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El curso de 1926 empieza con ciento cincuenta alumnos nuevos, y con el prestigio que ya le era concedido. Lastimosamente, el P. Bernardo Capdevielle deja el San José, y es destinado al Colegio de la Inmaculada Concepción de Montevideo.
Despedida al P. Capdevielle
El P. Capdevielle dejaba un gran vacío pues durante veinte años se dedicó plenamente a su labor educacional destacando como educador-maestro y muy cotizado como orador sagrado. Trabajó muchísimo para escribir su libro sobre las Misiones Jesuíticas, cuyos lugares visitó, anotando cuidadosamente sus impresiones.
Igual puede decirse del libro de Historia del Paraguay, en colaboración con el P. Cipriano Oxíbar. Cuando en los primeros años del 50, un profesor del San José, Emiliano Gómez Ríos, publicó una historia del Paraguay que resultó ser una escandalosa copia -en numerosas páginas- de la del Colegio, el P. Oxíbar escribió al respecto: “Dios sabe las horas, del día y de la noche, que la composición de ese libro me ha costado; en cuanto al P. Capdevielle lo que puedo decirle es que dejó un cajón lleno de apuntes, de referencias, de cuadernos manuscritos”.
Algunos de esos cuadernos de apuntes y manuscritos de esa Historia, que fue única durante años, obran en mi poder y en el Museo recientemente inaugurado (julio 1994) del Colegio.
El P. Capdevielle fue despedido con un lunch muy cordialmente, pero con mucho sentimiento. Llegó para reemplazarlo, de alguna manera, el P. Alejandro Biggert quien impulsaría el estudio del inglés y sería importantísimo para la creación y desarrollo de un museo de ciencias naturales.
Visita de Mons. Franceschi
La Federación de la Juventud Católica sigue adelante con su empeño de apostolado activo. La Iglesia cuenta aún con solapados enemigos. Los jóvenes de la Federación toman a pecho su defensa, lo mismo en la calle que en la Universidad. Llaman otra vez a Mons. Franceschi que se acredita cada vez más en Buenos Aires como intelectual y orador sagrado.
A su llegada a Asunción, unas ocho mil personas estaban a recibirlo en el puerto, y lo acompañaron hasta el Colegio donde se hospedó. El Dr. Orué, Presidente de la Federación le dio la bienvenida, frente a la Capilla del Colegio, agrupada la gente en la Calle San José. Los adversarios anticatólicos no pudieron contra el arranque que despertó: ni la manifestación hostil ni las conferencias de un grupo insignificante.
Mons. Franceschi pronunció varias conferencias en el Teatro Nacional y en la Catedral. El bien que hizo fue grande y alentó a los jóvenes en su postura cristiana comprometida. La Federación lo despidió con un lunch; abundaron los discursos: el Dr. Orué, los Sres. Medina, Cabrera, Cardús, Guerrero, y también habló el Pa’í Pérez, salesiano. Respondió Mons. Franceschi con altura literaria y espiritual.
Nuevo director
En esos días se hallaba presente en el Colegio el R.P. Chourrout, Delegado del Superior General para los Colegios de América, y el P. Lhaulhé, superior del San José de Buenos Aires. El P. Lhaulhé quedó como director de aquel Colegio por nueve años; en cuanto al P. Chourrout fue el que compuso una muy buena historia de la literatura española, con textos selectos, libro que sirvió muchos años, aquí mismo, en este Colegio, con el seudónimo Valdaspe.
Apoyo a los hermanos jesuitas
Los Padres Jesuitas, instalados hace poco en Paraguay, desde la expulsión en 1767, desean fundar un Colegio en Asunción. En julio de 1926 el R.P. Ramón Lloberola, Provincial de la Compañía en Paraguay, Argentina, Uruguay y Chile visita el Colegio con el P. Fernando Pérez Acosta, ex-alumno del Colegio. Desean iniciar su obra en diciembre. De hecho, sólo en 1938 abrirán, primero, una escuela primaria. Su presencia no influirá en la marcha normal del San José, como se pudo temer. Incluso el P. Bellocq, director entonces del San José, en enero de 1938 escribirá al Superior General pidiéndole qué postura asumir. Fueron bienvenidos.