Categorias: Promociones

El espíritu de los verdaderos sanjosianos

Promo 1983

En esta edición, Eduardo Noriega, Hugo Estigarribia, Sebastián Buteler y Fernando Otazú figuran en nuestra tapa.

Estos cuatro amigos representan a todos los compañeros de la promoción 1983; un grupo de personas activas en la comunidad, involucrados con el San José y que ponen bien en alto el nombre de nuestro querido colegio. A continuación, cada uno nos deja un mensaje de gratitud hacia la institución, recordando los valiosos momentos vividos en ella.

 Sebastián Buteler

“Mi experiencia en una anécdota”

Acababa de llegar del extranjero. Mi viejo me dijo “mañana vas al Colegio San José. Esta es la dirección. Buena suerte”. Y así fue. Llegué temprano, como siempre. Había un millón de sacos de color azul eléctrico y pantalones grises. El mío, comprado en La Riojana, de nylon que parecía alambre de púas de plástico. En medio de ese mar de gente desconocida, vi un par de caras conocidas: Ota y Hugo. Me los habían presentado en una fiesta de carnaval del “Cente”, a la que entré invitado por Ale Houston. “Vení, ponete en esta fila. Somos del B”, me dijeron.

Lo único que yo sabía era que tenía que ir al A. Arrancamos mal. Veo a un barbudo, que parecía ser jefe de algo. Le comento esto. Me dijo “bueno, quedate en el B. Pero va a faltar una silla”. A mí no me faltó, a Sergio Chase sí. Tenía 10 minutos en el Sanjo y ya tres personas me habían ayudado, sin conocerme bien. Me mostraron el camino.

Hoy, a lo largo de casi 40 años, todo lo que se refiere a mi colegio tiene que ver con solidaridad, con dar. Dar, dar y dar, hasta que duela. Con brindar, con ayudar. Con amistad, con tolerancia.

Cuando venís de otro país sos un ser solo. Sin arraigo. Sin núcleos de pertenencia. Al ser sanjo todo eso queda resuelto. La familia sanjo te abraza. Te protege. Te ancla. Ya dejas de ser extraño. Sos “de los nuestros”. Ves cómo cambia la cara de una persona cuando le comentás que sos sanjo, la apertura que se logra. ¡Mira que me tocó ser kurepa, sanjo y cerrista, y aun así tengo muchos amigos! Increíble. Eternamente agradecido al colegio, mis compañeros y la gente del “Sa Osé”. Los amo.

Eduardo Noriega

“Años de amistad y memorias”

El año, 1973. El grado, 3° A. Yo, con pelo largo y rubio, entré a una clase llena de chicos. No tenía idea de quiénes eran, pero lo increíble fue que inmediatamente fui aceptado y el apodo “La Rubia” surgió con cariño.

Este año acabo de cumplir 55 años, ¡cómo pasa el tiempo! Sin lugar a dudas los diez años en el Colegio de San José fueron unos de los mejores de mi vida; las amistades, las fiestas, el esfuerzo duro estudiando han tenido una influencia enorme en el hombre que soy hoy.

He pasado los últimos 37 años en EE. UU. Pero, sin lugar a dudas, nunca me he olvidado de dónde vine y estoy muy agradecido a todos por los 47 años de amistad y memorias. ¡Salud, compañeros!

Hugo Estigarribia

“Los sentimientos que quedan”

Pasan los años y permanecen los recuerdos imborrables y las amistades entrañables que, con su magia, nos unen aun a la distancia, y nos transportan a tan buenos momentos. Sentimientos de afecto y solidaridad, que se grabaron en nuestras vidas, nos acompañan en el día a día. También la sencillez de disfrutar y dar valor a las cosas sencillas, el orgullo de entonar Patria Querida al vestir nuestro uniforme y la melancolía al cantar Despedida.

Un gran legado nos dejó nuestro querido colegio, y nos pone en el compromiso de transmitirlo a los demás. Solo queda decir gracias.

Fernando Otazu

“Sigamos unidos y firmes, con la bandera en alto”

Doy gracias eternas a mis padres y al Supremo Hacedor por los 13 años en los que tuve la dicha y el privilegio de ser alumno del Colegio San José, con múltiples experiencias positivas.

La rigurosidad, excelencia y enorme cariño que nos dieron nuestros profesores, muchos de ellos exalumnos, profesionales destacados, que daban su tiempo de trabajo, enseñando, por amor al colegio y a sus estudiantes: el compañerismo, amistad y camaradería de los alumnos, las orientaciones religiosas, morales y de amor al país, de los sacerdotes, reflejadas en la canción “Patria Querida” del Padre Marcelino Noutz (hoy patrimonio nacional, cantada siempre con unción patriótica), sin ser agobiantes y opresoras, han sido constructivas y forjadoras de carácter y de principios democráticos en nuestro ser, y nos han imbuido invalorables conocimientos de gran jerarquía, de valores personales y principios morales para ser seres humanos útiles a nuestras familias, sociedad y patria.

El Colegio San José ha sido y es una gran familia de alumnos, exalumnos y padres de alumnos, quienes, junto con los docentes, sacerdotes y funcionarios, le dan una entidad única e incomparable, recordada positivamente en la sociedad paraguaya. Nuestra institución es formadora de personas y líderes con sentido y contenido social, profundamente enraizados en la tradición, cultura y heroísmo de nuestros antepasados y proyectados a construir un futuro venturoso para la nación paraguaya.

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