Compartir
El colegio de San José se caracteriza por fomentar el estudio y la educación en valores, para forjar personalidades líderes y de bien. Pero, en la misma medida, abundan las actividades que impulsan el compañerismo, haciendo vida la fraternidad. El Jazz, es uno de estos espacios.
Beta Cáceres y Valeria Acuña nos cuentan sus momentos preferidos de la suma de recuerdos que les dejó el Jazz.
¿Cómo fue su experiencia con el Jazz?
VA: El Jazz fue una de las experiencias más divertidas que me regaló el colegio. No solo se trata de la competencia, sino del fortalecimiento del compañerismo y de la amistad. Opino que todo alumno que ha participado del Jazz jamás podrá olvidar las anécdotas, ensayos, almuerzos, reuniones, bailes y todo lo que conlleva la preparación.
BC: En lo personal, el Jazz es uno de los mejores recuerdos que me dejó el colegio. Desde que soy chica me acuerdo de que soñábamos con pasar a séptimo grado para poder por fin participar del Jazz del colegio. En mi caso, participé del Jazz los seis años, desde séptimo grado hasta tercer curso. Era una actividad que esperábamos muchísimo, todo el año, ya que la aproximación a la misma no era solo bailar durante una fecha de setiembre, era tener la posibilidad de pasar más tiempo entre compañeras, crear momentos que hasta el día de hoy seguimos recordando en nuestras reuniones y cultivar amistades. Así mismo, pasar a sexto curso y tener la posibilidad de empezar a organizar esta actividad junto a mis compañeras Laura de los Ríos y Candela Arias fue una experiencia única e inolvidable. A las tres nos enseñó cómo manejar ciertas dificultades, entre otras cosas, y nos cargó de momentos y aprendizajes que nos van a acompañar toda la vida.
¿Hubo algún año más especial?
VA: El último año fue el más especial. Todas las compañeras que bailamos dicho año comprendimos que sería la última vez en la que nos presentaríamos juntas en el escenario disfrutando, bailando y sobre todo divirtiéndonos. El comienzo de nuestro baile fue único, ya que teníamos que entrar de una manera divertida sin la necesidad de estar actuando. La energía en ese momento fue inolvidable.
BC: Sexto curso fue un año muy especial. El sentimiento de saber que era nuestro “ultimo Jazz”, nuestra última vez compartiendo un escenario todas juntas. Fue un año en el que decidimos no buscar ningún tema, como los años anteriores, y decidimos ser nosotras mismas y tocar un problema de la actualidad, que es vivir pendiente del celular y no disfrutar el momento. Una frase, que hasta el día de hoy sigo teniendo presente – que usamos en la presentación -, fue “un mensaje de texto no dura para siempre, un recuerdo bien vivido no queda en el olvido”.
El Jazz es una actividad que se debe aprovechar. Los recuerdos, actuaciones, caídas, risas a la hora del ensayo son para toda la vida. Valeria.
De todo lo que implica la actividad, ¿había algún momento preferido?
VA: La fecha del evento. Pasamos todo ese día juntas, porque el maquillaje iniciaba temprano, almorzábamos bocaditos, las mamás nos ayudaban con los peinados y vestuarios. Antes de salir al escenario siempre nos reuníamos en un círculo donde nos animábamos entre todas y en el momento de la presentación nos tocaba dar lo mejor como grupo.
BC: Una pregunta difícil de responder. La organización del Jazz me dejó recuerdos increíbles; esos incontables momentos en la oficina de la profe Katty, las constantes peleas con David (nuestro profesor guía) y con los profesores que ya no nos podían ver salir de clases. Pero, si tengo que elegir, me quedo con los momentos de ensayos que compartimos todas las compañeras juntas, con las profesoras Ale Callizo y Regi Pampliega, quienes se volvieron nuestras hermanas mayores. Nos vieron crecer desde séptimo grado hasta tercer curso y nos conocían perfectamente a cada una de nosotras.
Para las que no bailan, ¿qué consejo podría darle, para que aun así se integren a esta actividad?
VA: El Jazz es una actividad que se debe aprovechar. Los recuerdos, actuaciones, caídas, risas a la hora del ensayo son para toda la vida. Mi consejo, tras haber hecho Jazz los seis años, sería que nunca está de más animarse a probar una nueva actividad.
BC: El Jazz, en realidad, no es solamente para las que bailan; el Jazz lo conforman todas las personas que están mirando, ayudando etc. Pero, como consejo, les aliento a todos los alumnos del colegio a probar esta actividad, ya que es un recuerdo del que no se van a arrepentir nunca. Y les va a unir muchísimo, no solo a sus compañeras sino también a todas las demás promociones. Es una hermosa actividad que nos regala el colegio, en donde el alumno es la estrella principal. Fomenta la unión y, como ya mencioné, crea recuerdos que hasta el día de hoy se vuelven tema de conversación en nuestras reuniones y nos siguen emocionando.
El Jazz no se trata de ganar o perder, se trata únicamente de disfrutar y pasar momentos únicos con tus compañeras/os, que puedas recordar toda tu vida. Beta.
Y, como mensaje final, ¿hay algo que quiera compartir con la comunidad del San José?
VA: En el colegio San José se fomenta el estudio, pero además de eso, los lazos eternos que se forman en las diferentes actividades como el Jazz, academias y deportes. Agradezco al colegio por brindarnos la oportunidad de poder ser parte de estas.
BC: Que sigan fomentando y cuidando esta clase de actividades que nos regala el colegio. Que se animen y que disfruten al máximo; el Jazz no se trata de ganar o perder, se trata únicamente de disfrutar y pasar momentos únicos con tus compañeras/os, que puedas recordar toda tu vida.