Fuente: Historia del San José, de César Alonso de las Heras
El 28 de junio de 1914, un serbio mata al archiduque de Austria, Francisco Fernando. Y fue una conflagración de cuatro años y meses hasta el armisticio de 1918.
Del P. Palou conocemos su carácter vigoroso, exigente. Lo era primero para él mismo. No es extraño pues que en las trincheras P. Larramendy se comportara como un valiente, y atento, como sacerdote, a servir a los otros soldados como compañero de armas y sacerdote. Sabemos que mereció dos Cruces de Guerra, una en octubre de 1915, y la otra en el mismo mes de 1916. He aquí el texto de la primera citación: “El General Comandante del 210 Cuerpo de Ejército, cita a la orden del Cuerpo de Ejército, en fecha 26 de octubre de 1915, al cazador enfermero Palou Francisco, del 210 Batallón de cazadores de a pie. La abnegación personificada. Siempre listo para socorrer a los heridos.
Gravemente herido cuando iba a atender, de día, en terreno descubierto, a un oficial herido. Ejerce siempre su servicio con la mayor eficacia”.
Ese brutal acontecimiento afectó también, patrióticamente, al Colegio de San José. La movilización francesa sacude los corazones de los Padres franceses.
Los PP. Chenú, Larramendy y Palou acuden al llamado de la Patria. Como el gobierno francés no tiene consideración con los sacerdotes, son destinados al frente, en el mejor de los casos como enfermeros en el frente de batalla.
Naturalmente, noticias como esta llenaban de orgullo y de angustia a la vez a los sacerdotes que habían quedado en Paraguay.
La guerra acarreó también trastornos en otros países como en Palestina, donde se formaban los religiosos. Uno de ellos era el futuro P. Marcelino Noutz. El gobierno turco permite la salida (bastante azarosa) de los religiosos. De Belén a Beirut, a Damasco; vuelta al Líbano y por fin se embarcan, a fines del 14, en el “Scilla”, rumbo a Grecia.
Llegan al Pireo y se apresuran a dirigirse a Atenas. El P. Noutz recordaba siempre esa desgracia con la alegría de internarse en Grecia, que sólo conocía por los libros. En poco tiempo recorren lo que pueden y hasta recitan trozos en griego clásico. El primero de enero, regresan al Pireo donde se embarcan hacia Brindisi, en el “Milano”. Pasan por Patras, Corfú, saludan la célebre isla de Ítaca, patria de Ulises, y el 4 de enero del 15 estaban en Roma.
El colegio, entre tanto, sigue su curso de estudio y vida espiritual. El 19 de marzo se reúnen los socios de la Conferencia de San Vicente de Paúl (la Congregación Mariana y la Academia, con esa conferencia, formaban un todo).
Son las elecciones de la Junta Directiva. Sus nombres: presidente Villasanti; vicepresidente Emiliano López Moreira, Ramón Doria; secretario Gutiérrez; tesorero Lorenzo Livieres y vocales León Smith y Abelardo Doria. El P. Lorenzo Bordenave es el director de la entidad. El 14 de agosto hay recepción de congregantes y el 19 de setiembre, nueva admisión de socios.
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