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Entrevista a Derlis Esteche y Luis Vaesken ambos de la promoción 1970.
Una vez que se cruzan los portones del colegio luego de terminarlo todo cambia para siempre, los recuerdos en ese edificio que durante 13 años fue más que un segundo hogar quedan como guardados en un lugar muy especial en la memoria de todos aquellos que caminaron por sus pasillos y entraron a sus aulas. Los señores Derlis Esteche y Luis Vaesken decidieron tomar todas esas historias y enseñanzas y ponerlas en la canción “esos trece años”.
Derlis y Luis son miembros de la promoción de 1970 del San José, y “Esos trece años” está próxima a cumplir medio siglo de haber sido compuesta..
Derlis Esteche
“En esos años, tres amigos de toda la vida, Fernando Bareiro, Luis Vaesken y yo éramos un trío que cantábamos en diferentes sitios. Cuando culminamos el sexto año, Luis y yo habíamos exonerado todas las materias y ya nos liberamos. Por un lado estábamos contentos pero tristes porque se acababn esos 13 años, es así que Luis hizo la letra, yo le arrimé una melodía y se cantó en la colación. Desde ahí quedó como una tradición.
En realidad fuimos Luis y yo los autores y compartimos con Fernando Bareiro, quien cantó con nosotros las primeras veces. Luis me pidió que el nombre de Fernando se quede ya que era un entrañable amigo que hoy ya viajó a la eternidad y desde alguna estrella nos estará mirando, sonriendo y añorando al colegio que nos tuvo a los tres como compañeros.
Particularmente, creo que la canción se mantiene vigente a pesar del paso del tiempo por el sentimiento y el mensaje que transmite. Respecto a si habría que actualizar algunas frases, a mí me consultaron y yo pedí que le consultaran a Luis. Creo que la reacción de él fue que no se cambie, inclusive creo haberle escuchado a Luis decir que hagan otra, no recuerdo bien.
No creo que ningún sentimiento haya quedado fuera de la canción porque al componer en un momento determinado eso tiene un motivo, un sentimiento y causales que hacen posible la inspiración. Es por eso que una obra corresponde a su época y a un tiempo. He escuchado varias versiones, recuerdo dos, una versión de un rock de un grupo del colegio y la de Rodolfo González Friedmann, quien le puso una gran orquestación. Las dos me gustaron pero si me preguntan cuál me gustó más diría que la de Friedmann. Nos han pedido incluso que interpretáramos la canción en otros escenarios a parte del San José.
Si tengo que añadir algo es que no hay mejor vehículo que el deporte y la música para unir a la gente sin ningún tipo de diferencia”.
Luis Vaesken
“La canción nació con una melodía que Derlis estaba haciendo a pedido de un compañero para su novia, al escucharla me pareció muy linda y le dije que sería hermosa ponerle letra para la canción de despedida del colegio que giraba en torno a nuestras mentes. El tiempo libre era suficiente puesto que habíamos exonerado todas las materias y con la ayuda de él en la guitarra le puse letra.
Fue una suerte que Derlis fuera del B y yo del A, puesto que los dos cursos se vieron representados y la cantamos por primera vez en el acto de colación en el Hotel Guaraní. La confusión sobre un posible tercer autor es porque Fernando Bareiro, compañero mío en el A, en la carrera de Ingeniería y amigo de ambos cantaba con nosotros y llevábamos serenata a cuanta chica de Las Teresas y La Providencia cumpliera años.
Pasaron casi 50 años, ya que somos de la promoción de 1970, y si se sigue cantando quiere decir que mantiene su vigencia. Yo no creo que se tenga que cambiar la letra, creo que si que se podrían hacer composiciones que hablen de los tiempos de cada uno.
En la canción hablamos desde la época en que comenzamos el colegio, recordamos a los sacerdotes más destacados para nosotros y contamos nuestras andanzas juveniles que comenzaban a despertar.
También contamos algunas anécdotas como la de un cura gordo que tiraba borradores, que era el Pa’i Condou, así como la libreta de Aurelio o Pa’i Villamayor.
LECTURA
Me encantan las marchas sobre el Colegio de Pilo Lloren que, aunque su versión es sobre un San José más antigüo, son divinas. Relata todo lo anterior y alguna parte de nuestro pasar por la institución, por eso digo que cada generación debe tener su canción, pero no modificar la de los demás.
Cada vez que se festejaba un aniversario del colegio ahí estábamos cantando la canción, así como en cada reunión de exalumnos que se hacía nos íbamos los tres, siempre con Fernando Bareiro, inolvidable amigo que se adueñó de nuestra guitarra y de nuestro corazón.
Quiero hacer notar los hermoso que es ahora tener a las niñas que con su encantadora femineidad alegran las aulas y patios del colegio, es por ellas justamente que se tendrían que componer nuevas músicas de despedida porque las vivencias son muy distintas. Mi hijo menor, por ejemplo, está casado con una compañera suya luego de 14 años de haber transcurrido juntos en el colegio.
El tiempo pasa muy rápido, por eso hay que tener en cuenta lo que escribió Vinicius: “vivir cada segundo como nunca más”.