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Entrevista a Guillermo Fanego , exalumno de la promoción 1992
El objetivo de toda cooperativa es, por su misma definición, cooperar. Esto es apoyar y solidarizarse con el compañero que necesita una ayuda. Por esta misma misión, resulta lógico y coherente que una entidad de esta clase también ejecute acciones que manifiesten su responsabilidad social. Guillermo Fanego, actual protesorero del consejo de administración, cuenta la principal preocupación y ocupación de la cooperativa en dicho aspecto.
¿Desde cuándo trabaja con la cooperativa?
En el 2015 un grupo de amigos que pertenecían al Consejo de Administración me invitó a trabajar en la cooperativa, como parte de un proceso de cambio que buscaba incorporar a generaciones más jóvenes. Desde el inicio me gustó la idea de ayudar a compañeros en sus necesidades y, evidentemente, la cooperativa es un medio práctico para ayudar a las personas.
¿Qué cargos ocupó desde entonces?
Desde entonces he participado de varios estamentos dentro de las diversidades de tareas que existen en la cooperativa: tesorero, protesorero, presidente del Comité de Educación, miembro del Comité de Solidaridad y del Comité de Desarrollo Estratégico.
¿En qué consiste su cargo actual?
Actualmente estoy llevando adelante la responsabilidad de ser protesorero dentro el Consejo de Administración, ayudando al tesorero en su función de gestionar y dirigir los asuntos relacionados con los movimientos económicos o flujos monetarios. También estamos trabajando en el Comité de Desarrollo Estratégico para tener la capacidad de responder a las nuevas exigencias y tendencias del mercado a nivel tecnológico.
¿De qué se ocupará la cooperativa, principalmente, este año?
La Coopexsanjo actualmente se encuentra con salud financiera, con normativas y reglamentaciones muy bien constituidas, todos los órganos prácticamente forman una gran familia, logrando una sinergia de trabajo muy positiva en casi todos los frentes.
Un punto importante que estamos logrando, gracias a la sensibilidad social de los miembros del Consejo y de los otros órganos, es considerar la responsabilidad social de la cooperativa como un factor importante para construir un país más humano, más habitable, más cristiano.
¿Qué aspecto de la responsabilidad social preocupa especialmente?
No queremos ni podemos permanecer indiferentes ante la carencia alimenticia de nuestros compatriotas más necesitados. Las estadísticas que apoyan lo que decimos son dramáticas. Según datos de la FAO, una de cada nueve personas sufre de hambre en el mundo, mientras que, al mismo tiempo, un tercio de la comida es desechada. y en nuestro país, esta realidad no está ausente. Es más, esa realidad cobra la forma de una extraña, trágica, paradoja. Por un lado, producimos alimentos para 80.000 millones de persona – más de ocho veces el número de nuestra población – mientras que, por otro lado, cerca de 2.000.000 de compatriotas se acuestan cada noche a dormir sin haber tenido una alimentación diaria adecuada.
Así, la ironía de esta paradoja, es clara. Producimos los alimentos. La comida está. Pero muchos no acceden a ella. La brecha entre los que tienen la gracia de tenerla y los que carecen de ella es inaceptable. Es que los índices de pobreza, de alrededor del 26,4%, según la última Encuesta Permanente de hogares presentada por la Secretaría Técnica de Planificación (STP), impiden a ese enorme porcentaje de ciudadanos, acceder a ese derecho vital a alimentarse. No deja de extrañar, entonces, que cerca de un 44% de la niñez menor de cinco años está expuesta a sufrir desnutrición en algún momento de su crecimiento. Todo esto hace que, de cada 1.000 niños que nacen en nuestro país, 19 mueran antes de alcanzar los 5 años, 16 antes de cumplir el primer año y 11 antes de llegar al primer mes de vida.
¿Y qué podría hacer la cooperativa al respecto?
Atendiendo esta triste realidad, la coopexsanjo consideró no quedarse indiferente, y logró firmar un acuerdo de cooperación con la Fundación de Banco de Alimentos, de esta manera está sumando fuerzas para luchar contra unos de los flagelos actuales más importantes que está sufriendo nuestra sociedad, que es el desperdicio o la falta de alimentos.
¿Cuáles son las expectativas?
El Banco de Alimentos en Paraguay tiene como misión aliviar el hambre de personas en inseguridad alimentaria, evitando el desperdicio de alimentos, colaborando de esta manera con los Objetivos de Desarrollo Sostenible: hambre Cero y Producción y Consumo Responsable. La labor del Banco de Alimentos se convierta en un instrumento de relevancia al ser un puente que conecte la disponibilidad de alimentos con la necesidad de los más vulnerables, los olvidados, los que no tienen lugar en la mesa de la abundancia.
De esta forma la Coopexsanjo da una mano importante a la “lucha contra el desperdicio, la lucha contra el hambre”, sumando su grano de arena para poder ayudar a más de 15.000 personas que se encuentran en las 150 instituciones de beneficencia (en su mayoría hogares de niños y ancianos) en todo el país que el Banco apoya durante todo el año.