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Fuente: Historia del San José, de César Alonso de las Heras
Como se sabe, el colegio era solo de alumnos pupilos. En el año 1917, reunido el consejo del colegio, se decide que se admitirán condicional y provisoriamente también estudiantes externos. La misa dominical era obligatoria, como lo sería durante mucho tiempo. El horario era a las 7:45 hs. Y se admitían los hombres y los ex-alumnos, pocos aún.
Se construyen nuevas dependencias en el Colegio. Se ahonda y habilita como depósito el sótano alargado del ala este. Llega en enero un ingeniero de minas, el Sr. Mousnier, con un Padre franciscano de Castres (Francia). Es un ingeniero bretón, de abolengo y ya viejo, religioso hasta la médula, que examina el Colegio, da su parecer, se ofrece para hacer los planos de la nueva capilla y dirigir los trabajos. Dice haber hecho los planos de la gran basílica de Luján. Costaría USD 200.000 y tendría 34 metros de largo por 9 de ancho.
Esta sería la Capilla que duraría hasta el año 54, en que se empezó a construir, de la mano del ingeniero Toribio Bruyn, la iglesia actual. Aún aquella se recuerda con cariño por los grandes y emotivos momentos que en ella se tuvieron, por magnificas y piadosas ceremonias. No era todavía parroquia, pero sí era muy concurrida. Estaba dedicada al Sagrado Corazón y abundaban estatuas de santos.
Los pocos bachilleres que había entonces se iban reuniendo, entusiasmaban a otros exalumnos que no habían culminado el bachillerato y se fundó la Asociación de exalumnos del colegio de San José. Los recuerdos no se borran ni se borrarán nunca, todos rememoran con cariño a su Colegio, a sus profesores. De ese sentir y de ese compañerismo nace dicha asociación.
Como toda entidad nueva, tuvo sus tropiezos y sus discusiones. Pero, sobre todo, ¡primó la ilusión! Tras largos debates, proyectos y vaivenes, el 29 de julio de 1917, quedó fundada la asociación. Fue un hecho memorable en los anales del colegio, bajo la égida paternal del director Rvdo. Padre Lorenzo Bordenave.
La primera Comisión Directiva quedó integrada por: Presidente, Julián Nery Huerta Vice presidente, José Colnago Secretario, Julio César Bidondo Tesorero, Carlos Aceval Bibliotecario, Juan de la Cruz Villasanti Vocales, Rodolfo Brugada y Pedro Molinas
Desde entonces funcionaría sin parar y con las siglas A.T.A. (Amistad, Tolerancia, Ayuda) se convertiría en esa unión que causa admiración en aquellos que no fueron del San José.
En la cena de los primeros bachilleres, el 6 de diciembre de 1913, -según hemos visto- uno de ellos expresó: “lo que habían visto, oído y aprendido durante los años del colegio sería para ellos el lazo de unión poderoso que les juntaría siempre para ayudarse mutuamente”¡Era una apuesta; es una realidad!
Ese mismo año ya otorgaron una medalla de oro al mejor egresado. Aún no se había definido bien el procedimiento a seguir, por lo que resultó que el mismo alumno tendría el Premio de honor que otorga el colegio y la medalla de oro de los ex alumnos hasta el año 20. Este año de 1917 el doble galardón fue alcanzado por Mario de Finis. La distribución de premios se realizó el 24 de noviembre y pronunció un discurso M. de Longchamps, ministro de Francia.
Fue un año de visita canónica del Padre Fargues, en nombre del Superior General. En su regreso a Buenos Aires también viaja el Padre Cestac, y fue una gran emoción para todos pensar que se iba del Paraguay. Los amigos del colegio y la capilla no le dejaron marcharse hasta prometer que regresaría. Todos acudieron a saludarlo para gozar de su presencia hasta el último momento y llenar de flores su cabina. No era por el visitador sino por el P. Cestac.