escolares, conectividad en las escuelas y plazas, y formación permanente y continua a niños, docentes y familias.
¿Qué aspectos cree que son los más importantes que deben atenderse en el colegio?
En la actualidad, se cree que el aprendizaje es tanto más útil cuando está vinculado con la obtención o el mantenimiento del empleo o de una mejora general de la economía. En el colegio, sin duda, se fomenta la educación y las calificaciones superiores porque supuestamente son la clave o garantía para aumentar los ingresos y el bienestar individual, así como el posicionamiento profesional del futuro.
Pero esto no siempre es así. Muchas personas que tenían pésima nota, terminaron siendo exitosos en el futuro, a diferencia de aquel alumno que se esforzó por el excelente, pero se olvidó de su vocación. En este sentido, el colegio debe descubrir y potenciar el talento y vocación de cada alumno y no tratar de igualar mediciones y evaluaciones a todos por igual, porque cada uno tiene un don por desarrollar.
¿Y en el hogar?
En el hogar, debemos atender y comprender el significado y la importancia del incentivo personal y la vocación. Quizás exista una brecha entre lo que “conviene o lo que convence” a una persona al optar por una profesión o un trabajo.
A veces queremos que nuestro hijo sea abogado, que nuestra hija sea doctora, pero su vocación dista de ese ideal, comprender y aceptar esto, apoyarlos en sus sueños y talentos, es imprescindible en el hogar y los aleja de una profesión doctoral mediocre, pudiendo tener un oficio excelente y que los haga feliz.
La educación es el motor principal de la transformación personal y social, ya que ella determina la clase de individuos que estamos produciendo. Si producimos individuos que son egocéntricos, agresivos, ambiciosos, codiciosos y competitivos, la sociedad no puede establecerlos en un ambiente pacífico, cooperativo y armonioso. Las principales dificultades a las que la humanidad se enfrenta hoy, no son por falta de educación, podría decirse que hay exceso de información y formas de obtenerla por todos lados. Los problemas socioeconómicos y la desigualdad, no son originados por analfabetos, sino por personas altamente instruidas y profesionales; políticos, abogados, administradores, científicos, economistas, ingenieros, entre otros, quienes hacen planes y dirigen gobiernos, organizaciones y negocios.
Con esta lógica, necesitamos observar cuál es la calidad de la educación que estamos impartiendo y no la cantidad, porque producir seres humanos desequilibrados, es hacer personas muy evolucionadas, preparadas e idóneas en su intelecto, pero casi primitivos en otros aspectos de la vida: políticos de elite, pero capaces de coimear, ingenieros que pueden hacer rascacielos impresionantes, pero que destruyen su hogar al ser crueles con sus esposas, hijos o vecinos; científicos de alto nivel que tienen un extenso entendimiento del cuerpo humano, pero poca comprensión de ellos mismos.
¿Algún mensaje que quiera transmitir a la comunidad educativa y familiar de los alumnos del colegio?
Estamos quizás ante el momento más determinante de la historia de la educación. Este es el contexto en donde mejor podemos aplicar el lema “no hay mal que por bien no venga” ya que, a partir de un caos pandémico, se pudo visibilizar todo lo que faltaba y todo lo que podíamos innovar en educación, de lo contrario, ni siquiera iban a aparecer estos cuestionamientos. Toda estructura o paradigma que se sostenga sin cuestionamientos por demasiado tiempo, termina siendo obsoleta. Por si fuera poco, toda actividad que uno realice por mucho tiempo, se normaliza, aunque eso ya no sirva para nada o incluso aunque cause daño.
La suerte es que somos la generación de padres y profesores que tenemos la visión de pensar en ese futuro que les espera a nuestros hijos, que es totalmente diferente al nuestro y ahora con la crisis económica, de salud pública, física y mental que nos depara durante y después de la pandemia, aún más desafiante, pero a la vez con más oportunidades de cambios radicales y beneficiosos para todos.
Tenemos la motivación y la fortaleza para el cambio, no solo por amor a nuestros hijos, sino porque somos testigos de todas las consecuencias que acarrea la preocupación sin ocupación en un campo tan importante como es la educación.
Esto nos confirma que más que nunca, es importante comprender que la información y la sabiduría, lejos de ser sinónimos, podrían complementarse al combinar metas objetivas y principios morales, dentro de todos los modelos formativos. Todos los detalles estudiados por horas, todas las notas destacadas y las medallas de oro ganadas gracias al conocimiento sobre una materia, profesión y/o técnica, se irán tomando como herramientas solo en determinadas circunstancias de la vida, quedando luego, como una actividad muy particular, ninguna mejor o peor que otra, sino una pasión, algo que sirva a la realización personal y por ende a la sociedad.
¿Cómo los valores que el colegio puede transmitir impactan en todo esto?
El hábito de vivir con principios y valores y comprenderlos como la base sólida de la estructura personal y profesional, que por supuesto, tiene un impacto en la sociedad, es la adquisición definitiva de sabiduría, ya que antes de ser doctores, licenciados, ingenieros, técnicos informáticos, etc., somos simples seres humanos.