Para trabajar bien, hay que involucrarse
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Entrevista a Rodrigo Lezcano, exalumno de la promoción 1990 junto a su esposa Adriana Ricciardi
Rodrigo Lezcano y Adriana Ricciardi fue el matrimonio que trabajó desde la presidencia de la Apac durante el periodo del 2012 al 2014, luego de haber estado dos años antes trabajando como miembros de la comisión directiva.
¿Cómo resultó electo para la presidencia de la APAC?
En realidad, fui electo como vicepresidente, pero al cabo de un par de semanas me tocó asumir la presidencia, a razón de la imposibilidad del presidente electo de continuar el mandato.
¿Cuáles eran las prioridades, en el momento en que asumieron el cargo?
Lo que pude ver, cuando ingresamos, fue que la asociación estaba muy lejos de la imagen que tenía en mi época de estudiante, como una entidad consultiva para la determinación de los lineamientos del colegio. Hacia el 2012, la APAC estaba un poco deteriorada, y prácticamente no existía relacionamiento con el colegio, con los alumnos, y era muy poca la participación de los padres.
¿Qué acciones promovieron para mejorar esto?
Buscamos, en primer lugar, unidad entre los padres para trabajar en conjunto. Se hicieron algunas actividades para tener mayor relaciones y conocimiento entre todos, utilizando como medio el deporte, el cual siempre nos había sido inculcado como medio para la unidad, el compañerismo, etc. A partir de estas acciones, se buscó dar impulso a la cohesión de la asociación.
¿Cuáles fueron los resultados?
Lo más palpable creo que fue la cantidad de electores presentes en la Asamblea 2014. Normalmente, participaban 15 o 20 padres. Ese año fueron 134 los participantes. En ese momento vimos que lo que estábamos realizando estaba teniendo éxito.
El sentimiento por el colegio ayuda a que, cuando uno trabaja en pos del beneficio del mismo, se pueda olvidar cualquier diferencia
Luego de esta cohesión, ¿qué pudieron aportar los padres?
El colegio se manejaba de manera autónoma, aislada de la injerencia de los padres. Más que nada porque los padres mismos estaban disociados, no existía un frente común o intereses por los cuales pelear. Luego de la unidad que logramos, el plan que quedó ya para el siguiente periodo directivo de la APAC, fue buscar mayor promoción de los deportes, para los alumnos, y la mejora en el nivel de los profesores.
Al realizar la transición entre su periodo y el posterior, ¿quedaron otras tareas pendientes?
Aparte de las dos mencionadas, luego se impulsó la solicitud de auditoría de los fondos y recursos utilizados por el colegio. Se buscaba congeniar los intereses de la asociación y el colegio, porque algunas cosas que unos podíamos ver como inversión, se tomaba como gasto. Por ejemplo, buscábamos profesores que fueran como los que nos tocaron a nosotros, eminencias en el ámbito deportivo, que consistía en parte importante de la formación. También se quiso recuperar algunas actividades, como fiestas o kermesse, como las de antaño; si bien muchos eventos existen, no lo hacen con la magnitud, impacto e involucramiento por parte de los jóvenes. Anteriormente, la responsabilidad de sacar adelante una de estas acciones, dotaba a los encargados de un desenvolvimiento que luego se veía al ingresar al ámbito laboral.
Sobre esto último, ¿puede comentarnos algún ejemplo?
En el 2013 realizamos el primer intercolegial de padres. Durante el mismo, dimos a los jóvenes espacio para que gestionen la cantina, y que lo recaudado puedan utilizarlo para otras actividades. Con esto quisimos devolverles un poco de responsabilidad, para solventar alguna prioridad suya, como la fiesta de colación.
¿Alguna reflexión que quiera dejar…?
Más que reflexión, quisiera mencionar que el sentimiento por el colegio ayuda a que, cuando uno trabaja en pos del beneficio del mismo, se pueda olvidar cualquier diferencia. Pero, para trabajar de esta manera y devolver al colegio su sitial, es necesario involucrarse.