1941 fue un año con muchas y grandes novedades para el colegio San José. Empezando con el nombramiento de un nuevo Superior Director, el P. Cipriano Oxíbar, nuevas incorporaciones de sacerdotes, la desaparición del museo del San José y el nacimiento de “La Estrella”.
Al comienzo de 1941 se nombró un nuevo Superior Directo, el R.P. Cipriano Oxíbar, hombre sabio y sencillo, extraordinario humanista.
Dejaron el colegio los Padres Capblancq, para la residencia del Sagrado Corazón de Barracas (Buenos Aires), y Guerrero para la de Montevideo.
Se incorporaron a la obra de Asunción los PP. Adriano Plassot y Luis Gontaud. Las elecciones de la Comunidad arrojan el siguiente resultado: como vicedirector el P. Marcelino Noutz, administrador el P. Juan Bellocq, consejeros los Padres J. Pucheu y M. Rigual con el cargo de secretario.
En reglamento de Escuelas Particulares exige que la dirección recaiga sobre alguien nacional. Lo será, en teoría, el P. Noutz que tiene ciudadanía paraguaya. Como Prefecto General queda el P. Rigual, de medianos el P. Peboscq, y para los pequeños será el P. Gontaud.
El cura párroco continúa siendo, ayudado por el P Saubatte, el P. Bellocq, unos meses más, luego será trasladado a Adrogué (provincia de Buenos Aires). Al P. Alonso le confiarán la Academia y se encargará de los juegos junto con el Sr. Barbey.
Como acabamos de decir, el P. Bellocq recibe nueva “obediencia”. Es nombrado Maestro de novicios en Adrogué, adonde se dirigirá el 3 de julio. Lo reemplazará como administrador el P. Lousteau y como cura párroco el P. Saubatte, a quien ayudarán los PP. Lousteau y Berdou.
Con la Academia el P. Alonso piensa en una revista, como cauce de las inquietudes de sus miembros. En la sesión del 27 de julio el Consejo del Colegio se expresa de esta manera “El P. delegado (Moustrou) juzga que la impresión de una pequeña revista del Colegio es factible. La EV.D. de Buenos Aires está por encima de las posibilidades adquisitivas del país.
De esta manera esa revista será un lazo más directo entre el Colegio, los alumnos y los exalumnos que tendrán su sección aparte en la misma publicación”. Y fue la pequeña Revista “La Estrella” que, efectivamente, dando cauce a la Academia contenía también todo lo relacionado con el gran San José.
Bajo la inspiración del P Rigual el museo sería convertido en capilla para los pupilos. Con permiso de Mons. Roa se podrá conservar el Santísimo, aún en tabernáculo de madera hasta que se consiga uno de metal.
Desaparece así un lindo museo, pues las piezas comienzan a desparramarse, aunque algo se traslade a una pieza cuando se construye sobre Rosa Peña hasta el pozo y molino.
Años después, necesitados de aulas, se acabará de extinguir. Habrá que esperar el año 1994 para organizar otro museo, constituido sobre todo por objetos recordatorios de años pasados, bajo la dirección de un exalumno de la promoción del año 1993 y una profesora del Colegio,el joven Javier Careaga y su mamá Sra. Mirta.
El P. Superior encarga al pintor Bandureck un cuadro del corazón Eucarístico de Jesús para la Capilla que lleva, desde el año pasado, la titularidad de San José y Santuario del Corazón Eucarístico de Jesús.
Lastimosamente se ha perdido ese cuadro; queda otro, en alguna dependencia de la Administración, del busto de un Cristo crucificado, muy realista, según el estilo de Bandureck.
Los torneos internos siguen con gran entusiasmo y a lo largo del año se prepara también la fiesta de gimnasia tradicional. Este año el consejo Superior de Cultura Física vuelve a la carga para que se participe en el torneo intercolegial.
No se acepta y se manda una nota exponiendo los motivos: que se busca, mediante una exhibición gimnástica el bien general, el desarrollo armónico del cuerpo de todos los alumnos y no el perfeccionamiento de tal o cual individuo, objeto directo del atletismo. Y la fiesta gimnástica, en la quinta, fue un gran éxito, lo que le mereció una buena gratificación al preparador, Sr. Barbey.
A fin de año obtiene la medalla de oro del Colegio Eduardo Camihort y la de los exalumnos Manuel Cibils. Se les ofrece junto con sus compañeros un almuerzo en el Colegio y por primera vez, según parece, se invita a los bachilleres de hace veinticinco años, a la Comisión directiva de antiguos alumnos, otros antiguos ex-alumnos y alguna persona más. Un motivo interesante animaba esta comida: la posibilidad de adquirir una casa para la Sociedad de ex-alumnos.
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