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Entrevista a la profesora Nita Ibañez de Careaga, docente de la institución
Después de enseñar durante 45 años, es lógico que se albergue un gran amor al colegio y una inmensa cantidad de historias. La profesora Nita de Careaga nos cuenta algunas de estas, entre las alegrías que le han significado enseñar tanto tiempo en el colegio de San José.
¿Cuántos años lleva enseñando en el colegio San José?
Hace 45 años que estoy en el San José. Empecé en el año 1974, siendo director el P. Aurelio Villamor, como profesora del tercer grado “B”. Luego estuve en el primer grado “B” y en el preescolar “B”. En el año 1991 el director P. Wilfrido Romero me encargó coordinar la Pastoral de primaria. Fue un enorme gozo preparar a los niños para la Primera Confesión y Primera Comunión. En 1996 el mismo director me pasó a la coordinación de la Pastoral de secundaria.
¿Qué le ha hecho permanecer tanto tiempo en la institución?
Mi amor por los niños y los jóvenes. Siempre sentí al colegio como mi hogar. Decía Don Bosco: “Me basta que sean jóvenes para amarlos”. Me pasó lo mismo, primero con los niños y después con los jóvenes. La Avenida de las Palmeras cada mañana me recibe al entrar al colegio: la Torre, San José, el cielo azul y las palmeras verdes. Y en algunas épocas las florecillas del pasto y los pajaritos… La bandera colegial celeste y blanca está impresa en mi corazón, con las caras de tantas promociones.
En todo este tiempo, ¿ha ocurrido algo significativo?
De anécdotas y recuerdos está lleno mi corazón. En 1994, se festejó a lo grande los 90 años del colegio. Nos surgió la idea, a mi hijo Xavier (promoción 1993) y a mí, de realizar un museo histórico del colegio de San José. Recibimos el apoyo del director P. Wilfrido Romero y el administrador P. Miguel Martínez. Fue tan lindo porque de todos los rincones del colegio nos llegaron objetos que habían sido guardados por décadas, y el P. César Alonso de las Heras fue fundamental con sus aportes, y nos asesoró con cada objeto y cada foto. Esa experiencia de estar en la biblioteca de la comunidad quedó grabada en mí, al encontrar los tiradores de M. Laurent, una cajita con los recuerdos del P. Palou, los recuerdos de los asistentes al velorio del P. Cestac. Todas experiencias maravillosas. El museo se inauguró el 4 de julio de 1994 en el cuerpo central del Colegio. Luego cambió de lugar y lo volví a rearmar cuatro veces. Ahora se encuentra en parte en la antesala del salón auditorio.
En el año 1997, después de los retiros espirituales, los jóvenes manifestaron la necesidad de continuar con la experiencia religiosa, y me surgió la idea de crear un grupo de oración bajo el nombre de Acción Católica San José (nombre que anteriormente ya se había usado en la comunidad educativa), con el consejo del P. Alonso de las Heras y bajo el lema “Amar, orar y servir”. En octubre de ese año comenzamos las reuniones semanales con 7 alumnos del quinto curso, todos los lunes a las 18:30hs. Al año siguiente, la invitación a la Acción Católica San José se hizo extensiva a todos los alumnos de la secundaria. El presente año cumplimos 22 años de existencia.
Muchos miembros de la Acción Católica San José nos ayudan como charlistas en las jornadas espirituales de los más pequeños de la secundaria. A todos ellos los llamo “mis hijos del corazón”, y al encontrarnos después de muchos años siempre compartimos la sonrisa, el abrazo y los recuerdos.
¿Cree que ha cambiado mucho la forma de impartir la educación?
Sí, yo veo con mucha alegría que la educación se ha convertido en una “Obra de Amor”, como lo quería nuestro Fundador San Miguel Garicoïts. Para mí siempre ha sido así, al amor nadie se puede resistir.
En cuanto a la formación de los jóvenes, ¿qué actitud tienen éstos?
Los jóvenes tienen mucha sed de Dios. Pero al salir del colegio se enfrentan a un mundo con otras prioridades, y eso los descoloca a veces. Por eso es importante que formen parte de movimientos de la Iglesia, para mantener vivo el compromiso.
En el colegio se realizan las jornadas espirituales con los alumnos de la Educación Básica, una convivencia con los alumnos con del primer curso y los retiros espirituales con los alumnos del segundo y tercer curso. Los retiros espirituales se extienden por tres días y dos largas noches. Nunca en los 23 años que vengo realizándolos tuve que tomar medidas disciplinarias. Siempre los alumnos me han respetado y han sido obedientes a las normas. Travesuras a montones, pero con un reto y una sonrisa se acaban.
En el marco de la preparación para el sacramento de la Confirmación, hemos establecido el voluntariado de visitas al Hogar de Niños (años 1997 a 2004) y luego al Hogar de Ancianas, desde el año 2005, el cual tiene un gran valor y marca la vida de los confirmandos. Ver a los niños y a las ancianas abandonadas por la sociedad es una experiencia que cuesta, pero también que cala hondo en el alma. Las ancianas esperan con ansias a los jóvenes del San José, quienes les dan de comer, pasean en sus sillas de ruedas, cantan y a veces bailan con ellas.
La tarde de Noche Buena nos encontramos en el Hogar de Ancianas con alumnos y exalumnos voluntarios para prepararles la cena navideña, servirles, cantarles y hacerles pasar la víspera del nacimiento del Niño Jesús con una mesa adornada y digna, además de un pesebre viviente y, sobre todo, compañía.
Los jóvenes tienen mucha sed de Dios. Pero al salir del colegio se enfrentan a un mundo con otras prioridades, y eso los descoloca a veces. Por eso es importante que formen parte de movimientos de la Iglesia, para mantener vivo el compromiso.
En el colegio se realizan las jornadas espirituales con los alumnos de la Educación Básica, una convivencia con los alumnos con del primer curso y los retiros espirituales con los alumnos del segundo y tercer curso. Los retiros espirituales se extienden por tres días y dos largas noches. Nunca en los 23 años que vengo realizándolos tuve que tomar medidas disciplinarias. Siempre los alumnos me han respetado y han sido obedientes a las normas. Travesuras a montones, pero con un reto y una sonrisa se acaban.
En el marco de la preparación para el sacramento de la Confirmación, hemos establecido el voluntariado de visitas al Hogar de Niños (años 1997 a 2004) y luego al Hogar de Ancianas, desde el año 2005, el cual tiene un gran valor y marca la vida de los confirmandos. Ver a los niños y a las ancianas abandonadas por la sociedad es una experiencia que cuesta, pero también que cala hondo en el alma. Las ancianas esperan con ansias a los jóvenes del San José, quienes les dan de comer, pasean en sus sillas de ruedas, cantan y a veces bailan con ellas.
La tarde de Noche Buena nos encontramos en el Hogar de Ancianas con alumnos y exalumnos voluntarios para prepararles la cena navideña, servirles, cantarles y hacerles pasar la víspera del nacimiento del Niño Jesús con una mesa adornada y digna, además de un pesebre viviente y, sobre todo, compañía