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“Exigíamos calidad y compromiso”

Luis Fretes, promoción 1981

Luis Fretes, junto a su esposa, Rosana Barbosa, ocuparon la presidencia de la APAC durante el periodo 2006 a 2008. En ese tiempo, según nos cuenta el entrevistado, hubo algunas dificultades, pero que no impidieron que se lograran algunos de los objetivos trazados. 

Previamente a su presidencia, ¿cómo fue su vinculación con la APAC?

Siempre estuve unido al San José, como exalumno, como dirigente de básquet, como jugador de básquet, como profesor de Matemáticas… estaba muy vinculado con el colegio. Como mis hijos eran chicos, vi la necesidad de hacer algo por la asociación. Me acerqué, entonces a la misma. A la hora de elegir la nueva presidencia, se propuso nuestra lista, y ganamos.

¿Cómo definiría su periodo frente a la APAC?

La verdad, fue un periodo bastante difícil para mí. El colegio tiene cierta particularidad en sus promociones: hay varias muy buenas, y, de repente, alguna un poco más revoltosa. En los dos años que estuve como presidente, me tocaron estas últimas. Por este motivo, la relación entre alumnos e institución era muy tensa, había varios roces, suspensiones, etc. 

Tal vez esta situación de cierto conflicto imposibilitó que muchas de las sugerencias que propuse en ese tiempo no hayan sido tenidas en cuenta, lo cual fue frustrante. Estas recomendaciones las daba durante nuestras reuniones mensuales en el Consejo compuesto por la dirección administrativa, la dirección académica y la pastoral (el sacerdote representante del colegio). Si bien el Consejo toma las decisiones de las acciones a realizarse, como presidente de la APAC se tiene voz pero no voto, por lo que no pude tener una injerencia ejecutiva sobre lo que consideraba que se tenía que hacer.

¿Hubo alguna continuidad con los periodos anteriores?

Heredamos algunas actividades y también algunos objetivos, de las administraciones anteriores. Pero hicimos un planeamiento estratégico para conseguir ciertas metas.

¿Podría hablarnos de esas metas?

En primer lugar, nos propusimos tener una buena relación con los estamentos del colegio, evitar las confrontaciones y dialogar con absoluto respeto y diplomacia. 

Nuestro plan principal fue el de introducir el inglés y convertir el colegio en una institución bilingüe, cosa que no pudimos lograrlo, a razón de argumentos administrativos o académicos, como, por ejemplo, de los gastos que esto implicarían. Nuestra visión de incluir este idioma desde la guardería e introducirlo hasta convertir al San José en colegio bilingüe, no era la visión del Consejo de Dirección. Quizás la inversión que esto implicaría podría haberse cubierto aumentando la cuota, cosa que creo que los padres hubiesen accedido al ver el valor agregado de esto. Pero no fue posible en aquel entonces. 

Los demás objetivos fueron puntuales. Por ejemplo, retomamos la kermesse del San José, pero con un tinte distinto, ya que buscábamos no solo la participación de los padres sino también de los alumnos. Esto lo conseguimos. 

Otra meta estratégica fue potenciar el deporte. En toda educación, este es fundamental, y el San José siempre fue cuna de deportistas. En ese tiempo la gran infraestructura de la quinta no se estaba aprovechando por completo, por ejemplo, se habían suprimido los torneos de los sábados. Entonces, quisimos potenciar otras áreas deportivas. Fue así que trajimos el básquet y pagamos a los profesores de básquet, y potenciamos el rugby. Volvimos a hacer la competencia de atletismo. Como 5.000 padres venían a mirar a sus hijos. 

¿Tuvieron el respaldo o apoyo de los padres?

Teníamos un muy buen equipo, bastante entusiasmado. Las funciones estaban bien divididas y había padres bastantes motivados para ayudar como voluntarios. Fue un lujo trabajar con la gente que estuvo en el directorio y en la asociación de padres.

¿Cuál cree que fue el principal legado de su gestión?

El mayor legado tal vez sea el deporte, en mi opinión es algo muy valioso. El colegio nos dio el lugar y nosotros impulsamos el volley, handball, básquet, recuperamos el atletismo… el fútbol estaba bien consolidado. Creo que hacía falta un premio o mención a los deportistas, de la misma manera que se distinguían a los alumnos destacados en otras áreas como las matemáticas. El deporte da la mística al sanjosiano, y debe impulsarse más. 

Nuestro objetivo fue que los alumnos del San José lleguen a un nivel de excelencia, que siempre tuvo y, por una época, parecía perderse. Exigíamos más calidad y compromiso, pero sin chocar con la estructura del colegio. Tengo entendido que hoy esto ya se está mejorando, hay más interés en el inglés, hay un profesorado comprometido… claro que también hay mucho que se puede mejorar.

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