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Un gran nombre en el quehacer del derecho en el Paraguay. El doctor Alejandro Encina Marín tuvo una trayectoria de más de 50 años de ejercicio en la docencia. Formó a hombres y mujeres protagonistas de la historia nacional, que han pasado por facultad de derecho de la Universidad Nacional De Asunción.
Alejandro Encina Marin fue hijo del doctor Roque Encina Iglesias (h) y de doña Delia Hortensia Marín. Nació en Asunción el 25 de mayo de 1931 y falleció el 22 de junio de 2017.
FORMACIÓN ACADÉMICA
Luego de terminar sus estudios en el Colegio San José en 1948, ingresó a la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Asunción, de donde egresó en 1953 como segundo de la promoción. El 25 de junio de 1955 obtuvo el título de doctor en Derecho, gracias a su tesis titulada “hacia un régimen jurídico social de menores para la República del Paraguay”.
EJERCICIO PROFESIONAL
Desempeño varios cargos electivos en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNA, casa de estudios donde también ejerció la docencia.
Entre los cargos públicos que ocupó, se hallan, entre otros, el de director de Protocolo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Secretaría de Primera Clase en la Embajada del Paraguay en la República Argentina, director del Instituto de Vivienda y Urbanismo, miembro de la Comisión Nacional de Codificación.
En 1998 participó en la Conferencia de Chapultepec, México, y fue uno de los redactores de la Declaración sobre Libertad de Expresión.
Entre sus actividades sociales, deportivas y culturales, fue presidente de la Federación Paraguaya de Atletismo (1958-1959), presidente de la Federación Paraguaya de Básquetbol (1962-1963), presidente del Club Nacional (1963), presidente del Tribunal de Justicia de la Liga Paraguaya de Fútbol (1981-1983), presidente de la Asociación de Ex Alumnos del Colegio San José (1977-1980), tesorero del Instituto Paraguayo de la Cultura hispánica (1977-1980).
Es autor de varias publicaciones en el campo jurídico. De 1990 a 1994 integró la Comisión Nacional de Codificación.
En 1975 se hizo acreedor de sendas condecoraciones de los gobiernos del Brasil, de Chile y de Bélgica.
FUENTE: “ALGUNAS HISTORIAS…Y LO DEMÁS SON CUENTOS”, DE ALEJANDRO ENCINA MARÍN