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Entrevista a Hugo Rojas, exalumno de la promoción 2011
En el año 2009 se reactivó la Academia de Historia, luego de un tiempo de permanecer inactiva. Quienes ese año conocieron el estamento, no quisieron que vuelva a apagarse cuando quienes lo dirigían se recibiesen. Fue así que, en el 2010, Hugo Rojas y sus compañeros de promoción “tomaron la posta” para mantener viva esta hermosa actividad.
Al respecto, Rojas nos habla del privilegio de aprender de esta academia, y de la responsabilidad que este aprendizaje pone sobre los hombros de los alumnos que pasan por ella.
¿Cómo llegó a la Academia de Historia?
En el año 2009 yo me encontraba cursando el 1.º curso de la Media, cuando un grupo del 3° se organizó y decidió reactivar la Academia de Historia, que hace unos años venía sin reunirse. Los compañeros mayores fueron a invitar a la Primera Sesión, clase por clase; ellos mencionaban que en la academia se iban a presentar trabajos realizados por los miembros sobre la historia universal, la historia del Paraguay y también la historia del colegio. Eso me causó curiosidad y fue así que llegué a la Academia de Historia.
Academia de Historia me encontré con compañeros de años mayores y menores, supercomprometidos y con muchas ganas de dejar un legado al colegio, reactivando este estamento. Otro detalle importante para el reinicio de la academia fue que el colegio asignó como asesor a un exalumno, expresidente de la misma, lo cual me pareció fantástico. Fue así que, con el acompañamiento de Fernando Filártiga (promoción 2004), se fue estructurando y desarrollando la academia ese año.
«Además de ampliar el conocimiento sobre la historia universal y nacional, brinda la oportunidad de descubrir la hermosa historia que tiene nuestro colegio»
¿Cuál es el “posicionamiento” que tenía el estamento, en su época, al compararlo con otros?
Terminando el 2009, los compañeros que habían reactivado la academia ese año ya se estaban recibiendo. Con otros compañeros de promoción, no queríamos que este estamento que conocimos ese año se vuelva a apagar, fue así que decidimos tomar la posta para seguir manteniendo con vida a la Academia de Historia, que estaba naciendo de vuelta.
A inicios del 2010 retomamos las sesiones, con el acompañamiento de Fernando como asesor, elaboramos los estatutos y llamamos a elecciones para constituir la mesa directiva, la cual tuve la oportunidad de presidir ese año y el siguiente.
Fue un año de continuar el trabajo que iniciaron los compañeros el año anterior. Semana a semana, recorríamos las clases para invitar a los compañeros de las distintas promociones a conocer la academia, íbamos generando relaciones con academias de otros colegios y también con la Academia Paraguaya de la Historia, con quienes realizamos varias sesiones conjuntas y la presentación de algunos trabajos sobre la Historia del Paraguay.
¿Cree que hay algunos valores únicos de la academia?
Cada estamento aporta un valor agregado al estudiante del colegio. Uno de los grandes valores que tiene la Academia de Historia, es que además de ampliar el conocimiento sobre la historia Universal y Nacional, brinda la oportunidad de descubrir la hermosa historia que tiene nuestro colegio, conocer el rol protagónico que tuvo en la historia de nuestro país desde 1904 y honrar a las ilustres personas – entre directores, sacerdotes, alumnos y tantos otros – que transitaron por las mismas aulas y recorrieron los mismos pasillos que nosotros.
Es un hermoso regalo que da este estamento, tanto así que después de conocer la historia del Colegio de San José, caminar por la Avenida de Las Palmeras, subir a la Torre y recorres sus pasillos tiene un sabor distinto que te hace sentir mucho orgullo, al mismo tiempo que una gran responsabilidad.
¿Por qué recomendaría a un joven pasar por esta academia?
Le recomendaría a los estudiantes que conozcan todos los estamentos del colegio, y que identifiquen el lugar donde se sienten llamados a participar.
Las distintas academias y espacios extracurriculares que ofrece el colegio son oportunidades con las que muy pocas instituciones educativas del país cuentan y que, al mismo tiempo, aportan un valor enorme a sus miembros, potenciando las capacidades y descubriendo otras que ni siquiera te imaginabas que tenías.
¿Qué aprendizajes puede llevarse un alumno que haya sido parte de este estamento?
La Academia de Historia es un espacio donde los miembros pueden profundizar lo que se va aprendiendo en las clases a lo largo de los años, explotar la curiosidad y el debate con fundamentos. Personalmente, la Academia de Historia me ayudó a comprender mejor los distintos momentos que marcaron a la historia de nuestro país.
Destaco también el valor del aprendizaje colaborativo que se genera en la Academia de Historia, es un espacio donde el alumno de último año aprende del más pequeño y viceversa, donde aprendes a poner en palabras tus ideas, donde vas desarrollando la habilidad de hablar en público y fortalecer tu patriotismo y desarrollar un cariño especial por el colegio.
¿Algunos consejos que daría a los alumnos, para mantener vivo este espacio?
Primero que nada que aprovechen al máximo la facilidad con la que se puede acceder a información de calidad hoy en día, que no se conformen con un solo libro, que se animen a ir más allá de los muros del colegio y del país inclusive, las redes de aprendizaje con otros jóvenes que sienten el mismo interés son muy poderosas y hoy en día estamos a un click de distancia del cualquier institución u organización en el mundo, que se apoyen en sus profesores y también en la comunidad de ex alumnos que tiene a grandes historiadores que pueden aportar muchísimo valor a las sesiones.