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Editorial Nro. 23
Hay dos preguntas que suelo hacerme constantemente. Una de ellas es: “¿Cuánto falta para la normalidad?”.
Estábamos tan acostumbrados a reunirnos, ya sea un asado de excompañeros, un “Lunes de Exalumnos” o los fines de semanas en el Torneo de fútbol. Sin olvidar los eventos que nos convocaban, como el básquet, los intercolegiales de padres o las actividades de la APAC, el EXA, el colegio.
Añoramos volver a la normalidad, y ahí viene la pregunta: ¿cuánto falta para que todo lo que hoy estamos volviendo de a poco sea ya totalmente normal? ¿Para los abrazos, las risas y las permanentes anécdotas que hacen único cada encuentro?
Lo que me lleva a la siguiente pregunta: “¿Qué perdimos?”. ¿Perdimos un torneo, un encuentro, un momento especial…? ¿Los chicos de la 2020 perdieron realmente su último año?
Siempre se dice que hay que mirar el vaso medio lleno y sacar todo lo bueno que nos trajo la pandemia. Cuesta mucho pensar eso, pero tenemos que hacerlo porque ese es el espíritu del sanjosiano, el ver las cosas “hasta alcanzar las estrellas…”.
Y aunque sí, es cierto que perdimos muchas cosas, también hemos ganado. Me vienen a la mente las “Ollas Solidarias”, los proyectos que, a pesar de todo, pudieron ver la luz. Pienso en la unidad que logramos mediante las oraciones y la empatía con aquellos que lo estaban pasando mal.
Aprendimos a esperar, a saber, que todo tiene su tiempo, que en las pequeñas cosas está la grandeza.
Hoy las dos preguntas tienen una respuesta: pronto podremos volver y ganar con creces… porque los encuentros serán más emotivos, los goles se festejarán con más energía, el “Patria Querida” se entonará con mayor fervor.