Compañerismo y valores en la cancha

Entrevista a Sergio Cabrera, exalumno de la promoción de 1984

Sergio Cabrera ha sido una de las figuras del glorioso y tradicional equipo de rugby del san José, habiendo hecho no solo carrera como jugador sino ayudando a su vez como entrenador y dirigente posteriormente e incluso inculcando a sus hijos la práctica de este deporte.

Cabrera destaca principalmente en sus palabras la fuerte presencia de los valores morales y éticos del San José como base de la filosofía del equipo que siempre caracterizó al San José.

¿Habiendo jugado también en otro equipo, cuál cree que es el diferencial del Rugby San José?

Yo comencé a jugar en 1977, en el Old King Club (OKC), con 11 años y cuando el San José todavía estaba en la etapa de gestación institucional.

Sin embargo, me tocó jugar el primer partido de la recientemente creada séptima división, a las 9 de la mañana de un frío domingo de invierno, en la cancha del Curda.

En esa época, se jugaba cancha entera y de a 15, con todas las reglas de los mayores. En fin, estaba mi equipo calentando en el ingoal, y el equipo de San José no llegaba. De repente, entró una furgoneta Citroen, se abrió la puerta trasera y salieron por lo menos 10 chicos con camiseta blanca de frisa gritando, puteando y riéndose.

Detrás de unos matorrales salieron otros 10 jugadores y finalmente por la puerta entraron unos 3 más. nuestro equipo de OKC estaba compuesto por chicos muy disciplinados del Goethe y del Cristo Rey principalmente. En frente teníamos a un equipo de locos guiados por su entrenador, el joven Jorge Galli. En ese equipo estaban Marcelo Galli, Marco nunes, Edgar Jiménez, Robert Green, Miguel Calvo, Flaco Jacks, óscar Hermosa, Carlos Bogarín, Diego Frutos, entre otros.

OKC ganó ese partido porque ya tenía experiencia, pero hubo algo que el San José mostró de una manera diferente a lo que yo conocía, que fue “la amistad, y las ganas de pelear el partido aunque estuviera perdido”. Ese día yo sentí que el San José iba a ser mi equipo.

¿Cómo vivió las distintas etapas, como jugador, entrenador, padre, dirigente?

Yo vi la vida del rugbier como una película donde a través del tiempo uno es jugador, luego entrenador y dirigente para que luego los chicos que entrené se conviertan en los maestros formadores de mis hijos. Esta percepción se debió en gran parte al cariño y a la dedicación que tuvieron mis entrenadores formadores tales como Clifford Hayes, Kike Bareiro, Hugui Galli, Enri Riera, Carlos Denis, Paco Amarilla, Vaca Amarilla, Santiago Quevedo, entre otros, que siempre nos cuidaron.

Esta visión también me permitió disfrutar a mis hijos-jugadores como amigos, así como también como entrenador y la disciplina que ello conlleva, para poder guiarlos con el criterio del esfuerzo, con sus premios y castigos.

En fin, el rugby con los hijos te otorga diferentes perspectivas de trato, que de otra forma no hubiese tenido. Obviamente, la madre también pasa a ser la primera fanática de sus hijos jugadores y eso ayuda a que la familia esté sintonizada.

Ser dedicados nos aleja del ocio, del vicio y de las malas compañías

¿Desde estas distintas posiciones, cuál cree que es el objetivo denominador común?

Cuando un chico se inicia en el rugby solo quiere jugar. A medida que va creciendo, hasta los 18 años, quiere ir mejorando cada vez más. Cuando llega al plantel superior, quiere jugar en el primer equipo y en la selección del país

El entrenador primero cuida que sus jugadores no se lastimen, luego trata de que vayan mejorando sus habilidades individuales y luego dirige un equipo y trata de transmitirle la mística filosófica y el plan de juego para que logren el mejor resultado.

El denominador común es la búsqueda del desarrollo de las personas, mediante el esfuerzo individual y colectivo en el juego del rugby basándose en la mística o filosofía del San José. Cabe resaltar que esa mística tiene fuertes influencias positivas del compañerismo del colegio y de las vivencias del campamento, que siempre nos distinguen.

¿De qué manera el Rugby San José le permitió seguir vinculado al colegio?

Al ser entrenador de las divisiones juveniles del San José Rugby y exalumno, tuve la oportunidad de conocer a varias promociones de alumnos y padres que jugaban y acompañaban a sus hijos a los partidos y los viajes al extranjero.

Los viajes o giras para jugar partidos internacionales muchas veces requerían que acampemos en carpas y que a la noche compartiéramos todos una gran fogata con asado y guitarras, siendo reuniones muy divertidas y con muchas anécdotas.

¿Algún mensaje que quiera transmitir sobre la dedicación a este deporte?

Sabemos que es difícil para los chicos dedicarse a jugar, estudiar, trabajar y a estar con las novias o esposas, pero el esfuerzo es premiado siendo un buen jugador, siendo un buen estudiante, siendo un buen trabajador, siendo un buen novio o esposo, pero por sobre todo y en conjunto, siendo buenas personas.

Ser dedicados nos aleja del ocio, del vicio y de las malas compañías. Específicamente a los chicos, ¿Qué les diría?

Me gustaría transmitir a los chicos que siempre tienen que dar lo mejor en donde les toque participar, y que tengan y mantengan el sueño de jugar, estudiar y trabajar cada vez mejor.