Compartir
Interpretada siguiendo los acordes de una conocida pieza musical francesa, la canción patria querida pasó de ser una tonada patriótica reproducida en las escuelas, a ser todo un himno de lucha de la sociedad paraguaya en esas situaciones en las cuales veía comprometidos sus derechos tanto de expresión como a nivel general.
Su autor fue el sacerdote católico de origen francés, perteneciente a la congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, Padre Marcelino Noutz, nacido en Basse-Py Lénces, Francia, en 1892. Habiendo estudiado para seminarista en Belén, se vio obligado a dejar esa histórica localidad una vez que el gobierno turco autorizó la salida de los religiosos.
El inicio de la nefasta y sangrienta i Guerra Mundial, así como con su secuela 20 años después, hizo posible la llegada al país de numerosos sacerdotes del viejo continente, entre ellos la del mismo Marcelino Noutz en 1918.
Fue muy complicada la salida de los religiosos de Palestina. El Padre César Alonso de las Heras cuenta que Noutz y sus compañeros salieron de Belén en 1914, llegando hasta Beirut, luego a Damasco y de vuelta al Líbano, para luego partir rumbo a Grecia, cruzando posteriormente a italia y arribando a Roma el día de Año Nuevo de 1915.
De Roma pasaron a España, donde Marcelino culminó sus estudios, y en donde finalmente sería destinado al Paraguay, llegando en 1918. Aquí se volcó a las tareas propias de esa congregación, especialmente en el ámbito educativo, como docente en el Colegio San José.
El P. Noutz pronto se dejó ver en su otra faceta, la de poeta. Escribió varias obras y una llegó a ser tan popular que se difundió por toda el Paraguay, especialmente en el ámbito estudiantil, más todavía con el contexto de preguerra que se vivía en los años previos al conflicto chaqueño con Bolivia.
“PATRIA QUERIDA”
El 12 de octubre de 1923, con la terrible guerra civil que sacudió al Paraguay terminada desde hacía un año, se realizó una fiesta olímpica organizada por el colegio de los padres bayonenses (conocidos así por haber salido de la ciudad francesa de Bayona).
Esta olimpiada, que contó con 200 alumnos participantes, se realizó en la cancha del club olimpia ubicada en el Parque Caballero. En el acto hicieron acto de presencia el Presidente de la República, doctor Eligio Ayala, sus ministros y otras altas autoridades.
Según rememora el Padre Alonso de las Heras, los juegos empezaron a las 15:45 y se disputaron hasta las 18:30. Al finalizar el evento se presentó el plato fuerte: la sorpresiva interpretación del “Himno de la Raza”, con letra del Padre Marcelino Noutz y música de una célebre marcha francesa popularizada durante la primera guerra mundial llamada “La Madelon”, que representó todo un desafío el adecuarla a la letra española.
Cuenta Alonso de las Heras que “se consiguió un acompañamiento de piano y el padre Bordenave había obtenido del ministro de Guerra, Schenone, el concurso de la banda militar. El director de esta banda hizo la armonización. En la víspera se hizo un ensayo general y todo quedó listo para el 12 (de octubre) con la letra al dorso del programa. Las voces de los 200 alumnos se elevaron así sostenidas por la banda militar: “pasó un viento de entusiasmo y un escalofrío a flor de piel en toda la concurrencia” (carta del P. Bordenave). “truenan los aplausos por doquier y los alumnos desfilan orgullosos entre las dos hileras de la multitud que sigue aplaudiendo”.