Sergio Celma, Coordinador de las Juveniles del San José
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Sergio Celma, coordinador de las juveniles del Club San José, ha dedicado gran parte de su vida al rugby, un deporte que descubrió durante su etapa escolar. A lo largo de los años, ha visto y experimentado en primera persona los valores y enseñanzas que el rugby puede ofrecer. Desde sus primeros entrenamientos en el colegio hasta su retiro como jugador a los 40 años, Sergio no solo ha sido un apasionado jugador, sino también un árbitro representando tanto a su club como a su país.
El paso de jugador a entrenador de las juveniles no fue más que una evolución natural de su amor por el rugby y su deseo de retribuir al San José todo lo que el deporte le ha dado. En su rol actual, trabaja incansablemente junto a otros entrenadores para formar no solo a futuros grandes jugadores, sino también a personas íntegras, respetuosas y disciplinadas.
Conocí el rugby en el colegio, con mis compañeros. Nos divertíamos entrenando en la semana y después gozábamos defendiendo los colores del San José cada fin de semana. Al terminar el colegio, seguí entrenando y jugando. También tuve la oportunidad de ser árbitro unos años, representando al San José y a Paraguay. Pude jugar con diferentes camadas (promociones) de amigos ya que jugué hasta los 40 años. Desde entonces, me dedico a devolver al San José todo lo que me enseñaron, siendo entrenador de las Juveniles, donde tengo el privilegio, junto a los otros entrenadores, de formar a grandes jugadores y excelentes personas.
Sergio Celma
Para Sergio, el rugby es más que un deporte; es una escuela de vida. Invita a todos a unirse al Club San José para experimentar cómo el rugby puede moldear el carácter, enseñar disciplina, y mostrar que el esfuerzo y la perseverancia siempre tienen su recompensa. El respeto mutuo, dentro y fuera del campo, y la capacidad de levantarse después de cada caída son lecciones invaluables que este deporte ofrece.
El legado de Sergio Celma en el Club San José no solo se mide en los partidos ganados o los jugadores formados, sino en las vidas impactadas y en los valores transmitidos a cada generación de jóvenes rugbiers.
Invito a todos los que quieran jugar al rugby que se acerquen al Club, ya que el mismo te forma el carácter y te prepara para la vida. Es un deporte que enseña disciplina y que el esfuerzo tiene su recompensa. No importa cuántas veces te tumben, sino levantarte todas ellas y seguir hacia adelante. La rivalidad termina en la cancha y después los contrarios pueden hablar y entenderse fuera de la cancha. Además, el rugby enseña a respetar a todos, especialmente a los que dirigen el juego