Hacerse tiempo para la Eucaristía no es un lujo, es un acto de amor que transforma la semana entera. A fuerza de vivir rodeados de urgencia y productividad, corremos el riesgo de olvidar lo esencial. No por falta de fe, sino por exceso de ruido. Las metas se multiplican, las exigencias aumentan, los horarios se…
