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Entrevista a Raimundo “Tiri” Vargas, exalumno de la promoción 1979 (80)
Quizás todo deportista sea un fanático de la disciplina que practica. Sin ser una excepción, Raimundo “Tiri” Vargas es un apasionado del rugby, deporte que considera una de las mejores cosas que pudo haberle pasado en su vida. En esta nota, nos transmite ese amor hacia este juego.
¿Cuál fue su experiencia en este deporte?
Entre las mejores experiencias de mi vida, cito en primer lugar el haber sido parte de la gran familia que formaron mis padres, Jesús María Vargas y Chiquita Finestra. Después, haber encontrado, gracias a Dios, a una fabulosa mujer, como Rosanna Cataldo, y haber formado con ella una hermosa familia. Más suerte tuve cuando nacieron mis hijos, Mateo y Martina. Luego, está el rugby.
Hasta hoy, el rugby es una experiencia fantástica. Este deporte, aunque parezca muy fiero y tosco, me formó como hombre de bien y me preparó para la vida, que no es fácil pero sí es hermosa.
Tanto las experiencias positivas, como las que no tanto, son inolvidables y, por lo tanto, muy pedagógica; en los tres tiempos que se juegan (2 en la cancha, más el tercer tiempo) uno hace de los amigos, más amigos, y de los contrarios, amigos entrañables.
Siendo heredero de un apellido tan querido y respetado por la colectividad sanjosiana, ser un Vargas es un orgullo y un compromiso. Por lo tanto, toda experiencia positiva que pueda dar a favor de los colores albicelestes, los seguiré dando de corazón. Por tanto, desde el rugby, seguiré esforzándome para que el San José Rugby & hockey Club y sus colores blanco y celeste sean siempre respetados.
¿Cómo describiría al jugador?
El espíritu del jugador es como un sacramento para los cristianos: la entrega es total. Debe ser así, o uno no es rugbista.
El juego es limpio, de mucha camaradería entre compañeros de equipo, y de un carácter combativo, fuerte, pero leal, para con los contrarios. Lo más importante es el juego sin malas intenciones, y mucho menos actitudes vengativas.
Cuando uno, con todo su ser, esté convencido de entrar a la cancha respetando estas premisas, como a uno mismo y a las personas con quienes comparte ese momento glorioso… puede considerarse un rugbista.
¿Usted continúa jugando?
He jugado desde los 12 años y sigo haciéndolo. Y no sé cuándo lo voy a dejar. En cada etapa he disfrutado de este deporte, como así también de los amigos que voy conociendo y los que aún me quedan por conocer.
El rugby es la gran aventura de mi vida. Este deporte aportó tanto a mi persona, a mi espíritu y a mi alma, que no podría definir cuándo dejaré de jugar. Tal vez, nunca.
Como rugbista, ¿Qué es lo más importante?
Respetarse a uno mismo y respetar a los demás. Llevar, como premisa, el espíritu combativo, leal y limpio, como me enseñaron mis mayores
Me alegra ser parte del San José Rugby & Hockey Club. También ser compañero de las promociones ’79 y ’80
¿Y en la relación con los demás jugadores?
Sacrificarse por el compañero, no es un castigo, sino que fortalece y acerca al amigo. Da más fuerza para ir adelante y mejorar.
La amistad es más que importante en este deporte. hasta el día de hoy, no he encontrado algo más estimulante que jugar con un amigo. También es importante que el contrario te considere temido, pero leal, y que termine el partido admirando tu comportamiento como jugador y rugbista.
¿Qué diría que es lo más gratificante de este deporte?
En primer lugar, sin lugar a dudas, la amistad. Después vienen otras satisfacciones fuertísimas, como la superación personal tanto en la cancha como fuera de ella.
Este deporte ayuda a superar las limitaciones creadas por uno mismo, enseña a valorar el esfuerzo y la calidad de personas de los compañeros y, sobre todo, llena de alegría al sentir la amistad de tantas personas de bien.
¿Cómo cree que podría fomentarse más este deporte en los chicos y jóvenes?
Estoy convencido de que tenemos una deuda muy grande con las generaciones que nos siguen. El deporte (cualquiera) es la mejor arma contra el flagelo de los vicios que hoy día existen, hasta en las puertas de nuestras casas. Sea cual fuera el deporte que haga un chico o una chica, si lo hace con responsabilidad y compromiso, tendremos muchos más hombres y mujeres de bien.
Nunca conseguimos un acuerdo con el colegio para que los chicos realmente puedan ser encausados a diferentes deportes, según la aptitud de cada uno. ¡Imaginen la cantidad de deportistas que puede dar el colegio! Deportistas que consideren al deporte como un camino limpio y leal, que respeten a sus mayores y a la institución.
¿Algo que quiera añadir?
Como dice nuestro himno, con la frente bien erguida, con la cabeza en alto y con mucho orgullo, me alegra ser parte del San José Rugby & hockey Club. También ser compañero de las promociones ’79 y ’80 (me encantó el segundo curso, solo por eso lo repetí), a quienes mando un fuerte abrazo.