Entrevista a P. Tobias Sosio, Director Pastoral
El padre Tobías Sosio es una de las personas con mas experiencia en cuanto a su labor dentro del colegio san José, trabajando en la institución desde hace más de cuatro décadas y entregando su vida y su tiempo a la enseñanza. Se desempeña como el encargado principal de la dirección pastoral sanjosiana y su objetivo principal es fomentar la conjunción de la labor pastoral con la académica.
Estoy vinculado al San José prácticamente desde hace 42 años, cuando llegué de Italia enviado por los superiores con la finalidad de colaborar en la apertura de una sucursal del Colegio San José en Ciudad del Este. Esto evidentemente me exigió conocer la línea y los métodos educativos que caracterizan a una institución de tan larga trayectoria en el país. En 1982 también tuve a mi cargo algunas cátedras de religión en este colegio y desde hace 5 años estoy mayormente comprometido con la dirección pastoral.
Los objetivos principales de tal dirección señalan ante todo a lo que concierne a la enseñanza y vivencia de la vida cristiana dentro de la institución, en comunión con la Iglesia y el carisma betharramita. Se podría paragonar el colegio a una importante parroquia con cerca de 1600 familias y más de 200 agentes pastorales.
Ya no se percibe la pastoral como algo distinto o paralelo a la dimensión académica, sino que actualmente se apunta a un “colegio en pastoral”, donde todos, desde los personales de limpieza hasta los directivos, nos sentimos responsables de dar testimonio de vivencia cristiana y “ojalá” betharramita.
Creo sinceramente que los alumnos perciben la importancia que el colegio da a la vivencia cristiana. El hecho de que participen voluntariamente en retiros espirituales, campamentos de formación cristiana, oportunidad de confesiones cada dos meses (con mucha participación) demuestra que el joven sanjosiano valora lo que recibe.
Se imparte además la catequesis sacramental de Primera Comunión y Confirmación en sintonía con los lineamientos diocesanos, además de solemnizar las principales fiestas con celebraciones eucarísticas.
Hay varios sacerdotes, seminaristas, hermanas y exalumnos en estos eventos, y además también se participa con mucho interés en iniciativas de orden social, para los más necesitados (por ejemplo, Denide, Un techo para mi país, Operación Sonrisa, Acción Católica, Comedor para niños pobres, etc.).
Quizás también haya alumnos que no aprovechan: se repite aquí también lo de la tierra fértil y lo del terreno pedregoso. Creo que la semilla es de buena calidad, pero los frutos dependerán de la disponibilidad y apertura de cada uno.
“Estos serán los hombres y mujeres que ojalá no se cansen de soñar una nueva humanidad”
Cada generación presenta sus desafíos. La actual está muy condicionada por los medios de comunicación social y por la globalización: todo esto exige mayor madurez y por ende mayor acompañamiento por parte de la familia y de los educadores. Además se percibe bastante inseguridad frente al futuro, desilusión frente a lo que puede ofrecer el país, el flagelo de la corrupción, de la politiquería, de las mafias organizadas, y otros factores sociales y ambientales, que ciertamente pueden desmotivar y favorecer el encierro en sí mismo.
Jesús sigue invitándonos a ser sal y luz en un mundo de tinieblas y de poco sabor. Para nosotros, educadores, el desafío es el de una constante formación humana y cristiana, no simplemente profesional.
no existen recetas seguras. Sin embargo, vemos siempre la necesidad de un acompañamiento personalizado del joven y un contacto constante con los padres de familia. Cada uno tiene su historia, a veces muy pesada. La familia no siempre consigue acompañar, porque también ella atraviesa sus crisis, a veces de tipo matrimonial o también económico o social.
Desde el colegio procuramos favorecer lo más posible tales contactos por medio de los profesores guías y los demás docentes. Es, ciertamente, el camino a seguir. Aprovecho la oportunidad para recalcar que toda actividad organizada en conjunto con los padres consigue resultados muy satisfactorios. Sin embargo, aquellas actividades organizadas en forma paralela y a veces hasta en disconformidad con la institución, terminan perjudicando al mismo joven, creando clima de tensión.
Concluyendo puedo afirmar con mucho optimismo que el colegio está creciendo en el camino correcto. no es bueno juzgar a partir del pasado, porque el San José es muy diferente al de antes, pero hoy también se destaca por logros muy importantes, incluso a nivel internacional y hasta mundial.
Los sanjosianos hoy son varones y chicas, estos serán los hombres y mujeres que ojalá no se cansen de soñar una nueva humanidad, así como la soñaba y sigue soñando Jesucristo. Conozco excelentes valores en la juventud de nuestro colegio. Valoro la unidad que existe en los directivos, docentes y personal administrativo. La institución dispone de medios y estructuras envidiables. Ciertamente hay que seguir creciendo y mejorando. Demos gracias al Señor y sigamos afirmando “F.V.D.”: Hágase la Voluntad de Dios.
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