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En pos de una Asociación más abierta

Entrevista a José Antonio Lima, exalumno de la promoción 1974

Quienes han estado al frente de la asociación del exalumno coinciden en lo gratificante de la tarea. José Antonio Lima, en esta entrevista, afirma que, en el periodo en que le tocó estar al frente y junto a su consejo directivo, se pudo “lograr aquellas cosas que visualizábamos como importantes para la vida de la asociación, consolidar las que iniciaron quienes nos precedieron y dejar una institución solida a quienes nos sucedieran”.

¿Quiénes componían el Consejo Directivo en su época?

Jorge Angulo, José Insfran, Gustavo Abdala, Marcelo Codas, Álvaro Arias, Emilio Pecci, Sergio Rojas, Teto Guerreros, Rodolfo Gubetich, Carlos Agüero y yo.

¿Cuáles fueron los principales objetivos que deseaban trabajar?

Creo que el principal fue el de hacer una asociación más acogedora y abierta a sus asociados. Hacer que la Casa del Exalumno se abra a los exalumnos. Hoy parece algo extraño esto, pero en ese entonces los exalumnos no se sentían dueños de la casa, la utilizaban poco, no había espacios de convivencia y confraternidad, salvo eventos puntuales anuales, como en su momento fueron los café concert o las fiestas de fin de año. Fue así que nació el “Lunes del exalumno”, que tiene su propia historia.

También se trabajó en lo que intentamos que sea una universidad San José, en alianza con una universidad coreana. Incluso se llegó a hacer un intercambio deportivo con ella y el equipo del Deportivo San José viajó a Corea.

En ese entonces era presidente de la república un exalumno, el Ing. Wasmosy, quien nos abrió Mburuvicha róga para realizar una cena y así solventar la ida del equipo. Luego desistimos de la idea de la universidad a instancias del padre Alonso quien nos explicó con fundamentos por qué no deberíamos recorrer ese camino, ya que existían divergencias de orden religioso que no armonizaban con nuestros orígenes.

Un legado importante que le dejamos a la asociación fue el de elegir a sus autoridades en procesos eleccionarios abiertos. No es que antes no lo fueran, pero los presidentes eran designados por los expresidentes de la asociación, y eso se convalidaba en las asambleas que con concurrencia escasa elegían al previamente designado. Al dejar nuestra presidencia, se realizó por primera vez una asamblea con dos candidatos y con una concurrencia de votantes que (no recuerdo la cifra exacta) serían, aproximadamente, unos 700 exalumnos. Fue un hito en la asociación. Esto fue y es hasta hoy algo fundamental para sentir que quienes dirigen la asociación son representantes genuinos de los exalumnos y sin dudas eleva el sentido de pertenencia a la misma.

¿Pudieron cumplirlos todos?

Algunos no pudimos cumplirlos. Por ejemplo, queríamos que la casa del exalumno sea un espacio de debate para los grandes temas nacionales, dado que existen exalumnos que desempeñan funciones importantes en el quehacer nacional. Asimismo, que sea también un espacio de transmisión de experiencias positivas para el crecimiento personal y profesional de los exalumnos.

Estas ideas no prendieron con fuerza o no las supimos desarrollar debidamente o tal vez no era el momento adecuado para hacerlo. Hay que recordar el escenario de la época. Estábamos a solo 7 años de la vuelta de la democracia al país.

¿Cómo se involucran los exalumnos en los proyectos que impulsa la directiva de la asociación?

En nuestra presidencia el involucramiento fue muy importante. Nada de lo que hicimos lo podríamos haber ideado, ejecutado y logrado solos los miembros del Consejo. Contamos con exalumnos que se embanderaron con los proyectos que realizamos y eso fue muy importante.

En especial quiero recordar a los coordinadores de promociones que fueron (y creo que siguen siendo) un eje fundamental en las actividades de la asociación pues vinculan a la asociación con todos los exalumnos.

Pero en general, cualquier proyecto de la Asociación, hasta hoy en día, cuenta con el apoyo irrestricto de los exalumnos. Cuando se recurre a cualquier exalumno, la respuesta es calurosamente positiva. Sin dudas, esto hace grande a la institución. Ejemplo de esto es “Remangate por la vida” (campaña de donación de sangre) que este año se realiza por segunda vez.

Contamos con exalumnos que se embanderaron con los proyectos que realizamos y eso fue muy importante

¿Cuál es la mayor dificultad de la asociación?

Nuevamente, el trabajo armónico con el colegio. El colegio es la razón de ser de la asociación. Desde la asociación se han realizado permanentes e innumerables esfuerzos para esto.

¿Existe algo que vaya en detrimento de una gestión más fluida, que aún no se haya superado?

La comunicación de la institución con sus asociados y con todos los exalumnos en general es algo que siempre fue un tema difícil.

Otra cuestión que se podría mejorar con la participación de todos los exalumnos es el fortalecer económicamente a la misma, a través del pago de las cuotas de membresía de la asociación. Los exalumnos que no son socios deberían acercarse a recuperar su calidad de socios, y pagando las cuotas fortalecer a la misma. Es mucho lo que la asociación brinda a los exalumnos. Es justo que esto sea retribuido y así hacer aún más grande a la misma.

¿Cuál es una tarea constante del presidente del Exa?

Mantener una visión de futuro tanto hacia adentro como para afuera de la institución y conducirla hacia esa visión con una constante innovación.

¿Qué diría que es “lo mejor de ser parte del Exa”?

Me permito transcribir palabras de Carlos Aceval Palmerola, uno de los fundadores de la asociación, ya en 1917 refiriéndose al nacimiento de la misma: “Ha nacido ella de la ineludible necesidad que hemos sentido, cuando, concluidos nuestros estudios secundarios, cada uno de nosotros se ha lanzado en pos del ideal que vislumbraba. La necesidad de unión la hemos sentido y muy honda, al comprender la animación de compañero a compañero en la batalla de la vida… Por eso tenemos una sola y obsesionante idea, la idea madre de toda unión, la idea de fomentar la amistad, ese lazo imposible de cortar; ese vínculo perenne de toda asociación”.

Ser parte del “Exa” es mantener vivo aquello que nos identifica esencialmente: A.T.A. (Amistad, Tolerancia y Ayuda). Esto, que nuestros antecesores plasmaron en una frase y en esas siglas, fue, es y seguirá siendo el alma del San José.

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