Diseñar para vivir mejor

El diseño no es solo estética: es emoción, es funcionalidad y es bienestar.

Hay personas que no solo diseñan espacios, sino que también diseñan experiencias. María Paz Angulo es una de ellas. Apasionada por los detalles que hacen de una casa un verdadero hogar, encontró en el diseño de interiores una forma de transformar vidas a través del entorno.

Su mirada combina sensibilidad, funcionalidad y una profunda conexión con el bienestar de quienes habitan cada lugar. En esta entrevista, nos abre las puertas de su proceso creativo, su día a día y su filosofía de trabajo, donde la belleza y la armonía van siempre de la mano con la autenticidad.

Transformar un espacio es transformar una vida. Esa es la premisa que guía a María Paz Angulo, diseñadora de interiores que decidió emprender su camino con una mirada sensible, funcional y profundamente humana. En esta entrevista, nos cuenta cómo su pasión por crear ambientes armónicos la llevó a combinar creatividad, gestión de obras y presencia en redes sociales, sin perder de vista lo esencial: el bienestar de quienes habitan cada proyecto.

Qué te motivó a estudiar Diseño de Interiores y cómo influyó tu formación en la manera en que hoy llevás adelante tu trabajo?

Siempre me gustó la creatividad y la transformación de espacios. Ver cómo un lugar puede pasar de ser frío o caótico a uno que transmite paz y armonía es algo que me apasiona.
Me encanta la idea de crear ambientes que influyan positivamente en las personas, porque el espacio en el que vivimos tiene un impacto enorme en nuestro bienestar.

Durante mi formación, entendí que el diseño no es solo estética, sino también funcionalidad y emoción. Hoy aplico todo eso en mi trabajo, buscando que cada proyecto cuente una historia y haga que las personas se sientan realmente en casa.

Tu trabajo combina diseño, gestión de obras y también presencia en redes sociales. ¿Cómo lográs equilibrar esos distintos frentes en tu día a día?

El equilibrio es un desafío, porque cuando algo te apasiona, querés estar en todo. A veces quiero abarcar demasiado y simplemente no me da el tiempo. Pero tengo un equipo increíble que me ayuda y en el que confío plenamente.

Delegar ha sido clave para poder enfocarme en lo que realmente me gusta y no perderme en el caos. También trato de organizarme bien y priorizar, aunque no siempre es fácil. Pero cuando hacés lo que amás, el trabajo pesa mucho menos.

Qué valor tiene para vos trabajar codo a codo con colaboradores y profesionales del oficio?

Para mí, lo mejor de este trabajo es justamente la colaboración. Cada profesional aporta una mirada diferente y complementaria, y eso hace que los proyectos sean mucho más enriquecedores. Dos cabezas piensan mejor que una, y cuando trabajás con gente que sabe y ama lo que hace, todo fluye mejor. Además, el diseño es un aprendizaje constante. Siempre estoy incorporando nuevas ideas de quienes me rodean, y eso me motiva muchísimo.

Cuáles han sido los proyectos más significativos de tu carrera y qué aprendizajes te dejaron?

Sin duda, los primeros proyectos. Aunque eran más pequeños, fueron los que me hicieron crecer, aprender y construir mi camino. Me enseñaron a resolver problemas, a tomar decisiones bajo presión y a confiar en mí misma, en mi criterio. También me demostraron que todo empieza desde abajo y que cada paso suma para llegar más lejos. A veces miramos demasiado lo que falta por recorrer y nos olvidamos de valorar lo que ya logramos.

Cómo incorporás la sostenibilidad o el diseño consciente en tus obras o decisiones de proyecto?

Creo mucho en el concepto de mindful home, que es diseñar espacios que realmente aporten bienestar y nos ayuden a vivir mejor. Para mí, un hogar no es solo un lugar lindo, sino un refugio que nos da paz y equilibrio. Por eso, siempre busco potenciar la luz natural, incorporar plantas y elegir materiales que generen calidez. También pienso en la funcionalidad: un buen diseño tiene que hacerte la vida más fácil, no más complicada. Cuando vivís en un espacio pensado para tu bienestar, todo fluye mejor.

“Animarse es el primer paso. Todos empezamos desde cero, pero si algo te apasiona, vale la pena el esfuerzo.”

Qué le recomendarías a quienes están dando sus primeros pasos como arquitectos o diseñadores independientes?

Que se animen. Muchas veces, el miedo a no saber lo suficiente o a no estar listos nos frena, pero la realidad es que todos empezamos desde cero. Si los primeros arquitectos pudieron construir sin toda la tecnología y herramientas que tenemos hoy, ¿por qué nosotros no?

Todo se puede hacer si uno se lo propone. Hay que confiar en el proceso, aprender de los errores y nunca dejar de moverse. Y sobre todo, tener presente por qué empezaron: cuando algo te apasiona, vale la pena el esfuerzo.

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