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Entrevista con Juan Ramón Alborno Messuti, exalumno promo 1964
El deporte es una rama en la que el colegio San José siempre se destacó. “Si tomás coraje y te dedicás, lográs”, nos dice Juan Ramón Alborno Messuti, en pocas palabras, cuando le preguntamos qué enseñanzas le dejó la práctica deportiva en otros aspectos de su vida.
Alborno Messuti, de la promoción 1964, nos cuenta cómo se vivía el mismo en su época de estudiante, cómo se inició en el atletismo y qué significó este periodo de su vida.
¿Cómo se inició en el atletismo?
Cuando estábamos en primaria veíamos los torneos intercolegiales; veíamos esa fiesta juvenil y quedábamos impresionados por la tarea de los atletas. Entonces, íbamos a casa y elaborábamos nuestros elementos, jabalina, garrocha, y practicábamos. Ahí, según la competencia que teníamos entre nosotros, había alguno que se hacía notar y eso hizo que cada uno tuviera una meta que lograr.
¿Qué presentó para usted su trayectoria de atleta?
Una pizca de orgullo, porque uno se hace popular en el colegio. Aparte de eso, empecé con buena suerte. Gané torneos desde que comencé, de jabalina. También tenía una vida deportiva muy activa en el colegio, fui goleador de fútbol, ante toda la secundaria.
¿Qué otros deportes practicaba?
¡De todo! fútbol, básquetbol, remo, especialmente el atletismo. Lo único que era muy espaciado era una prueba de atletismo que se realizaba cada año, no se podía practicar constantemente.
¿Cómo se vivía el atletismo y el deporte en el San José, en su época?
No solo en el deporte, sino que el San José tenía un liderazgo entre los colegios. En todo, y desde luego en los deportes también. Para nosotros era un compromiso participar, porque teníamos mucha presión social.
¿El colegio apoyaba ese deporte?
El colegio apoyaba, nos daba permiso para ir a practicar dos o tres días. El resto teníamos que hacer por nuestra cuenta… no es que nos daba un año para practicar para un torneo que vendría un año después.
¿Había profesores que estaban orientados a hacer el entrenamiento para atletismo?
Acá hay que nombrarle al Pa’i León Condou.
¿Qué valores o aprendizajes obtuvo de esas experiencias, que luego lo hayan acompañado en su vida profesional o familiar?
En primer lugar: el coraje. No es fácil entrar a competir con un montón de gente, y enfrentar eso, toda la presión de que tenemos que ganar. Y ganábamos, casi todos los años salimos campeones. Desde luego, queda ese camino que nos enseña que, si tomás coraje y te dedicás, lográs.
¿Qué le gustaría ver respecto al atletismo y a la juventud hoy en día?
No solo ahora, sino de siempre: la única manera de detectar donde están realmente los talentos deportivos es con la práctica, de organizar torneos. Yo quedaba impresionado por la cantidad de gente que se iba a lo que se llama la cancha corrale, se llenaba, éramos realmente protagonistas de una fiesta juvenil.
¿Algo más que quiera añadir?
En lo que respecta a deporte, hay que organizar torneos, competencias, todo el tiempo. Yo no sabía que era apto para hacer lo que hice, simplemente porque vi a otros hacerlo y me entusiasmó, lo hice.
No es improvisar nomás cada año un torneo, sin saber quién va a participar, en qué prueba, etc.